CAPÍTULO XXVI

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Ambos nos movimos rápidamente, para escondernos detrás de un viejo estante de libros que está en el sótano.

-Deberías apagar la luz- ya estaba escondido
-no, necesito ver quién es el que viene- habló en un tono bajo

Se escuchaba que bajaban de forma lenta las escaleras, deje de pestañar, debido a la sorpresa provocada tras ver quien es la persona que acababa de entrar al sótano, el Sr. Mertens el jefe de esta ala del psiquiátrico ¿Qué puede estar buscando aquí abajo?
Mertens registro todos los papeles que estaban sobre la mesa, caminó por todo el sótano, incluso paso muy cerca de nuestro escondite, el buscaba algo o a alguien.

-Voy averiguar quién eres- utiliza tono poco psicópata.

Permaneció en pie por unos minutos, observando cada detalle del sótano, lanzó un resoplido, es señal de su incomodidad, para terminar, regresándose por las escaleras.

- ¿Qué está buscando ese tipo? - salía a paso lento del escondite donde estaba.

-No lo sé, pero desde que te envió notas y te ayudo, siento como que alguien viene a por mí, puede que alguien no le guste que te envié notas, chico alguien muy importante está al pendiente de ti- mientras habló conmigo agarró algunos de los planos que hay sobre esa sucia mesa.

- ¿Sera Mertens el que viene a por ti? - pasé mis dedos por mi cabeza atravesando mi pelo.

-Eso lo tengo que averiguar, por ahora es mejor que no nos veamos por un tiempo, hasta que tenga respuestas, anda toma- me ofreció algunos de los planos que estaban sobre la mesa.

-Espera, pero no sé nada de ti, ¿Cómo sé que eres de fiar? - tomé en mis manos esos polvorientos y antiguos planos, para meterlos debajo de la camisa que tengo puesta  

-Yo no te pido que te fíes de mí, ahora vete y usa bien esos planos- señaló con su mano hacia las escaleras.

- ¿Por qué diablos me ayudas? - abrí los brazos a ambos lados de mi cuerpo, con las palmas de mis manos hacia arriba.

-No quiero que pases por lo mismo que yo, vete de una maldita vez- elevó su voz ronca, abriendo sus ojos.

Le hice caso y salí corriendo hacia las escaleras, que me llevarían hasta la parte de arriba, no había guardias, así que ayudándome de la oscuridad llegué a mi habitación.

Cuando estuve más tranquilo, recordé que al final el tipo del sótano no me dijo qué relación tiene con Bogan y el fallecido Dr. Miller, la necesidad de saber me devoraba, no sé cuándo volveré a ver a ese desconocido.

Deje escapar una bocanada de aire. - ¿Quién será la persona que está tan pendiente de mí? ¿Será Mertens? Que ya lo habíamos visto allá abajo, además no le caigo bien. La única manera de responder esas preguntas es averiguar lo que hacía Mertens esta noche en el sótano.
Saqué los planos que estaban debajo de mi camisa, algunos salieron un poco estrujados, pero podían valer, los guardé debajo del colchón de la cama, hay mucha oscuridad en mi habitación, no voy a poder ver los planos y si enciendo la luz de mi cuarto puede que levante sospechas, no es normal que un paciente esté despierto a estas horas de la madrugada.
Había sido una noche de muchas emociones, no sería fácil conseguir el sueño, solo estaba tumbando en mi cama mirando al techo esperando a que me ganara el cansancio, pero en lo que eso sucedía no paraba de darle vueltas a todo lo que sucedió esta noche, Mertens, ese hombre desfigurado, la persona que está pendiente de todo lo que hago, mi final será terminar más loco de lo que ya estoy.

Caminó por un pasillo enorme, miró a mi alrededor esta casa es gigante que alto está el techo, mientras camino observo los distintos cuadros que cuelgan de las paredes, finalmente termino parado en firme, delante de un cuadro gigante, su dibujo es el de un ciervo coronado, acerco mi pequeña mano para tocar la pintura, estoy a punto de tocarla.

De un salto caigo sentado sobre mi cama, al momento noto que estoy en mi habitación, me dejo caer con las manos cubriendo mis ojos.

-No puede ser, están volviendo los martirios de cada noche-  hablé dentro de mi mente, todavía tapaba mis ojos con mis manos.

Lo habitual en mis pesadillas es que siempre estaban relacionadas con Oscar y su asesinato, pero esta fue diferente, ¿Por qué soñar con un cuadro con la insignia del ciervo coronado?, otra cosa que podía recordar de mi sueño, es que cuando acerqué mi mano al cuadro mi mano se veía como la de un niño pequeño, no más de 5 años. Definitivamente una de mis pesadillas más raras.
No conseguí el sueño durante el resto de la noche, solamente esperé a que sonara la alarma para empezar con mi rutina habitual de vida.
Pasaron algunos días donde todo estaba tranquilo, a Nico, en ocasiones lo veía de lejos, jugando con los pacientes de su edad, no he vuelto a coincidir con Deborah, aunque en ocasiones pienso en ella sin saber la razón. He comenzado a estudiar a escondidas los planos que me dio el desconocido del sótano, del cual no he sabido más nada. Hay noches en las que repito esa pesadilla del cuadro con la insignia del ciervo coronado, pero sigo sin encontrarle algún sentido, puede que suene raro pero estos últimos días han sido lo más tranquilos que he tenido en meses.

Una mañana como cualquier otra, en la que acabo de desayunar y me dirijo a la habitación.

Escucho que pronuncian mi nombre. –Deamon acompáñeme, la psicóloga Strech quiere verlo-

Me detuve en seco – apreció Camila-

SlenDDerman.

OBSERVADO [Finalizada]Where stories live. Discover now