iv. carrera.

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"Vuelve a decirme perdedora y te quedas sin hijos

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"Vuelve a decirme perdedora y te quedas sin hijos."




Los días fueron pasando y el esperado viernes llegó. Con el correr de la semana, Olive pudo conocer a todos sus profesores y entender mejor la estructura académica de Hogwarts. En Beauxbatons, en las clases se dedicaban a leer textos y hacer ensayos en base a lo leído; los profesores trataban de evitar a toda costa los deberes para que así el alumnado tuviera más tiempo para clases o talleres extracurriculares, como lo era el nado, el baile y el canto. En cambio, en Hogwarts sí que daban deberes. Tenía que hacer dos ensayos para encantamientos, aprender a efectuar un hechizo para Defensa y, por último, debía leer unos capítulos de el texto de Herbología.

A pesar de todo, estaba muy emocionada. Las chicas, con los Merodeadores (quienes se habían auto-invitado), le prometieron darle una guía turística digna de cinco estrellas de Hogsmeade, el pueblo aledaño al castillo poblado únicamente de magos. Madeleine y Dominique ya habían vuelto su cabello al color natural y los resentimientos que sentían hacia los muchachos cada día desaparecían.

—Olive, ¿me prestas tus apuntes sobre los inferi?

Estaban las tres chicas de sexto año entre desayunado y haciendo deberes. Se habían quedado casi toda la noche chismeando, escuchando música y leyendo unas revistas, olvidando completamente que tenían que entregar a primera hora de la mañana una redacción acerca de los inferi. Con el pasar de los días un lazo de amistad se formó entre ellas, era casi como si fueran compañeras desde primer año. A pesar de que tenían algunas clases distintas, el resto del día lo pasaban juntas sin separarse, a lo que Olive estaba sumamente agradecida.

Era un gran logro que ya no se perdiera de camino a sus clases, empero aún podía confundir las aulas de clases cuando estaba a contratiempo. Recordaba claramente una mañana en que el despertador no sonó, se perdió el desayuno y corrió al aula de pociones... llegando al de Encantamientos. ¿Cómo confundió las mazmorras con el tercer piso? Nadie lo supo.

Fred le metió un pedazo de tostada a la boca a Madeleine, quien escribía con rapidez en su pergamino, midiendo cada cinco segundos la extensión de este.

—¡Fantástico! La abuela Molly me envió dulces. —exclamó James al abrir un pequeño paquete que su lechuza acababa de depositar.

Olive levantó la cabeza al oírlo y las esperanzas de que sus padres enviaran algo volvieron a aparecer. No había sabido nada de ellos desde el día de su partida a Hogwarts, los primeros días supuso que era por falta de tiempo, pero ya empezaba a comprender que si ellos quisieran comunicarse con ella, ya lo habrían hecho. Tampoco podía tener la iniciativa, porque no tenía lechuza propia y ni pensar en pedir la de Altair. Podría pedirle a uno de sus compañeros, pero no quería molestarlos.

Madeleine y Dominique habían notado que Olive nunca mencionaba mucho a su familia, la veían dar miradas a la mesa de Slytherin, pero a eso llegaba y nada más. Estaban preocupadas, pero al recién llevar una semana conociéndola preferían mantener cierta distancia en cuanto a temas muy personales. Siempre que la situación lo requería, se enfrascaban en despejar su mente y olvidarla del tema.

AUGUREY, james s. potter.Where stories live. Discover now