Chapter #7

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Me encamine tratando de ignorar los murmullos a mis espaldas. Sabía que estaba lejos de mi pertenencia, pero no iba hacer un caos. No en lugar donde ya esta hecho. Llegue y Ray ya se había sacado el casco. Ya no tenía el pelo parado, ahora lo tenía aplastado y pegado a la frente. Está sudoroso. Cuando veo que comienza a quitarse el traje de los brazos hacia abajo, todo en mi se paraliza por segundos. Un abdomen perfectamente marcado. Unos brazos fuertes que con hacer el mínimo de fuerza, te destrozaría los huesos, eran de músculos, pero no tanto. Por un momento sentí que la baba se salía de su sitio. La risa irónica de Ray me devolvió a la tierra. Moví mi cabeza en ambas direcciones comprobando de que los únicos que fueran testigos de mi paralización fueran Ray y yo. Y así fue. Su estructura facial volvió a la de siempre. Me acerque más esperando a no salir corriendo.

-Hola.

Estoy tratando de iniciar una conversación civilizada, con tal de golpearle la cara.

-¿Cómo me encontraste?

-Okey...-Susurre-. Al parecer no eres tan don "nadie, no estoy conectado con el mundo."

-No puedes estar aquí. -Dijo retador-.

-Lo siento pero no me dejaste opción.

-No puedes preguntar aquí.

Se puso una playera negra que combinaba con su pelo y la parte de abajo del traje.

-No puedo aquí, no puedo allá. Sabes que no me importa...

-Lo sé. -Me interrumpió-. Por eso te llevaré a la fuerza.

Antes de que pudiera formar un pensamiento o una palabra coherente, ya estaba sobre su hombro.

-¡Mierda, Ray, Bajame!

Golpeaba su espalda, pero pareciera que estuviera pintada. Ojalá que esto funcioné.

-Mierda, Madison. Deja de patearme en los genitales. -Dijo como sí fuera la cosa más normal del mundo-.

"Pero que mierda".

-¡¿Tienes calzoncillos de metal o estás de coña?!

Una risa añeja brotó de su garganta. Estaba segura de que le estaba pegando lo bastante fuerte como para que se retorciera en el suelo y me dejara ir...no era así. No se cuánto tiempo llevaba arriba de el, de vez en viendo le golpeaba fuertemente la espalda para que se percatara de que aún estaba con el. Llegamos a un Jeep negro. En otras palabras igual al mío. Supuse que era de el.

-¿Qué? ¿Ahora me llevarás a una cabaña y me violarás? Te informo que ya no soy virgen, no te servirá de nada.

Trate de sonar natural.

-No te tocare...No aún.

En el momento que escucho salir de su boca su "No aún" juro que palidecí. Mis entrañas se revolvieron al igual que mis pensamientos.

-¿Q-Que quieres decir con eso?

Di un paso hacia atrás por instinto. Ray noto mi acto y me devolvió una mirada asesina.

-Oh, no me mal intérpretes. Tu...me pedirás que te toque.

Les juro que en ese momento todo mi mundo de volvió un rojo fuego intenso.

-¡¿QUE!? -Chillo-.

-No te preocupes...Te encantará.

Y esa fue la gota que rebalsó el vaso. Me encamine hacia mi Jeep con la intensión de dejarlo hablar sólo. Me monto en este y antes de marcharme, le hecho la última mirada a Ray y me esta mirando como sí quisiera que avance.
40 minutos más tarde me encontraba afuera de mi casa. Ray me siguió hasta sólo unas cuadras antes de llegar a mi casa. Al abrir la puerta, un aire familiar me recibió. Subí con mucho cuidado de no hacer ruido y ni siquiera sabia porque. Al llegar a la puerta de mi habitación veo una figura masculina que me da la espalda. "Su espalda".

-¡Blake!

Me miro y por instinto le sonreí y el me la de volvió.

-Madison.

Me apresure a abrazarlo. Me estrecho contra su cuerpo. Con el siempre estoy a salvo.

-¿Donde estabas? -Pregunto-.

-Fui a ver a Zara. -Mentí-. ¿Por qué no contestabas? Nunca lo haces cuando más te necesito.

-Se me descargo. ¿Te hicieron algo? ¿Qué te paso?

Me examina la cara. Luego los brazos y sin querer toca mi muñeca lastimada.

-¡AY! Suelta, suelta.

Me dolió. No menos que los otros...pero más que cuando me la hizo Ray. Me soltó.

-Mierda. ¿Por qué hoy todos de empeñan a tocarme ahí?

-¿Quien te la hizo? ¡¿QUIEN FUE?!

Nunca, en mis pocos años que llevó con el, lo había visto de esa forma.

-B-Blake, cálmate, no es nada. Sólo un moretón, nada más.

Me comenzó a asustar la forma en la que me miraba.

-Dime quien te lo hizo. -Dijo "calmado"-.

-Nadie, no fue na...

El timbre suena.
Blake y yo miramos al mismo tiempo la puerta de mi dormitorio con el mismo pensamiento. Blake se libera de mi y camina a paso fuerte y rápido hacia la planta baja. Antes de que pudiera abrir la puerta me puse adelante de el impidiéndole el acto.

-Blake, no es lo que crees.

-¿Qué es lo que se supone que creo?

-S-Se que tienes...problemas con este tipo...Ray.

Su mirada se oscureció.

-¿Cómo lo sabes?

-Yo no que...

-¡¿QUÉ MÁS SABES?!

Me tomo de la muñeca.

-Blake...m-me lastimas...¡SUELTAME!

Los sollozos se hicieron más que audibles. El infierno estaba literalmente posado en mi muñeca. El dolor se extendió hasta mi cabeza, haciendo un dolor insoportable. Con la otra mano me agarré la cabeza en señal de que el dolor de mi muñeca no era el único. Los ambos dolores se hacían más fuertes al igual que mis gritos...al igual que los golpes en la puerta. Mi vista se hizo borrosa. La persona que estaba del otro lado logro entrar. Blake me soltó y me dejo caer al suelo. Luego todo se volvió negro.

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