Capítulo 23

172 40 0
                                    


Ela:

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

Ela:

Su cuerpo salió de la casa furioso, sus músculos totalmente tensos y una respiración agitada. Dejó caer todo su peso sobre la gran roca que estaba frente a nosotros...

Mi corazón no había dejado de latir desesperado por saber lo que había ido a hacer dentro de esa casa y cuando lo vi, su imagen realmente me hizo sentir algo dentro de mí, una angustia y preocupación al ver ese pequeño hilo de sangre que resbalaba de la comisura de su labio.

Su pecho se contraía cada vez que tocía, tratando de recuperar el aire que había perdido en lo que fuera que había pasado. No paró hasta que de sus labios más sangre salió.

No me importaba nada más en ese momento, la tela de mis vaqueros dio contra la tierra mojada llena de hojas de colores, sus ojos se negaban a mirarme, pero necesitaba que lo hicieran, necesitaba ver el verde brillante que cubría por completo a su iris.

—Seth, mírame, por favor —. Mi voz sonaba temblorosa, ¿temía por él? Sí.

Tomé sus manos, cubiertas de una venda blanca—igual que la que había usado ese día—mal puesta, desordenada y con las manchas de la sangre que brotaba de sus nudillos lastimados.

—¿Qué sucedió?, ¿qué hiciste? —inquirí, revisando más a fondo sus manos.

Su rostro serio no se relajó, su mandíbula seguía tensa, el hilo de sangre seguía corriendo. Solté sus manos y lo tomé, dejando que mis manos tocaran la piel sudada de su nuca y sintieran los pequeños cabellos que allí se hallaban.

Ante mi contacto, no pudo evitar que sus ojos se cruzaran con los míos. Ninguno de ellos parecía lastimado, lo que era aún más extraño, pero no podía fijarme en eso ahora.

—¿Qué hiciste, Ice? —intenté de nuevo, llamándole por ese apodo.

Su mandíbula se relajó, esos ojos volvieron a tener la misma ternura y los mismos pasajes que se podía ver a simple vista.

—Lo que tenía que hacer —. Respondió, su voz no temblaba como la mía, había salido completamente seria.

Me quedé detallando ese verde brillante, que hasta hace solo unos segundos había sido oscuro, lleno de rabia, ira. Toqué su rostro con mi mano derecha, estaba caliente y lo que emanaba de él derretía en frío que mi palma tenía. Había vuelto a girar su rostro, evitando el mío, pero de nuevo, el toque hizo que se centrara en mí.

No sabía que había pasado, pero algo me decía que tenía que ver con su padre o con sus hermanos.

—No puedes quedarte así —. Le dije, recordando la vez en la que me ayudó hace varias semanas atrás —. Ven conmigo...

Hice todo lo que pude para levantarlo, el lago no estaba muy lejos por lo que tan solo llegar hice que se recostara, estando aún de pie sobre la roca que estaba junto a la orilla. Quité sus vendas mal puestas y con algunos pasos las metí y remojé en el agua fría que estaba frente a nosotros.

Iceحيث تعيش القصص. اكتشف الآن