Capítulo Diecisiete

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Capítulo Diecisiete.

Londres// Inglaterra

Presente

Tipo de narrador: Omnisciente

Los rayos de sol se colaban por la rendija de la pequeña habitación, haciendo ver aún más rubios los cabellos de la pequeña niña. Aura, ese era su nombre, aquel que su madre soñó con ponerle y el cual se convirtió en la pesadilla de su padre. Tres años y medios no han bastado para recuperarla, el odio y el rencor, la hicieron prisionera de un destino que no le pertenecía.

Dicen por ahí que los genes se heredan, y es un hecho más casual que biológico, ¿Por qué de que otro modo se puede explicar que una niña que no llega a los 4 años de edad, se parezca a alguien que no conoce? A alguien que hasta hace unos días, desconocía de su existencia.

El rechinar de la puerta le dio a la nana, la entrada a la habitación, siendo totalmente cuidadosa en no asustarla. Pues su carácter era tan susceptible como un volcán y tan peligroso como un dragón. Eso era, justamente la respuesta que otorgaba cada vez que le preguntaban porque era así.

La mayoría de los adultos piensan que a los niños se le pueden mentir, y quizás nunca antes han estado tan equivocados. Solo las almas más puras son capaces de reconocer, las miradas más atroces disfrazadas de ternura. A diferencia de lo que todo el mundo cree, el estar lejos de sus padres la hizo fuerte y valiente, solo debe de ocurrir algo muy duro para que una lágrima salga de sus ojos. Esas que derrama cada noche por ellos.

La mujer se inclinó y toco el pequeño hombro, tratando de ser lo más sutil posible, pues la rabia de la niña explotaba con su mera presencia, la de ella y la del "Gargamel". Así fue como lo bautizo, luego de enterarse a los 2 años y medios, que sus padres no la abandonaron, sino que fue arrebatada de ellos.

Su pequeño cuerpecito giro sobre el colchón, arrugo su sonrosada nariz y aleteo sus pestañas revelando sus ojos, esos mismos ojos que compartía junto al carácter de su tía.

Un sonidito que ha oídos de cualquiera, sonaría tierno, salió de ella, pero que para su acompañante era el inicio de su propio infierno.

—Es hora de despertar —Se excusó inmediatamente, tratando así de evitar otro enfrentamiento, uno que siempre perdía. Los ojos gris tormenta se posaron en la fémina de mediana edad, aquellos que en ese preciso instante dejaban impresionado al ojiazul, Y ¿Cómo no estarlo? Si la imagen que captaban sus ojos desde esa pantalla, era la mezcla perfecta entre la rubia y la castaña, entre Hope y Aurora.

—¿Eres reina o hada de algún cuento? —Inquirió la niña, ya se encontraba cansada de tener siempre la misma discusión. La mujer bufo, pero negó. Una nueva batalla, una nueva derrota.

—Eso pensé, no eres más que una bruja. Y las brujas feas como tú, no molestan a las princesas —murmuro mientras sacaba su sonrosada lengua y se cruzaba de brazos. Estaba teniendo un sueño, uno donde conocía a sus papás y la abrazaban, uno donde los tenía, aunque no pudo verles el rostro, fue feliz, al menos por unos minutos.

—Lo siento señorita, pero el señor aviso que vendría. Debemos prepararla —explico casi con voz de súplica, la niña enarco una de sus pequeñas cejas y negó.

—No te he pedido que hables o te expliques Teodora, así que...

—Teresa niña, teresa —corrigió, pero se lamentó por lo que había hecho.

La hermosa infante se sonrojó rápidamente y más rápido que tarde, se levantó sobre su propia cama. Quedando prácticamente a la misma altura, pero con puñitos apretados, tomando la misma posición que su padre al molestarse, demostrando así que la sangre Bennett corrían por sus venas.

Cuando cae la lluvia © Tomo I [Completa ✔️]Where stories live. Discover now