Cap 3: Parte 3.

163 12 15
                                    

Sylvie, no estaba bien, acostado en mi cama esperando a que la pequeña chica venga y se acomode en mi cama, simplemente ella no apareció… el sentimiento de soledad junto al de angustia y temor… ¿fue los celos? ¿Qué fue lo que paso con Sylvie en ese momento? ¿Por qué no pude levantarme hace unas horas atrás? Preguntas que recorrían mi mente, una tras otra.

Me levanté de mi cama para ir a tomar algo de agua, no podía conciliar el sueño, no solo por lo de Sylvie, también me preocupaba Nephy, ella… ¿estaba bien ahora? Una respuesta se me vino a la cabeza, depresión… no estaba seguro, talvez solo fue la tristeza del momento… espero que no sea eso.

Cuando llegue a la cocina serví un vaso de agua, una vez este se llenó tome un gran sorbo de este, no termine el agua y lo dejé ahí, me limpie el rostro y volví a mi cuarto.

Tratare de consolidar el sueño, sea como sea.

Mientras caminaba en el pasillo, ya cerca de mi cuarto, pude ver una silueta oscura tratando de entrar silenciosamente a mi habitación, estaba con un pijama de color azul, sosteniendo con ambos brazos una almohada de color blanco, con el cabello recogido…

Un momento… ¿el cabello recogido?

Me acerco sigilosamente… una vez llegó detrás de ella pongo una de mis manos en su hombro… grave error.

—¡¡¡Hya!!!

Al momento sentí un golpe en la entrepierna haciendo que mis manos vayan al lugar del impacto, cayendo al suelo abatido por el dolor.

—¡Amo!

Sentí un dolor indescriptible, horrible… mi cuerpo se sentía débil y ligero… viendo la luz al final del túnel… preparando la ascensión de mi alma… creo que seguía vivo.


—Lo siento… aunque de cierta manera se lo merece.

—Que dices… oye acabas de casi matarme.

Aun sentía algo de molestia aún en la entrepierna.

—¿Duele tanto?

—¿Enserio quieres que te describa el dolor? Solo para que lo imagines, tres veces el dolor del periodo femenino, un disparo y el rechazo de la persona que amas.

—¿¡Enserio!? L-lo siento mucho.

Después del golpe dado por Sylvie trate de levantarme, unos minutos después de estar tirado en el piso pude levantarme y entrar a mi habitación, ahora mismo estaba conversando con ella sentados en la cama.

—Sylvie… que fue lo que paso… ¿Por qué dices que me lo merezco?

La tímida pero molesta Sylvie apartó su mirada.

—Usted prometió hablar solo conmigo.

—No fue eso lo que dije.

—Fue lo que yo entendí… ¿es egoísta?

—Muy egoísta y posesivo…

Ahora que lo pienso, no me gustaría que Sylvie tenga una relación más íntima con Ferrum que yo… talvez lo que hizo fue justificado… que estoy diciendo, nada justifica lo que hizo.

—Bueno… a dormir.

—Si… me dejara dormir aquí ¿verdad?

Me acosté de lado y me cubrí con la sábana.

—Si está bien, solo por hoy.

Ambos nos acostamos, pero a diferencia de otros días, ella se alejó de mi, quedando al otro extremo de la cama, no dije nada y decidí dormir….

… ¡…!

—Pensé que estabas enojada.

—No puedo enojarme con usted, eso creo.

Sylvie ocultó su rostro en mi espalda, como noches anteriores… notaba a Sylvie más apegada, esto empezaba a ponerme nervioso.

Mire hacia la ventada de mi habitación que por alguna razón no había cerrado… ¡es verdad! La luna hoy estaba hermosa.

—No esta hermosa la luna.

Sylvie no movió un solo músculo, y lo único que llegó a decir fue.

—A sus ojos… quiero ser más hermosa que esa luna.

Me había quedado sorprendido por lo que había dicho… enserio, es bastante celosa.

—Si es así… prefiero a cierta chica de ojos plateados antes que a la luna… ahora a dormir.

No había dicho eso con otras intenciones de solo dejar la conversación y dormir.

¡…! ¡oye!

Sylvie me enrollo con sus brazos pegando su mejilla con la mía.

—Sylvie, ¿te encuentras bien?

—Solo estoy haciendo lo mismo que usted hace.

No dije nada y cerré los ojos, al parecer ella también… ambos nos quedamos dormidos al poco tiempo.

Es de mañana.

Mire por todos los alrededores cómo es costumbre, pero esta vez vi que Sylvie no estaba sentada en la esquina de la cama, sino a un lado mío, aún durmiendo mirando hacia mi lado… solo la observé por unos segundos, pero lo que en realmente quería ver ahora era… levanté mi mirada hacia el techo… ahí estaba, un dibujo de un ojo bastante realista, no me había dado cuenta antes, o solo que no me importó mucho…

—Buenos días amo….

Sylvie se había despertado, ella limpio sus ojos y con una voz somnolienta pregunto.

—¿Que pasa?

—No nada… sabes se me hace raro que no te hayas despertado temprano… ¿pasó algo?

Sylvie desvió la mirada, ruborizada.

—Parece que no se acuerda de nada.

—¿Eh? ¿Hice algo malo? Me muevo mucho por la noche ¿verdad?

—Bueno, solo se mueve hasta que logra su cometido y deja de moverse por toda la noche…

¡…! Enserio, qué demonios pasa.

Sylvie se levanto y agarro su almohada.

—Estaré calentado el agua para cocinar…

—Si claro, me levantaré enseguida.

Una vez Sylvie desapareció de la habitación, yo empecé a estirar el cuerpo para empezar con un nuevo y productivo día.

Volví a mirar el dibujo de un ojo en el techo, no le tome importancia y salí de mi habitación.


—Creo que debo gastar algo de dinero… parece que seguiré teniendo gran cantidad de este dinero para ahorrar.

Estaba en mi consultorio sacando las cuentas, ganaba de la forma natural, pero… incluso con dos personas viviendo en esta casa, sigo teniendo dinero para ahorrar….

¿En que podría gastarlo?

Pensando en que podría gastar el dinero guardado se me ocurrió formas… talvez algún viaje, pero dudo que Sylvie soporte un viaje largo, talvez debería comprar más ropa para mí.

¡…!

Mire a la puerta de mi consultorio, alguien había entrado, una mujer de una edad mayor a la mío, con su melena rubia que llegaba hasta sus caderas, un elegante vestido y sombrero, este último cubría gran parte de sus ojos, pero aún así, podías ver los ojos de color carmesí que tenía dicha mujer… lo más llamativo, su enorme “personalidad”… de seguro muchas mujeres deben tener envidia de la enorme “personalidad” de Aurelia…

—¿Se puede?

—Claro pasa, buenos días.

—Muy buenos días… es un consultorio bastante espacioso y moderno, si lo comparamos con los del hospital.

—Puede que tengas mucha razón… pasa y siéntate, supongo que vienes a lo que hablamos.

—No hay otra razón para estar acá, mi hija está atendiendo el local.

—Entiendo.

Aurelia se sentó y empezamos ha hablar.

—¿Lo conseguiste?

—Aun no… y quería cancelar todo.

Me sentí sorprendido a lo que había dicho Aurelia… Lo único que podía decir y preguntar era el porque.

—Que paso… ¿Cuál fue el percance?

—Quiero enfocarme en mi hija… siento que estoy siendo egoísta dejando a Elena de lado, durante estos días la he dejado de lado y bueno… ella no merece que mi actitud cambie con ella cuando ella no ha hecho nada.

Mostré una sonrisa en mi rostro y cruce los brazos.

—Entiendo… pero si logras conseguir la sangre y decides seguir con esto, puedes regresar.

—Así será… ¿…? Niña, es de mala educación espiar a los demás.

Aurelia había mirado hacia la puerta, yo también observé y vi a Sylvie quien estaba viendo por la puerta media abierta.

—¿Sylvie? ¿Qué haces?

—N-no es lo que cree, yo solo vine a preguntar algo.

Ella abrió por completo la puerta y entro al consultorio.

Es verdad, ella no conocía este lugar.

Se acercó a mí y se puso al lado mío.

—Bueno días señora Aurelia.

—¿Señora?

Aurelia no había reaccionado de mejor manera a lo que dijo Sylvie…

Dios santo, las mujeres y el problema que tienen con la edad.

—Si, señora.

—¿Sylvie?

Sylvie estaba echando más leña al fuego, no creo que lo haga intenci… al ver su rostro me di cuenta… ¡que lo hacía a propósito!

—Vaya… veo que la pequeña niña cree que soy bastante mayor.

—Para alguien de mi edad usted es bastante mayor, y también para la edad de mi amo.

—¿Amo?

—Sylvie… creo que deberías parar.

De una forma nerviosa me dirigí hacia Sylvie, ella simplemente me vio con un rostro sin expresión, cerró los ojos y respondió a Aurelia.

—Lo siento… no volveré a decir la verdad frente a usted.

—¡…! Vaya….

Aurelia estaba algo molesta aunque no mostraba tal molestia… simplemente sonreía amablemente, pero esa sonrisa forzada ocultaba la molestia del momento.

—Vaya Alessandro….

—¿Alessandro? ¿¡amo ella lo llama por su nombre!?

Esto iba a estallar, pero… ¿Donde comenzó esto?

—Tranquila, no te quitaré a tu esposo…

—¡…! ¡Oye Aurelia! ¿Qué estás diciendo? Ella apenas tiene 15 años.

—Que tiene de malo, está en edad de casarse.

—Yo tengo otros principios, Sylvie… ¿enserio?

Sylvie estaba con la cabeza agachada y avergonzada, me di cuenta que lo que Aurelia dijo fue un ataque directo a Sylvie.

—Aurelia, ella no es mi esposa.

—¿No lo es?

—¿No lo soy?

Mire Sylvie quien tenía una mirada aterradora, que paso con su rostro sin expresión cuando llegó, ahora hace todo tipo de expresiones.

Hice un gran suspiro de cansancio y me tranquilizó.

—Bueno… yo me retiro Alessandro, tengo que recibir la nueva mercancía.

—Esta bien… si cambias de opinión puedes volver.

—Claro.

La mujer salió de mi consultorio y me quedé solo con Sylvie… ella se quedó mirando a Aurelia, hasta que la mujer madura saliera….

—Esa mujer… me supera en tamaño enormemente.

—¿Eh?

Teaching Feeling: Watashi No Chīsana Dorei Vol.1 Vol.2 (CANCELADA)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα