14. Siluetas

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Emily

Ha pasado ya una semana desde la fiesta, y desde que ví a los demás. No he hablado con nadie a excepción de Axel que me siguió escribiendo entre ratos. Las primeras veces fuí amable - o al menos lo que pude - al contestarle, pero después llegó a incomodarte su insistencia y terminé dejandolo en visto. Con Dalton he podido interactuar un poco en clases que le toca darme, sigue permitiendo que me quedé sentada en las gradas de esta, sin embargo continúa algo cabizbajo. Y con Alya y Ninna me he cruzado unas cuantas veces por los pasillos del instituto, pero no nos hemos dado el tiempo de platicar.

Cada quién está ocupado en atender sus propias vidas. Incluyendome.

Tengo asuntos por resolver. Todavía me falta encontrar que es lo que mis padres se empeñan por esconder, algo un poco complicado ya que siguen de viaje. Y a todo esto súmale las responsabilidades de la escuela. Mi cabeza trabaja a su máxima capacidad, y si algo vuelve a salirse de control voy a explotar.

La clase de química ha concluido después de que nos diera un gran repaso de la tabla periódica. Suerte que no me tocó a mí ser de las participaciones. Por lo menos una cosa buena en la semana de mierda que cargo.

Los demás empiezan a amontonarse en la salida deseando huir de aquí lo más pronto posible. No los culpo. Caleb no se ha presentado hoy, así que me quedo sola junto con el profesor que está guardando sus pertenencias esperando a que se despeje un poco la unica salida del sitio. Tomo mis cosas, y una vez desalojado el salón me encamino hacía la puerta imitando a los demás.

- Eres muy callada.

No me dí cuenta de en que momento el profesor Blackburn se había levantado. Y al darme la vuelta, me quedo totalmente inmovilizada al notar cuan cerca está de mi rostro.

Trato de mirar a otro lado con la esperanza de que le haya hablado a alguien más. Pero no, somos los únicos que quedan en el aula. Si pronunciará una sola palabra mis labios podrían rozarlo, y él no hace ningún intento por apartarse. En lugar de eso, solo se mantiene repasando con la mirada cada centímetro de mi rostro.

Me mantengo callada. Solo pasan unos cuantos segundos que me parecen eternos, hasta que él levanta su mano libre y me coloca un cabello detrás de la oreja que se me había escapado sin darme cuenta, rozándome ligeramente con la yema de los dedos en el acto.

Esto no está bien.

Por el rabillo del ojo me parece ver la silueta de alguien observandonos, causando que me separe de un salto y recorra los alrededores con los ojos alerta a cualquier persona que pudiera haber visto la escena. Pero no hay nadie.

- Si hablo, pero no con usted.

A continuación salgo de ahí a toda prisa sin permitirme ver su reacción. Simplemente me sumerjo en la multitud habitual que se forma en los pasillos.

Si Caleb estuviera aquí me diría que no fue nada, que solo estoy exagerando. Pero estoy totalmente segura que lo sucedido sobrepasa la amabilidad. No creo que esté sea el trato profesor-alumno correcto.

Vaya manera de iniciar el día.

Estoy dispuesta a ir al despacho del director y reportar lo ocurrido, exigiendo un cambio de inmediato. Me toma unos minutos pasar a todas las personas que se quedan paradas a medio pasillo cotilleando. Envidio su tranquilidad. La secretaria del director está ocupada con unos papeles que están esparcidos por todo su escritorio, su cabello está hecho un desastre y noto la línea de sudor que se forma en su frente, está totalmente desesperada. Al parecer mi presencia ante sus ojos es nula, así que no me queda de otra que entrar por mi cuenta al despacho, pero me desconcierta y sorprende el encontrarlo vacío.

Caso InterrumpidoWhere stories live. Discover now