Cuando cae la lluvia © Tomo I [Completa ✔️]

Capítulo Catorce

Capítulo Catorce.

Brighton//Inglaterra

Rhett.

"Cuando la verdad es evidente para cualquiera, pierde algo de su atractivo"- Aleksandr Isayevich

4 horas después del secuestro.

Estaciono delante de la entidad y camino rápidamente hacia la entrada. No necesito girar para saber que estoy siendo seguido por Elián y Tanisha. Coloco mi huella dactilar en el receptor y el singular sonido de aprobación, me da acceso a las instalaciones. Bajo las escaleras rápidamente hasta llegar a la zona C. Poso mi mano en el pomo de la cerradura y hablo para el rubio.

—No te alejes de mí, mantente cerca de Tanisha y ni se te ocurra abrir la boca para algunas de tus mierdas —Demando— Una cosa más —Volteo— ¿Eres capaz de reconocer a Aiden Bennett? —Pregunto.

Elián asiente desconcertado y gracias al estado de shock en el que se mantiene, no hace preguntas. Es un alivio porque ahorita no puedo ni quiero lidiar con su estupidez mental. La puerta es abierta y para mi desgracia es Jax quien nos recibe.

—Capitán —me saluda— lo estábamos esperando, debemos empezar el rastreo. Estamos en alerta y... —No lo dejo terminar estrellándolo en la pared.

—¿¡Lo sabías!? —Lo encuello— ¿Sabias el grado del parentesco del General con los objetivos? ¿Sabías que era su hermano? —Inquiero bruscamente.

Asiente zafándose de mi agarre.

—Era confidencial Thompson, así es esto ¿Qué esperabas? —Aclara excusándose.

—¿Dónde está? —Grito— ¿Se volvió a esconder como la rata que es? O ¿Piensa hacer algo por su hermana?

—Rhett contrólate —pide la morena colocando una mano en mi hombro— ¿El amor te vuelve así de idiota o qué? —Susurra en mi oído.

—Hazle caso —Ordena Jax— No olvides a quien te diriges.

—Ni una mierda, le dices que salga o... —Soy interrumpido por el sonido de otra puerta.

—Aquí estoy —Proclama una tercera voz haciendo que todos giremos hacia ella —General de la sub-división territorial de este departamento, primero al mando y respondo al nombre de Aiden Bennett, Capitán Thompson —Se presenta dándome la mano.

Lo analizo y detecto de inmediato el parecido, entre él y Hope. Tiene los nudillos rotos, y sangre por todo el cuerpo. Pero en lo demás, son prácticamente iguales, mismos ojos, misma estatura, mismo color de cabello y su misma nariz. La presión en mi pecho aumenta porque aunque no quiera, es la verdad.

—Elián —Lo llamo— ¿Es él? —Pregunto, lo que ya se.

Miro al rubio que mantiene los ojos muy abiertos posados en el hermano de la castaña. Esta pálido y se tambalea a tal grado que Tanisha debe sujetarlo, balbucea incoherencias hasta el punto que su mirada refleja asco y termina por asentir. Instintivamente presiono la mandíbula.

No me controlo y cada una de las lagrimas que le he visto derramar por él a esas chicas pasan por mi mente, cada puto día por tres años en los cuales convirtió su vida en un infierno: Recuerdo a la chica rota y dañada de la azotea, a ese ser vació de esta mañana y mi capacidad de detestarlo aumenta en cantidades inhumanas.

Camino hacia él y me dejo ir, estrello mi puño en su mandíbula mandándolo al suelo. No me detengo, me voy con él y le encajo la pierna en las costillas. Sé que esto no soluciona nada, pero si puedo causarle la mitad del dolor que le dio a ellas, lo hare. Aunque se de primera mano, que las heridas emocionales duelen mas y rara vez sanan. No se defiende y eso me enrabia más.