Capítulo 28: Ángel

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Davis y Bletchey siempre estaban en la sombra del otro, perdidos en su propio mundo. En los raros momentos que emergían de la habitación para la hora de la comida y demás, eran bastante cariñosos, Tracey algo más, pero no hasta el punto querer hacerle vomitar. Bletchey nunca la rechazaba, pero siempre tenía una rigidez protectora en su postura que hacía evidente la intensidad de sus sentimientos por la bruja.

Theo, era otra historia. Si a Draco le había preocupado ser el único que tenía problemas con esta extraña situación, Theo no estaba en el mismo lugar que sus compañeros. Mientras que los otros parecían haberse adaptado bastante bien a las circunstancias, Blaise había comentado que Theo tenía sus días buenos y sus días malos. En no menos de cuatro ocasiones, Draco le había oído murmurar algo despectivo sobre los Muggles y los nacidos de Muggles, y Draco no había podido decidir si se había sentido incómodo o aliviado.

Puede que ya no sea capaz de pronunciar las palabras "Sangre sucia", pero escuchar el insulto le resultaba inquietantemente familiar, y había un leve rastro de respuesta a él. Todavía se estaba cuestionando. Todavía estaba indeciso.

Solo cuando Ted Tonks les había hecho una visita dos días atrás, Draco había sido testigo de uno de los días buenos de Theo. Draco había mantenido la distancia a propósito, pero se había dado cuenta de que el marido de su tía tenía una presencia relajada y afable que resultaba difícil de desagradar, y Theo había perdido toda la repugnancia en su expresión. Habían jugado al ajedrez de magos como si fuera lo más normal del mundo.

Los demás se habían abstenido de hacerle cualquier pregunta, y tenía la sensación de que Blaise había tenido algo que ver con eso. Draco pudo ver que llevaba en silencio el control del pequeño grupo, estudiando distraídamente a todos y a todo con ojos aparentemente apagados, excepto cuando Lovegood estaba cerca. Draco seguía intentando comprender su extraña relación, pero no podía hacer ningún comentario teniendo en cuenta su propio apego a Granger.

Blaise y Luna tenían esa especie de amor reservado que solo notas si estás observando; expresado enteramente con toques persistentes y sonrisas secretas. Desaparecían tranquilamente por las tardes sin decir ni un susurro, y en los días en que Lovegood estaba en otro lugar, Blaise llevaba esa mirada distante de un hombre que no sabía si su alma gemela iba a volver a casa.

Draco sólo lo reconoció porque una expresión similar había rondado su espejo cada mañana.

Entre Blaise y Luna, y Andrómeda y Ted, estaba rodeado de molestos recordatorios de su propio – nada convencional – apego a Hermione, y todo les parecía tan natural. Como respirar.

A juzgar por el tono tintado del cielo, eran entre las cuatro y las cinco, y él estaba fuera, encaramado en los escalones de piedra de la parte delantera de la casa. Llevaba puesto el abrigo que Granger le había comprado, inhalando los débiles restos de su esencia, y sacudiendo de vez en cuando su varita para renovar el hechizo calentador que le protegía del gélido frío.

Aquí no había más que pensar, y sus pensamientos eran siempre tan turbulentos como un mar azotado por la tormenta. Esta noche no era distinta. No escuchó la puerta abrirse.

''Buenos días, preciosa'' la chistosa voz de Theo rompió la paz, y Draco le lanzó una mirada fría cuando se sentó junto a él en el escalón. '' ¿Y por qué no estás metido en la cama?''

''Probablemente por la misma razón que tú'' dijo.

''¿Erección matutina?''

A su pesar, Draco exhaló una risa contenida. ''No exactamente. Solo... demasiados pensamientos como para dormir''.

''Oh, eso'' asintió Theo. ''Sí, este no es el mejor lugar para ponerte al día con tu sueño reparador, Malfoy. Te diría que se vuelve más fácil, pero si eso fuera cierto, no estaría aquí hablando contigo a las cuatro de la mañana''.

ISOLATION | Dramione - TraducidaWhere stories live. Discover now