CAPÍTULO XXXV

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Después de que yo y Nico tumbáramos a ese guardia en la cocina la noche anterior, los pasillos están más vigilados, es imposible que pueda ir hasta el sótano sin ser descubierto.
Por más que examinaba los planos que aún tengo en mi poder, no puedo descifrar en donde es que esta el área donde ocurrió la explosión, el psiquiátrico es muy grande, necesito hablar con alguien que me sepa decir con exactitud
¿A quién le puedo preguntar?, desde que sé que alguien me quiere muerto no me fio de nadie, la única persona que quizás me ayude sea el hombre misterioso que vive en el sótano, pero hace mucho que no sé nada de él, es como si se lo hubiera tragado la tierra. Me siento como en el medio de un laberinto, sin saber por dónde comenzar.
Pasaron algunos días, la seguridad en los pasillos durante la noche no disminuía,  poco a poco voy siendo presa de la desesperación. He mirado una y mil veces la foto que estaba dentro del diario, pero es inútil, no tengo ni la más remota idea de quién es ese tipo. También he continuado leyendo el diario de Oscar, sin encontrar nada relevante, lo único que tengo relacionado con su asesinato es lo que ya leí antes, que fue a la zona de la explosión y vio ese esqueleto, esa fue la principal causa de que lo mataran.
Es asfixiante saber que estas muy cerca de descubrir algo que puede cambiar tu vida, pero no sabes cómo llegar a ese algo, los días se hacen muy largos, lo único que hay en mi mente es encontrar al asesino. Prácticamente no hablo ni con Nico y mucho menos con Deborah que sigue enfada conmigo, porque sospecho de su padre. Hay días en los que salgo un rato al patio a sentarme bajo un árbol, a intentar respirar algo de aire fresco, pero es en vano sigo atrapado en mi propia mente, obsesionado con vengar la muerte de mi amigo.
A todo eso agregarle, que alguien me quiere muerto, pueden venir a por mí en cualquier momento, siempre me ha costado dormir, pero ahora es que ya prácticamente ni duermo, creo que cuando más lo único que duermo son 3 o 4 horas diarias.
Últimamente un nuevo psicólogo me ha estado atendiendo, pero no avanzamos, el intenta sacarme de esta cárcel mental en la que estoy, pero no estoy tan seguro de que quiera salir, en ocasiones prefiero atormentar mi mente, pesando en cómo encontrar al asesino.
Voy de camino a mi dormitorio después de haber almorzado.

-Deamon, tiene sita con el psicólogo- me informó el guardia que me había interceptado mientras caminaba.

-No quiero ir – le pase por el lado siguiendo en la dirección en la que iba.

-Sabes que esa no es una opción- agarró mi brazo, haciendo que me detuviera.

-Además la Dra. Strech insistió mucho en verte-

- ¿La Dra. Strech? - al parecer había vuelto a aparecer Camila.

-Sí, recién regreso de sus vacaciones, ahora vamos- el guardia puso su mano en mi espalda y comenzamos a caminar.
Al llegar a la consulta está Camila senada tras la mesa. Con una blusa blanca de tirantes, el pelo recogido haciéndose un moño y sus típicas gafas trasparentes que hacen que sus ojos se vean más azules. El guardia me dejo en la consulta y salió fuera. Llegué caminando hasta le mesa en la que está Camila, tomando haciendo en frente de ella sin decir una palabra.

-Hola Nick ¿Cómo estás? - puso las manos sobre la mesa, acercando su cuerpo.

-Ya estoy bien de la paliza que me dieron los guardias- recosté mi espalda a la silla, alejándome

- ¿Cómo que una paliza? - noto en su voz lo sorprendida que está.

-tuve que empujar a un guardia para llamar su atención y tu pudieras salir con tu bata llena de sangre sin que te vieran, el guardia se puso de acuerdo con uno de sus compañeros para darme una buena cantidad de golpes- eso me hizo recordar que esos guardias tienen una cuenta pendiente conmigo.

- ¿Qué guardias te hicieron eso? - Camila se puso de pie apoyando sus manos sobre la mesa, se le ve enojada.

-Eso ya no importa ¿Por qué tu bata sangraba tanto la última vez que nos vimos?–
llevaba mucho tiempo desando hacerle esa pregunta.

-Lo siento Nick, eso no te lo puedo contar- Camila me dio la espalda, camino hacia la ventana de cristal que hay en la consulta, dejando ir su mirada hacia el lejano horizonte.
Me molesto la respuesta de Camila, ella aparece y desparece sin dar explicaciones, me llevo una paliza cuando intento ayudarla, creo que lo menos que merezco es que me responda la pregunta.
Hubo un breve momento de silencio, hasta que fue roto por el sonido de mi silla moviéndose.
-Adiós Camila- Salí caminando hacia la puerta, comenzaba a estar harto de tantos misterios y secretos
Camila permaneció inmóvil mirando por la ventana.
Llegó la noche, hay muchas guardias rondando por los pasillos, esta noche no podré ir al sótano tampoco, no me quedo de otra que tumbarme en mi cama.
Unos golpes secos tocan mi puerta, me pongo rápido en pie, alcanzo a ver por la pequeña venta de la puerta, un uniforme blanco, es un guardia, llego a la puerta y la abro con seguridad.
Mis ojos casi se salen de mis orbitas, no es un guardia quien había tocado mi puerta.




¿Quién creen que sea?

SlenDDerman.

OBSERVADO [Finalizada]Where stories live. Discover now