Un pensamiento la inundó de pronto y la asustó aún más, pero no le dio más cabida al ver los rostros de preocupación de las chicas.

—Bajemos a desayunar.

Murmuró sonriéndoles levemente, tomó su uniforme y se encaminó al baño para encerrarse allí y poder asearse rápido.

En silencio, las tres estaban bajando al gran comedor unos veinte minutos después.

Las lechuzas ingresaron como normalmente lo hacían cada día

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Las lechuzas ingresaron como normalmente lo hacían cada día. Olive no esperaba correspondencia nunca, pero aquel día las esperanzas de tener un pequeño presente habían aparecido. Se había sentado en el comedor con algo de molestias, los chicos no quisieron preguntar nada acerca de las muecas de dolor y las ojeras que, a pesar de que había puesto algo de maquillaje en ellas, seguían notándose a clara vista.

Mientras se servía una gran taza de café para poder tener energías en el día, el águila parda de sus padres hizo acto de presencia en la mesa de Gryffindor dejando en sus manos una carta con el sello de los Devaulx. Suspiró preparándose a lo que vendría dentro.

Artemis,
supongo que ya te has enterado lo que ha sucedido, estoy haciendo todo lo posible por revertirlo e impedir que lleven a tu madre a aquel lúgubre lugar. No molestes a tu hermano con insensateces, si los de ministerio logran lo que quieren, él se convertirá en el hombre de familia y no tendrá tiempo para tus estupideces.

Espero un excelente comportamiento de tu parte, te envío un par de galeones por tu cumpleaños.

Se despide, tu madre.
Mary Devaulx.

Por supuesto, seré una niña buena, madre. —lanzó la carta lejos de su vista sin molestarse en abrir el paquete con el dinero que le enviaron.

No tenía ni idea de lo que hablaba su progenitora en cuanto a lo de su padre, pero no podía estar más interesada. Perdieron su atención en cuanto mencionaron a su hermano, nuevamente poniéndolo sobre un pedestal.

James, curioso como siempre, atraído por el comportamiento de la chica, se tomó el atrevimiento de leer la carta con rapidez, pasando de la confusión, a la rabia y a la emoción como sentimiento final.

—¡Estás de cumpleaños, bonita!

Aquel comentario llamó la atención de todos a su alrededor, sus compañeras de habitación se observaron con los ojos abiertos, mientras el resto de los chicos hacía preguntas en busca de confirmación.

—¿Es cierto, Live? —preguntó Frank acercando su rostro desde el otro lado de la mesa.

—Uh, gracias, Sirius. Lo único que no quería era hacer un escándalo. —cerró sus ojos masajeándose la sien tratando de bajar el dolor de cabeza y cuello.

AUGUREY, james s. potter.Where stories live. Discover now