CAPÍTULO VIII

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-Deja ya de mandarle notas a ese chico lo vas a terminar volviendo loco- hablaba de una manera casi imposible de escuchar.

Esa voz, esa voz me suena estoy seguro que la he escuchado antes, continuaba intentando abrir los ojos era imposible, lo más que alcanzaba a ver eran esas siluetas borrosas.

- ¿Acaso no lo entiendes? Él es inocente el no mato al otro chico, fue otra víctima de ese asesino vestido de negro-  

-aunque eso que dices fuera cierto no hay como probarlo y sabes perfectamente que tu palabra no nos vale para demostrar nada- otra vez esa vos, era tan familiar

¿Quién era esa persona que hablaba que yo conocía?

- debes investigar también por tu cuenta, para que te des cuenta que yo tengo razón-en cambio esa otra voz no lo había escuchado en mi vida

-Si voy a investigar, no te prometo nada, ahora vámonos no vaya a ser que despierte- puede escuchar como se alejaban sus pasos y los susurros ya eran imperceptibles. Intenté mantenerme despierto, pero esos susurros ya habían desparecidos y el silencio reinaba en aquella sala.

Cuando volví a abrir los ojos ya había amanecido, giré mi cabeza para observar por la persiana, un día lleno de luz y color con el sol radiante en el cielo al parecer ya habían pasados los días grises en los que llovía. Mirar por esa persiana era algo que me relajaba, transmitiéndome una paz que invadía todo mi ser. No se por cuánto tiempo estuve mirando el paisaje exterior cada vez que miraba por esa ventana perdía la noción del tiempo.
Había pasado un tiempo en el que estaba relajado, hasta que a mi mente llegaron los susurros de esas personas que me observaron durante la noche.

¿Quiénes eran esas personas? ¿Por qué una de las voces me sonaba tanto? Mi cabeza continuaba intentando asociar esa voz conocida con alguna persona que yo conociera, esa situación me daba mucho genio no saber de quién era esa voz  tan familiar.

Lancé un profundo suspiro y sentí una sensación de alivio llegar a mi ser, recordé que una de esas personas estaba segura de que yo era inocente del asesinato de mi amigo. Esa persona afirmaba que el asesinato había sido causado por el hombre vestido de negro, ese dato confirmaba que lo que me provocó que terminara en la enfermería era un recuerdo y no una pesadilla, mi mente había revivido parte de lo que sucedió esa fatídica noche en la que  ese bastardo vestido de negro asesino a mi amigo. Desgraciadamente aun no tenía manera de probar que no había sido yo el asesino y por alguna razón la persona que me creía inocente por lo que puede escuchar entre susurros su palabra no tenía validez. ¿Por qué la palabra de esa persona no tendrá valides? ¿acaso quien me envía las notas será otro paciente? Quiero  buscar alguna respuesta a esas preguntas. Abrieron la puerta de mi habitación, entró una enfermera de estatura pequeña una complexión física pasada del peso medio, tenia ojos grandes y labios gruesos su pelo era castaño lo tenía recogido formando un moño encima de su cabeza.

-Buenos días Sr. Deamon ¿Cómo paso la noche? –

-Bien, puede dormir como hacía mucho tiempo que no dormía – no me creería si le contara sobre las dos personas que entraron en la noche y hablaron de mí, diría que eso había sido un sueño provocado por los efectos del sedante que me habían puesto antes.

Aunque yo estaba seguro de que eso no había sido una pesadilla, esas personas si habían estado hablando en mi habitación.

-Me alegra que haya podido dormir tranquilo Sr. Deamon, en breve se le traerá el desayuno, para luego ser trasladado a su cuarto. –

Volver a mi cuarto no me molestaba, iba a extrañar las vistas de la ventana que quedaba al lado de mi cama, pero estar en esa habitación conectado a esos equipos con toda aquella cantidad de cables era algo bastante deprimente, además extrañaba a doña Carmen con sus intrigantes historia que hablaba con los muertos.

Luego de desayunar, fui trasladado a mi cuarto el cual seguía como lo había dejado el día mi dolor de cabeza me pareció raro que nadie haya entrado ni tan siquiera a tender las camas.

Sentí el sonido de la puerta cerrándose detrás de mí, corrí hacia mi cama, levante la almohada, que alivio la nota con aquel dibujo mal hecho seguía ahí. Tome la nota y me tumbe sobre mi cama, observaba ese dibujo intentando recordar todos los detalles de esa imagen del ciervo con la corona que había en la empuñadura del puñal con el que asesinaron a Oscar, recordar esa empuñadura también me hacía recordar todas las imágenes que habían quedado impregnadas en mi pupila el día que desperté en aquella habitación con mi amigo muerto.

Comienza abrirse la puerta de mi habitación, oculté rápido la nota debajo de la almohada y me senté en la cama. Fue una grata sorpresa ver quien me venía a visitar.    

SlenDDerman.  

OBSERVADO [Finalizada]Where stories live. Discover now