CAPÍTULO XXXIV

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Acerqué mi vista a la foto, por la calidad se puede distinguir que es una foto muy vieja, tiene un color amarillento.
Impresa en la foto estaba la imagen de un hombre di piel oscura, calvo, con una barba en forma de candado, vestía una camisa de cuadros por dentro de un ancho pantalón y de su cuello colgaba una cadena adornada por una cruz.
¿Quién es este tipo?, jamás lo haba visto. Talvez en el diario de Oscar encuentre respuestas, pero ya es tarde en la noche necesito dormir, aunque sea par de horas, fueron suficiente emociones durante la noche, ya estoy exhausto.
Como todas las mañanas, mi reloj comienza con ese insoportable sonido de la alarma, aún tengo mucho sueño, me cuesta poder sentarme en la cama, me paso la mano por la cara, es casi imposible de resistir el sueño.
Voy al baño, hecho algo de agua sobre mi rostro, con esperanza que el agua fría me espabilara. Cuando salgo del baño mi mirada se desvía hacia el diario de Oscar que está encima de la cómoda que hay al lado de mi cama.
Vuelvo a tomar la fotografía que estaba dentro del diario.

- ¿Quién eres? - susurré mientras miraba la fotografía.
No sabía ni tan siquiera si la foto había sido tomada en este psiquiátrico, lo que puedo afirmar es que es una foto antigua, las únicas personas que quizás me podrían decir quién era el hombre de la foto son doña Carmen, de la cual no sé si logró sobrevivir a ese infarto, me sentí un poco mal por no haber indagado sobre ese tema, pero tengo las esperanzad de que haya sobrevivido. La otra persona que quizás pueda ayudarme sea el misterioso hombre del sótano, hace mucho que no le veo, desde que me dijo que alguien venía a por él, pero tengo que encontrar respuestas, hay que volver a ir a ese sótano.
Deje la foto sobre la misma cómoda donde está el diario, luego del desayuno me pondré a leer ese diario. Por la costumbre comencé con mi rutina de ejercicios, y mi posterior ducha.
Mientras caminaba al desayuno no vi a Nico.
-Después de todo lo de anoche ese debe estar durmiendo-  pensé

Tome mi bandeja y camine hacia la mesa vacía, ya me comenzaba a aburrir este mismo desayuno de las tostadas con mantequilla y el jugo de naranja.
Una bandeja choca contra mi mesa, es Deborah que se acaba de sentar enfrente de mi vista. 

-Tienes mala cara, debe de ser falta de sueño- le dio una mordida a su tostada.

-Es difícil dormir cuando estuvieron a punto de asesinarte- esa no es exactamente la razón de mi falta de sueño, pero le hecho de que alguien me quiere muerto, sigue rondando mi mente.

-Si yo sé que es difícil, tengo una cicatriz en el pecho que me lo recuerda- bajo la mirada.
Escucharla me hizo recordar lo que me había contado el día de la actividad, que su madre había enloquecido e intento matarla. Deborah ha pasado por mucho dolor, tanto físico como mental.
-El psicópata que me ataco, había desarrollado su trastorno en base a tu padre, ósea que hacía lo que tu padre quisiera ¿Sabías de eso? - deje de desayunar para mirarle a esos atractivos ojos negros.

-Si algo de eso me conto mi padre, no pensaras que…-

- ¿Qué tu padre lo halla mandado a matarme? - no la deje terminar de hablar.

-Nick mi padre tiene muchos defectos, pero no es un asesino- me enfrentó con su mirada.

-Entonces ¿Por qué? El que me ataco me dijo que lo mandaba su amo, que le molestaba a alguien, que me querían ver muerto- no fue exactamente lo que me dijo, pero el mensaje es claro, alguien lo mando a matarme.

- ¿Vas a creer en la palabra de un psicópata? - alzo su tono de voz.
Me quede en silencio, ni yo mismo tengo respuesta para esa pregunta, mucho menos para responderle a Deborah.
-Adiós Nick, es bueno saber lo que piensas sobre mi padre- Deborah se marchó enfada de la mesa.
Deborah defiende a su padre, talvez sea la única persona que le queda, pero eso no quita que siga pensando que él me mando a matar, utilizando su influencia sobre ese paciente.
-Joder, que complicado todo- di un puñetazo contra la mesa de metal.
Las miradas de todos en el comedor se vertieron sobre mí, me adentre tanto en mis pensamientos que olvide donde estaba mi cuerpo.
Entregué la bandeja y salí para el dormitorio, a buscar respuestas en el diario de mi amigo.
Estando en mi cuarto, me tumbé sobre la cama agarré el diario y comencé a leer.
Apenas he leído las primeras páginas, ese jodido sentimiento de ausencia empieza a dar vueltas a mi alrededor, en verdad extraño a mi amigo, leer esas páginas hacen que lleguen a mi mente demoledores recuerdos, a Oscar le conocía desde que llegué no se merecía morir asesinado. Leí algunas páginas, que provocaron que algunas lágrimas se escabulleran de mis ojos. Decidí ir a las últimas páginas, ya basta de seguir martirizándome con esos recuerdos.

-Está noche voy al área donde ocurrió esa explosión hace 20 años, tengo que buscar pistas sobre la muerte de Spencer, estoy seguro que a él lo asesinaron, ese hombre sabía algo- así decía uno de los últimos escritos de mi amigo.
Al juzgar por la fecha, este escrito Oscar lo redacto 3 días antes de su muerte.
Encontré otro escrito del día antes de su muerte.

-Ya fui al área donde ocurrió la explosión, lo vi, vi el esqueleto y tomé la foto del hombre de la camisa de cuadros, tengo razón hay un asesino ocultó en las paredes de este psiquiátrico, debo contarle a Nick, Nick tiene que saber.
Leer eso último me lleno ahíto, de dolor, Oscar nunca llego a contarme nada sobre ese esqueleto que vio le mataron antes.
En mi mente ya solo hay un propósito, descubrir al asesino que les ha arrancado la vida a varios inocentes y me ha hecho pedazos mi existencia.  




slenDDerman.

OBSERVADO [Finalizada]Where stories live. Discover now