CAPÍTULO XXXVI

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Delante de mi está vistiendo el uniforme que usan los guardias de seguridad Camila, al momento supe que era ella por la forma de su cuerpo y esos seductores ojos azules.

- ¿Me dejas pasar? - miro a ambos lados del pasillo, sabe que eso que está haciendo le puede costar el trabajo incluso el título de psicóloga.

-Si entra- encogí los hombros, no logro descifrar que hace Camila de noche en mi habitación.
Ella tomo asiento en un lado de la cama, yo encendí la luz del baño, haciendo eso lograba que la cama recibiera algo de iluminación.

- ¿Qué haces aquí Camila? - tome asiento a su lado.

-Vine a responderte la pregunta que me hiciste durante la consulta- dejo ir u suspiro.

-Soy todo oídos- empecé a mirarla con atención.

-Nick es que yo en realidad no soy psicóloga- me esquivó con la mirada.
No me esperaba esa respuesta, solo abrí los ojos elevando mis cejas. –Entonces ¿a qué te dedicas? - mi mente no acaba de asimilar lo que Camila me había contado.

-Trabajo como infiltrada de la policía- se movió sobre la cama, quedando más cerca de mí.
Al escuchar eso no puede evitar ponerme de pie, dar una vuelta por toda la habitación. - ¿Cómo que policía? ¿Qué investigas en este psiquiátrico? – me puse en frente de ella, seguía sin creer lo que estaba escuchando.

-Después del asesinato de tu amigo, Bogan movió algunos de sus contactos dentro de la policía y logró reabrir la investigación en secreto, Bogan no está del todo seguro que tu hallas sido el asesino de Oscar y yo fui asignada como policía infiltrada para investigarte- Camila seguía sentada en la cama, mirándome.
Me quede en silencio por un rato, todo este tiempo Camila la psicóloga había sido una fachada, estaba siendo investigado en secreto por la policía, mi cabeza quería estallar.

-Investigándome ¿Qué descubriste? ¿Crees que soy el asesino? - intentaba recuperar el habla.
Se puso en pie, para ponerse delante de mí, tomando mis manos. -Nick, tu eres un chico con demasiados demonios en tu mente, pero no eres un asesino-
No puedo evitar perderme en esos ojos, tengo su perfecto rostro delante del mío, cada vez que la miro siento como se detiene el tiempo, sus labios se ven tan apetecibles.

-Y si mi bata se manchó de sangre ese día, fue que al golpearme con la mesa se me abrió la herida de un reciente disparo que había recibido en otro operativo, por eso pase un tiempo desaparecida- entrelaza sus manos con las mías. - me tienes que creerme Nick-
Sus palabras me traen a la realidad, no sé si creerle, estamos tan cerca que no puedo pensar, mi respiración aumenta al compás de mi corazón, lo único que tengo claro es que quiero besarla.
No me pude contener, fui a por sus labios sin saber que pudiera pasar, no sé si ella se lo esperaba, pero respondió siguiendo mi beso, puedo sentir la humedad de sus labios, como muerde mi labio inferior, la temperatura de mi cuerpo no para de elevarse, continuaba disfrutando de ese cálido beso, hasta que sentí que ese instinto primitivo que todos tenemos dentro se apoderó de mí. Tomé a Camila, la elevé por debajo de sus muslos, sentí como ella cruzaba sus piernas alrededor de mi cintura, una vez que la tenía cargada, caminé hasta pegar su espalda contra la pared, sus piernas seguían bordeando mi cintura. Estando en esa posición aprovechamos para seguir besándonos ya sea en los labios, el cuello, su dulce olor llena a mis pulmones, que bien huele, puedo escuchar su respiración agitada, su rostro empieza a ponerse rojo, sé que ella está disfrutando tanto como yo. Dejé caer sus piernas al suelo, es momento de disfrutar de su prefecta anatomía, comencé a darle besos a medida que bajaba, por su cuerpo le quité los botones de su blusa, esa piel blanca me enloquece cada vez más, pasé mis manos por detrás de su espalda quitándole el sujetador, sus pechos fueron libres, no podía,  ni quería resistirme, comencé a besar sus pechos dotados de hermosura, pasé mi lengua por ellos, deje escapar suaves mordiscos, la piel de Camila no para de erizarse, dejando escapar placenteras bocanas de aire, ella no quiere que nada termine. Mientras bajo por su abdomen puedo escuchar uno debilites gemidos de placer, la escucho inhalar exhalar aire desmesuradamente, como sino no pudiera controlar su propio cuerpo.
Bajo su pantalón, me delito mirando su blúmer negro de encaje, aunque no lo tuvo puesto por mucho tiempo, se nota la humedad en su entrepierna, puedo saborear su parte más Íntima, que está completamente mojada. Puedo sentir como abre las piernas y hunde sus los dedos de una de sus manos en mi pelo, indicándome que no quite mi cabeza de ahí, mi lengua no para de jugar con su vagina, con su clítoris, sus gemidos van en aumento, mi corazón late descontrolado, no tengo ni idea cuanto tiempo pase de rodillas ante Camila, solo podía notar como su humedad no paraba de aumentar.
Tira de mi pelo haciéndome subir por el mismo recorrido por el que había bajado, nos miramos por unos segundos.
-Mi Turno- susurro Camila en mi oído,
De un movimiento me quitó el pulóver que tenía, sus dientes se clavan en mi piel, el dolor se hacía placentero, después de eso me empujo cayendo yo sentado en mi cama, esta vez ella fue la que arrodillo, quitando todo lo que me cubre de cintura para abajo, se divertía con mi entrepierna, solo apoyo mis manos hacia tras y miro al techo, es algo tan placentero tan efímero. Después de un rato se pone en pie, yo continúo sentado, hipnotizado con su cuerpo delante de mis ojos, abre sus piernas trepándoseme encima, es el momento en que se nuestros cuerpos se hacen uno, nuestras sombras se funden, mientras nos besamos y nos movemos yo me delito escuchar sus gemidos provocados por el intenso placer, sus pechos rebotan sin control, el sudor corre por nuestros cuerpos. Yo no quiero pensar, no quiero respirar, solo deseo disfrutar ese momento de infinito placer, olvide donde estaba solo estamos ella y yo amándonos siendo uno, obteniendo placer entre sombras y gemidos hasta que ambos llegamos a nuestro mayor éxtasis sexual, para terminar tumbados sobre la cama, con nuestra respiración aun agitada.

-Nos duchamos-le dije jadeando.

-Está bien abre la ducha- Camila intentaba echarse aire con sus propias manos.

Salí hacia el baño, siento debilidad en mis piernas, abro la ducha, toco el agua comprobando que está bien de temperatura, pero cuando salgo del baño en mi habitación solo estoy yo, Camila se había ido, me quedé un rato de pie.
En que estaba pensando ¿en un cuento de hadas?, en mi vida solo hay sombras y demonios, en parte entiendo a Camila, lo de esta noche fue una locura, quizás la mejor de las locuras, pero me dolió que no se halla despedido.
Al final tome la ducha que había preparado, en mi siquis está el recuerdo del cuerpo de Camila sin ropa delante de mí, no lo saco de mi cabeza.
Me la pasé reviviendo todo lo vivido con Camila hasta que fui derrotado por el sueño, al punto que ni escuché la alarma es la primera noche que lograba tener un sueño profundo.
Hasta que unos guardias irrumpen en mi habitación, dándole un tirón a la puerta, que provocó que me despertara, cayendo sentado en mi cama por el susto.

- ¿Qué pasa? –  grité confundido

-Deamon contra la pared, eres sospechoso de cometer un asesinato.







WTF??? 

SlenDDerman 

OBSERVADO [Finalizada]Where stories live. Discover now