Capítulo 4 "Haz tu magia"

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Louis llevaba apenas una semana en el hogar para ancianos, había logrado esquivar milagrosamente las pastillas, los chequeos de todo tipo. Los análisis de sangre eran lo último que tendría que superar. Justo se encontraba moviendo nerviosamente su pierna y, su mano frotando sobre su muslo.

—Señor Arthur —habló la enfermera —necesito tomar una muestra.

—De ninguna jodida manera, si yo estoy muy sano mire —soltó mientras golpeaba su pecho y mostraba su bícep —me siento genial, no necesito esto.

—Usted tal vez no, pero el doctor sí, ahora solo descubra su brazo izquierdo para tomarla, será rápido lo prometo.

—¡No! Lo que usted quiere es mirar mi cuerpo —cruzó un brazo alrededor del torso y el otro sobre sus genitales —No, no me desnudaré delante de usted! —dio un leve manotazo a la mujer —¡Atrevida!

Fue lo primero que se le ocurrió, si la enfermera arremangaba su suéter descubriría en cambio la mentira. La frescura y lozanía de la piel verdadera de Louis, sin mencionar aquel tatuaje en su muñeca, si eso ocurría entonces Arthur estaría en la calle, sin un lugar para vivir y Louis; a merced de su tía.

—Cálmese señor Arthur, solo es un piquete, por favor —la enfermera intentaba tocar el brazo, sin éxito.

—¡Auxilio! ¡auxilio esta mujer es un vampiro! ¡Auxilio! ¡Me quieren matar!

Los gritos no eran novedad, algunos residentes siempre se quejaban de las agujas y terminaban protagonizando escenas como esta.

Harry estaba de visita en la habitación de su abuela quien ya había pasado la última crisis y ahora parecía un poco más animada.

—Nonna ¿escuchaste? —se levantó y se asomó por el pasillo —¿Es el señor Arthur?

Podía ver el corredor, blancas paredes casi vacías, las mesas con la medicación de siempre, los espejos y el pasamanos que usaban algunos residentes que se rehusaban a un bastón. Las artificiales plantas ornamentales que descansaban en una esquina junto al consultorio de la sección A del lugar.

—Ahora vuelvo Nonna.

Sin pensarlo más llegó a la habitación donde la enfermera todavía luchaba por cumplir con su trabajo.

—¿Arthur? ¿Está todo bien?, ¿Qu-qué sucede? —caminó apenas unos pasos y se sentó junto al hombre , miró a Rose la enfermera con el ceño fruncido —¿Pueden decirme qué pasa?

—Pasa que tengo que tomar las muestras de sangre y el señor Weasley no me deja hacer mi trabajo y el nuevo médico lo solicitó.

—¡Mentira! Ella quiere quitarme mi sangre —genial, Harry observando la ridícula escena montada, pero Louis no podía permitirlo. Cruzó sus brazos por encima de su rostro a modo de escudo y así se mantuvo unos segundos más.

—¿Arthur? ¿Podrías por favor dejar que Rose haga lo que dice? Te prometo que no te quitará toda la sangre —y por tonto que pareciera, esa era la primera promesa de Harry.

Louis quería golpearse contra la pared, nadie podía descubrirlo aún. Un día antes había recibido una llamada de su hermana diciendo que su tía estaba presionando para descubrir su paradero y obligarlo a casarse con aquella chica, si Louis era descubierto justo ahora, todo se arruinaría.

—¿Podemos... podemos charlar un momento hasta que se calme —dirigió su mirada enternecida hacia el curioso hombre —¿te gustaría Arthur?

—Terminaré mi recorrido, regresaré más tarde señor Weasley y el nuevo médico lo visitará, necesita hacer su valoración.

"Las tardes con Arthur"Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα