Only one day

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Min lloraba mientras sujetaba su celular contra el pecho, era mentira, todo lo que le dijo a kyuhyun era mentira, lo tenía presenté cada segundo, con cada respiración, con cada latido de su corazón, el amor que sentía por él seguía tan vivo y con la misma intensidad como si no hubiera pasado nada, como si no estuvieran a kilómetros de distancia.

Ni es sus sueños había logrado superarlo, en cada uno de ellos él era el dueño absoluto, lo extrañaba tanto que dolía.

Escuchar su voz fue algo tan maravilloso que lo hizo volar y jugar entre las nubes,, él también lo necesitaba, también quería verlo...

Pero no sabía que era lo correcto, ¿Perdonarlo y hacer como si nada hubiera pasado?...¿Seguir intentando olvidarlo?, algo que hasta el momento no había logrado, ¿Que debía hacer? ¿A quien hacerle caso? ¿A su corazón o a la razon?, era una lucha tan feroz la que se llevaba a cabo dentro de él.

También extrañaba mucho a sus hyungs, aunque seguía manteniendo contacto por medio de las redes sociales y cartas, no era lo mismo, al pequeño Jae que en unos meses cumpliría dos años, a Yesung de quién no se pudo despedir, a su omma, la madre postiza que le abrió sus brazos para acurrucarlo en su pecho y brindarle esa protección que solo una madre amorosa puede dar... y a Wook...

Wookie, su gran amigo, la persona que le brindo su cariño, su confianza, su amistad hasta su familia, quién estuvo con el cuando sus padres fallecieron, lo apoyó, lo ayudo a levantarse, a no dejarse vencer ante el dolor de su perdida.

Se sentía tan huérfano en ese país, sentía que no pertenecía ahí, Londres era su lugar, ahí estaba su familia, su historia, su mundo.

Y era cuando sus deseos de regresar lo apremiaban para que tomara el primer vuelo y corriera hasta envolverse en los brazos de su omma, disfrutar de los cariños y mimos de Teeuk y Kangin y liarse en esas aventuras locas que él y Wook tanto disfrutaban hacer y que sacaban canas verdes a toda la familia., correr y abrazar a su Kyunnie, besar sus labios que tanto le gustaban, beber de ese néctar que lograba calmar su sed, sentir sus manos recorriendo su cuerpo palmo a palmo mientras su aliento le erizaba toda su piel, disfrutar cuando entraba poco a poco en él para después hacerlo suyo de forma salvaje y a la vez tan delicadamente.

Pero entonces la realidad lo golpeaba cruelmente y otra vez caía en ese abismo profundo de dolor.

Golpeó el escritorio con ambos puños, tan fuerte que las cosas que ahí estaban terminaron en el suelo, un grito desgarrador, llenó de dolor y frustración salió desde lo profundo de su alma.

Unos golpes en la puerta lo regresaron a la realidad, se frotó su cara para despabilarse, peino su cabello con los dedos y se acercó a abrir la puerta.

Eun_ ¿Esta todo bien por aquí? ,me pareció escuchar un fuerte golpe y un grito...

Min_ S-si... y-yo...todo está bien...se me cayeron algunas cosas...pero no pasa nada...

Eun se le quedó mirando no muy convencido, Min se apresuro a recoger los papeles y demás cosas que habían caído, Eun entro a la oficina y cerro la puerta.

Eun_ ¿Necesitas hablar?...

Min_ N-no... y-yo estoy bien...de v-verdad...

Eun_ Pues parece que tu semblante y las ojeras que adornan tus ojos no opinan lo mismo que tú.

Min_ Mmmmmmm.... y-yo...

Eun_ Todos en algún momento necesitamos que alguien nos escuche, confía en mí, tal vez pueda ayudarte en eso que te tiene tan mal.

Min se quedó callado unos largos minutos, dudando si  contarle o no, algo tan íntimo de su vida privada, pero su necesidad de desahogarse pudo más.

Le contó todo, una vez que empezó fue más fácil seguir sin detenerse.

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