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Al parecer, si fue definitivo su partida. Lo stalke en Instagram, y sus historias demostraban que sí, estaba a miles de kilómetros lejos de mí.

No podía sacarlo de mi mente, pero eso no quitaba aún mi enojo con él. Porque lo que me enojó no fue que estuviera con alguien más, sino que no fue capaz de decirme la verdad. 

Pero que importaba eso ahora cuando me habían elegido y aceptado en mi nuevo trabajo. Periodismo. 

Me avisaron que me encargaría de algunas cosas sencillas, y que si lo hacía bien me ascenderían como por ejemplo, salir En Vivo. 

Mi estómago se apretó al solo escucharlo. 

No podía aún creer que había sido aceptada. 

Al llegar a casa caí rendida y cansada al sofá, y sostuve con fuerza el collar que llevaba puesto alrededor del cuello, el que era de mi mamá y que papá me lo dio antes de morir.

-Espero que los esté haciendo sentir orgullosos-se me formó una sonrisa nostálgica. Lamentablemente por no tener empleo tuve que cancelar mis sesiones con mi terapeuta. Solo esperaba que en todas las sesiones que había llegado a tener me hayan servido para ya no sufrir más crisis.

Pero claro para mí y todo lo que había tenido que pasar, mis días de por vida siempre serían una lucha, por no caer, por controlar mis sentimientos y mantener la calma y no desesperarme.

Luego de eso me preparé el almuerzo, ya de por sí puse mi alarma para mañana porque me tendría que levantar a las seis del mañana, para llegar a tiempo. Sin duda esto me confirmaba aún más que ya no era más una adolescente, ni mucho menos una niña.

Al terminar de comer, encendí mi laptop y en un documento comencé a escribir, al parecer recibir una buena noticia, me asentó bien, porque me sentía inspirada y con ganas de escribir.

Y no podía faltar mi bebida energizante en mano. Cada cinco minutos tomaba un sorbo. Y en dos horas aproximadamente completé mi primer capítulo. Una sonrisa triunfante se me formó en la cara.

Entonces mi celular vibró, lo vi y tenía una videollamada de Drake. 

Enseguida contesté.

-¡Tanto tiempo!

-Hola, Lady-me mostró una sonrisa. Le había crecido el cabello y una leve barba se le asomaba por su barbilla. Al parecer estaba al lado de su ventana y al darle el sol en su cara sus ojos azules se veían muy potentes y claros. 

-¿Cómo has estado? ¿Ya terminaste tu carrera? Cuéntame, te he extrañado tanto.

-Aún me falta algunos años, pero no algo que preocuparse. Y sí he estado bien, junto a Ava. 

-¿Ava?-fruncí el ceño, por lo último que había sabido es que ella estaba en París.

-Sí, bueno decidió entrar en mi Universidad y las cosas entre nosotros se volvieron diferentes.

Okey, si antes no entendía nada ahora menos.

-Drake puedes ser más claro, ¿qué sucede entre Ava y tú?

-Estamos...-y balbuceó de manera tan baja que parecía que hablara en otro idioma.

-¿Qué?

-Ava y yo somos...-volvió a hacer lo mismo.

-¡Drake dime! Estás colmando mi paciencia.

-¡Que somos novios!-exclamó Ava, apareciéndose de repente en la pantalla.

-¡No lo puedo creer!-esbocé en enorme alegría-Ustedes dos, quien lo imaginaría. O sea pensé que en mil años Drake tendría una oportunidad con Patme y...-tosí-Lo siento no debí, perdón.

EFÍMERO  [2]Where stories live. Discover now