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Capítulo 38

Capítulo 38 > No me creas si no quieres

Pov. Minying

Hace tiempo que no me sentía tan cansada, mis piernas pronto se debilitarían y me harían caer al piso.

No he hecho nada, ya eran días que no salía de mi casa, no he trabajado nada. Las únicas llamadas que entraban a mi teléfono eran las de Yoon quien se preocupo por mí por no haber ido dos días seguidos a la compañía. Luciel me manda documentos y correos sobre el nuevo trabajo que le dije, no le dijo nada a Jumin, ya que era yo quien le tenía que decir, esa era la condición, pero prefiero que Luciel le diga, yo no he podido ver Jumin al rostro por vergüenza de lo que le he hecho, le dije que estaba enferma y en verdad quería descansar, hizo caso y no me ha molestado.

Estar en cama todo el tiempo es más agotador que salir y hacer los mandados, el televisor estaba encendido, aunque no hay nada que ver sólo es para que algo suene en todo el apartamento.

Gire en la cama para intentar dormir, era molesto no poder dormir bien, pienso demasiadas cosas que no me dejan dormir. Me levante de la cama, la única luz que iluminaba todo era del mismo televisor que estaba en un canal de cocina, un baño de agua caliente ayudara a mi insomnio.

Hace unos años tenía el mismo problema, mi doctor me recomendó píldoras para dormir, pero tendría que ir de nuevo para la receta y no quiero salir de mi apartamento que por ahora era un asco.

Pienso que el ambiente es lo que me tiene depresiva, todo estaba regado por el piso, un desastre total. Eran las dos de la mañana, no podía dormir, me sentía mal.

Soy un asco.

Realmente soy tan patética por hacer esto, quiero estar bien conmigo misma.

Respire hondo y comencé a limpiar cada parte de mi apartamento, desde lavar ropa sucia, sacudir, lavar platos; completamente todo, quería sentirme mejor en un ambiente sano.

Mi recompensa sería un baño caliente con una copa de vino.

Cada parte de ese sucio apartamento fue limpiado, seis de la mañana marcaba el reloj, acabe todo, y me merecía mi descanso. Puedo decir que me siento más tranquila y sana.

El canto de las aves sonaba avisando que ya todos están despertando, deje salir un suspiro de alivio, mi apartamento se ve mejor que hace unos días. Pero el sueño aun faltaba.

Entre a la bañera para relajarme y si me quedaba dormida era porque en verdad me sentía mal.

Hace unos días, lo que dijo Luciel, que tenía que pensar más por mí, de todas formas lastimare a las personas cercanas a mí.

Lo que quiero para mí, es pagar por mis malas decisiones, cualquier mal que hice que yo misma lo pague.

El timbre del apartamento sonó, lo primero que se me venía a la mente de quien llamaba era Yoon. Sólo le dije que estaba bien ya que no iría a trabajar por un tiempo y la tenía preocupada.

Salí de la bañera colocándome una bata de baño, el timbre seguía insistiendo.

Ni siquiera vi la mirilla. Me confíe demasiado.

Abrí la puerta sin preocupaciones.

—Yoon te dije que estaba bien —me sorprendí por ver que no se trataba de ella.

—Debe ser más cuidadosa, señorita Cho —una mujer que llevaba una gafas de sol, su cabello rubio lo sujetaba en una coleta alta, lleva un vestido negro ceñido a su cuerpo.

—Ahm, ¿Quién es usted? —se veía tranquila aquella mujer, ella se veía segura encontrando a la persona correcta.

—Oh, pensé que te habían mencionado ya de mí, pero al parecer no —rió al último, me ponía nerviosa con su presencia—. Quita esa cara Cariño, aparte verte demacrada me miras con inquietud, me pones nerviosa —dio dos palmadas a mi rostro, en verdad cuanta confianza hay en ella.