31: Azra🍷

435 48 9
                                    

No puedo respirar.

Por mucho que trate de mantenerme alerta, yo no...

Estoy entre un limbo en el que todo mi cuerpo arde y duele, trato de mantener y aferrarme a mi consciencia, pero solo consigo más dolor cuando trato de moverme.

Las cuerdas son como fuego ardiente quemando cada parte de mí

Meten mi cabeza una vez más en el agua congelada y yo aprieto los ojos tratando de no pensar en ello, cuando me sacan estoy jadeante y aún atada a una silla, el golpe llega solo y con ello se multiplica con cada respiración entrecortada que doy.

Soy más fuerte que esto.

Puedo salvarla.

Puedo lograr que se arrepientan después.

Solo necesito tiempo para salvarnos.

—¿Vas a seguir sin querer enviarle nada?

Abrir los ojos me cuesta, no sé qué han metido en mi cuerpo, pero no he hablado, estoy entre un limbo. Por mucho que traten y busquen hacerme hablar mantengo los labios sellados entre la inconsciencia y la realidad.

Un limbo sin retorno que me está dejando en la inconsciencia a cada nada.

Alguien grita antes de que mi rostro se gire hacía otro lado, debería sentir como la sangre se desliza por mi mejilla, pero solo consigo seguir paralizada.

No me interesa la sangre.

Pagaran.

Rogaran para que me detenga.

Van a pedirle a un Dios cuando comience con ellos, van a rogar para que me detenga, se van arrepentir.

—¡Responde!

Despego mis labios luego de algunos segundos, resecos y con el corazón latiéndome con rapidez.

—No haré nada por ti, puedes irte a la mierda Mendes. Pero no me usarás para que él venga a ti. Busca otro método porque de mí no lograras nada. Sigue jugando al villano, solo sigue.

Azra pide detenerse, quiere que detengan esto, pero debo salvarla.

Aún tengo fuerza.

Alguien tira de mi cabello hacia atrás y aprieto los párpados cerrados antes de tratar de respirar.

—Lo harás, Azra, lo harás tarde o temprano.

—Te equivocas—no reconozco mi propia voz, sin una pizca de emoción más que burla—, no soy tan estúpida como para dejar que me grabes teniendo el rostro como lo tengo o lo que sea que quieras hacer, conmigo no. Que te jodan hijo de puta, no pienso hacer nada para que el mensaje llegue a Jedrick. Veremos que tanto te duran tus juegos, querido viejo amigo.

—Eres tan idiota.

—Creo que no estamos en capacidad para hablar de quién es más idiota.

Suelta un gruñido y mi pecho se aprieta cuando me da un puñetazo en mi columna que deja cualquier tipo de aire que tenía fuera de mi sistema.

Mi cuerpo tiembla y la comezón en mi garganta se hace presente, el mundo vuelve a tambalearse, pero trato de no darle importancia.

Esto es lo que pasa cuando una droga entra a tu sistema, sin importar que tanto tiempo dure, se vuelve una puta adición.

—Ya la necesitas, solo espera a que pasen unas horas más, reina. Pronto estaremos divirtiéndonos. Dirás todo como un niño contándole a su madre que ha hecho durante el día. No resistirás mucho sin esta sustancia, princesa.

Insana lujuria © #2 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora