𝘁𝗿𝗲𝗮𝘁 𝘆𝗼𝘂 𝗯𝗲𝘁𝘁𝗲𝗿 ꗃ᤻ chanho

⠀⠀⠀✧〻 𝑻𝑾𝑬𝑵𝑻𝒀 𝑵𝑰𝑵𝑬.

Minho sintió suaves caricias por sus mejillas y no pudo evitar sonreír de manera somnolienta al percibir con exactitud el aroma que rodeaba la habitación. Sus pequeños ojitos se abrieron con lentitud e instantáneamente hizo contacto visual con aquellos orbes almendrados que tanto adoraba.

─Buenos días, Honnie.─ habló suavemente el alfa, sonriendo de manera preciosa y amplia, haciendo que las mejillas del pelinaranja se ruborizaran levemente.

─Buenos días.─ susurró para luego cerrar los ojos ante los agradables toques en su rostro.

El alfa abrió levemente su boca para decir algo más, pero una tercera voz hizo acto de presencia.

─¡Chan!─ le reprochó la omega mayor. ─Te repetí que no subieras y lo dejaras descansar.

─Buenos días, señora Yuna. Y no se preocupe, no debería dormir hasta tan tarde, hoy tengo trabajo.─ comentó apoyando su espalda en la cabecera de la cama.

─Buen día, cariño.─ esta vez le sonrió dulcemente al . ─Espero hayas dormido bien.

─Claro que sí, muchas gracias.

─Espera ¿Trabajo?─ dijo el alfa frunciendo levemente el entrecejo.─No puedes ir estando en celo, Honnie, podría pasarte algo riesgoso.

─¿Qué? No, para nada.─ sonrió tratando de aminorar la preocupación. ─Mi primer día, exactamente ayer, resulta ser el más complicado. Pero gracias a los supresores que me diste, sumado a tus cuidados y aroma, hizo que todo se amainara.

─Suena bien, pero creo que mi hijo tiene la razón esta vez, cachorro.─ comentó Yuna. ─No podemos arriesgarnos a que algo pueda pasarte, personalmente no me lo perdonaría.

Minho sonrió algo cohibido, sentir que acataba con la mayor atención y cariño le hacía sentir algo extraño, pero también le agradaba y de eso no había duda.

─¿Tu trabajo es en la misma cafetería?─ el omega asintió ante la pregunta de Chan. ─Entonces dame tu celular y me dices el nombre de alguien de tus compañeros. Yo les comunicaré que no asistirás por hoy.

Minho pareció pensarlo un poco, pero al sentir la preocupación de quienes ya son parte de su familia, accedió ante lo propuesto.

Un par de minutos y con una paciente conversación, Chan logró justificar la falta del omega. Recibiendo una amable respuesta y aceptando lo escuchado por parte de un tal 'Youngjar', quien noblemente dijo que se encargaría de cubrir su turno y convencer al jefe para que no discrepara sobre aquello.

─Listo, puedes relajarte por hoy.─ le entregó el móvil y le sonrió brevemente al pelinaranja.

─Bueno, ya con eso resuelto. Solo quiero que te despejes de ideas que abrumen tu mente, al menos por hoy.─ habló la mayor. ─Date una ducha si gustas y te esperaremos abajo para poder desayunar.

─Muchas gracias señora Yuna.

─No hay de qué, cariño.─ tomó del antebrazo a su hijo. ─Vamos, vamos; tú acomodarás todo en la mesa.

El joven alfa reprimió un resoplido y torpemente bajó las escaleras junto a su madre.

Él solo quería pasar más tiempo con Minho.

El omega bajó al primer piso con un conjunto de ropa holgada y cómoda, junto a su aún húmedo cabello por el reciente y relajante baño. No reprimió su amplia sonrisa al ver cómo Yuna y Chan alistaban lo poco que faltaba en la mesa.

Se sentía tan correcto, tan lindo, tan hogareño y familiar que si su madre estuviera ahí, crearían una perfecta pieza.

─Toma asiento, cachorro. Ya está todo.─ sonrió la omega.

─Esto es muy lindo, en verdad muchas gracias.─ comentó algo apenado.

─No te preocupes, yo solo quiero que desayunes bien y recuperes energías. No puedes enfermar.

─¡Así es, Honnie!─ dijo el alfa mientras se sentaba al lado del pelinegro. ─Por lo que te pido que no desperdicies mi arduo trabajo culinario y comas lo suficiente y necesario.

─Apoyo lo de que tienes que alimentarte, lo demás no le creas─ susurró la última frase: ─,yo preparé todo.

─¡Yo hice el jugo de naranja!─ comentó indignado, haciendo sonreír a ambos omegas por lo infantil que aquello sonó. ─Discriminas mi trabajo, eso duele mamá.─ comentó con diversión y creando un ameno ambiente.

Las leves risitas concluyeron, y todos optaron por escoger y comer lo instalado en la pequeña mesa. El ambiente se sentía realmente cómodo y una conversación natural inundó el agradable momento, haciéndolo uno especial y único; como una verdadera familia.

Al terminar, todos pusieron de su parte para poder asear lo utilizado y también algunas cuantas cosas en el hogar, muy a pesar de la constante negación de Minho. Con una leve música de fondo, sonrisas genuinas y una mezcla de actitudes enérgicas... tal vez olvidaron la verdadera razón por la cual los Bang estaban ahí, pero justo en ese momento quizás ya ni importaba. Era lo de menos al tener cosas mucho mejores de las cuales disfrutar y compartir.

Las horas pasaron con rapidez, los dolores y la leve fiebre de Minho era estrictamente controladas con supresores y una par de infusiones naturales preparadas con mucho esmero por la señora Bang.

Para el almuerzo los tres pusieron manos en acción y luego de ello el omega realizó sus actividades escolares con la compañía cercana de Chan. Cuando llegó la noche, y con un joven alfa insistiendo a su mamá de no irse de la casa aún, decidieron ver un par de películas hasta cierta hora. Yuna y Minho fueron a preparar un par de bocadillos a la cocina mientras Chan alistaba la televisión y el dvd.

Todo marchaba en orden, hasta que un par de toques en la puerta principal detuvo las acciones del alfa. Sacudiendo un poco su cabello, se reincorporó y fue a abrir. Topándose con una señora
pelinegra y muy bajita frente a él.

─¿Quién es usted?