Desafortunado

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En la infinita oscuridad Cale no ve o siente nada, es el sollozo de un niño lo que lo trae de nuevo a sus sentidos, cuando abre los ojos una vista no tan extraña lo saluda, tres niños acurrucados a sus lados están llorando.

- ¡Humano! ¿Porque tardaste tanto en despertar? *sob*

- Pensamos que estabas herido pero el elfo sanador dijo que no era así.

- ¡Nos alegra que despertaras!

Cale trata de sentarse lentamente, a su izquierda unos dos metros ve el dragón dorado dormir y suspira aliviado, luego acaricia las pequeñas cabezas de los 3 niños.

- ¿Cuánto tiempo he dormido?

- Han sido 2 días, 13 horas y 8 minutos.

Raon tan preciso y hábil como siempre respondió.

- Por cierto, humano, esta cosa no ha dejado de sonar desde el primer día que te desmayaste.

En ese momento, Raon sacó el dispositivo de comunicación de su dimensión espacial y Cale perdió el poco color que tenía en su rostro. Cale recordó que había dicho que solo iría a dar una vuelta y ahora han pasado 3 días. Raon usó su magia para reproducir el primer de los muchos mensajes que habían sido dejados.

- "Cale Henituse habla el príncipe heredero, !¿dónde estás?¡ ¡si no apareces tu padre va hacer un motín interno!"

- Ugh

Cale quería desmayarse de nuevo.

- Raon ayúdame a dejarle un mensaje a mi padre y al príncipe heredero.

Luego de dejar el mensaje donde explica que está bien y que volverá pronto, Cale escucha la voz de Eruhaben.

- El pequeño niño me ha hablado mucho de ti, realmente, es de lo único que habla.

- No me llames pequeño niño, mi humano me dio un nombre para que lo uses.

El dragón suspiro entonces se puso de pie y se acercó a Cale que yacía sentado en el suave pasto.

- Ahora que estás despierto, dime ¿Por qué me salvaste?

Eruhaben uso un poco de su aura draconiana y miró a Cale hacia abajo con una pose imponente digna de su presencia.

- ¿Quieres que esté agradecido contigo y te sirva como ese pequeño dragón?

- ¡Mi humano no es ese tipo de persona!

Raon ligeramente molesto se sentó en el regazo de Cale mirando amenazante al dragón dorado.

- ¿No codicias el poder de los dragones? ¿Quieres que me una a tu batalla contra el humano que se asemeja a ti?

Cale alzó su mirada y vio al dragón directo a los ojos, entonces sus ojos se llenaron de tristeza y nostalgia, esa mirada fría que le desconoce lo desconcierta, aunque sabe que va a seguir siendo así no se acostumbra.

- Yo... no me importa si no quieres luchar contra la estrella blanca, solo quiero... solo deseo que vivas.

Eruhaben se sorprendió por la respuesta de Cale e inclinó su cabeza para ver mejor sus ojos.

- No lo veo.

- ¿A qué te refieres?

- A lo largo de mi extensa vida, los humanos solo han sentido tres cosas por los dragones; miedo, envidia y codicia. Pero por más que busco no encuentro ninguno de esos sentimientos en tus ojos.

- Claro que no, anciano, mi humano no es como los demás humanos.

- El pequeño niño me dijo que tienes un poder que puede ver el futuro y es probable que sepas de mí por ese poder.

- Hmm algo como eso.

- Ciertamente tienes muchos poderes, pero no siento un poder como ese en ti.

Cale se asustó por la declaración de Eruhaben, pero luego se dio cuenta que tenía sentido si se trataba de él.

- Estoy tan hambriento, quizás un poco de carne seria excelente.

- ¡Es verdad no has comido nada! Iré a decirle a estas personas que te preparen algo, ¡ellos hacen cualquier cosa que les diga por alguna razón!.

Los tres niños salieron disparados para conseguir algo de comida para Cale.

- Puedes poner una barrera de sonido, Eruhaben-nim.

- Parece que nadie más debe saber lo que me piensas decir,

Eruhaben hábilmente los envolvió a ambos en una barrera de sonido.

- Yo... yo vengo de otro mundo casi igual a este... bueno es incluso más complejo que eso.

- ¿Perdón?

Luego de una breve explicación de Cale, Eruhaben estaba ciertamente estupefacto por lo que había escuchado, pero no dudo de sus palabras ya que tenían sentido.

- Pero, sigo sin comprender porque te importa tanto.

- ¿Qué dices?

- Nosotros no somos tu familia, somos diferentes a ellos, no es mejor para ti buscar la forma de como regresar, ¿acaso no extrañas a estas personas que son tu verdadera familia?

- Ah, eso... yo los extraño. Los extraño mucho.

Cale realmente los extrañaba, extrañaba al príncipe que podía llamar Hyung, al Choi Han que le seguía como un cachorrito, la exquisita comida de Beacrox, incluso la aterradora sonrisa de Ron, las charlas que no comprendía entre Eruhaben, Raon y Rosalyn y al tímido Lock y sus hermanos. Cale realmente los extrañaba al punto que su corazón se sentía adolorido y pesado.

Entonces Cale vio los fríos y distantes ojos de Eruhaben y un nudo quiso formarse en su garganta.

- Es cierto, eres diferente.

Cale bajo su mirada y observo como sus pálidas manos temblaban.

- Pero yo aun te considero mi familia.

- ¿Uh?

- Todos ustedes, también lo son... Incluso si me odian en este mundo, yo voy a salvarlos.

Los rostros de su familia de este mundo pasaron por la mente de Cale y una sonrisa amarga se dibujó en su rostro.

- Yo realmente no entiendo que es lo que pretendes, chico.

- Cuando leí el libro por primera vez, no era más que un cuento de fantasía, pero después que los conocí... El futuro del libro donde Raon, Paseton, Pendrick y tal vez tú mueren, donde los héroes van perdiendo la batalla, donde el mundo cae en la desesperación. Es un futuro que no quiero que ocurra en ningún mundo y no voy a permitirlo tampoco.

Eruhaben estaba perdido de palabras cuando vio a Cale hablar con determinación y mirarlo de nuevo a los ojos.

- Cómo viviría mis días tranquilos, sabiendo que abandoné a mi familia a un final como ese.

- ... Tsk... que persona tan desafortunada, un humano cargando el destino del mundo por una razón tan trivial.

- ¿Dices que es trivial?

- Si, si fueran como los demás humanos no tendrías que cargar con esta pesada carga, darle un corazón tan puro a un ser tan débil es una jugarreta demasiado cruel de los dioses, no puedo evitar sentir pena por una buena persona como tú.

- ¿Qué dices? Jamás dije que fuera buena persona, de hecho, no lo soy.

Eruhaben se quedó sin palabras de nuevo, de todo lo que le había dicho Cale hasta ahora, esas últimas palabras eran simplemente las más sorprendentes.

Una vez más, pero nada es igualWhere stories live. Discover now