francia; race

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| la voz de la (in)conciencia

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| la voz de la (in)conciencia

La carrera había sido un desastre. Un verdadero desastre. 

Isabella caminaba por entre las paredes rojas de las instalaciones de Ferrari, sumidas en un silencio sepulcral. Desde dentro se escuchaban los últimos festejos del podio que había quedado totalmente fuera del alcance de los pilotos. 

Estas carreras, específicamente las que no sumaban puntos, eran letales para el equipo. Isabella juntaba fuerzas (y paciencia) con cada escalón que subía. Sabía que después de un P16, Charles no estaría de humor para verla, ni para nada. 

Una vez en el piso superior, tocó dos veces la puerta del monegasco y solo entró cuando escuchó la afirmación desde dentro de la habitación de pilotos. 

Leclerc estaba aún con el mameluco atado a la cintura, bebiendo agua y mirando hacia la nada misma a través del vidrio que daba al paddock.

-Charles...Susana quiere que grabemos la charla pos-carrera- insinuó Isabella lo mas despacio que pudo. Solo podía verle la espalda, aunque era suficiente para notar lo tenso que estaba. 

Él soltó un suspiro.
-¿Es necesario? 

Isabella se encogió de hombros aunque él no pudiese verla. 
-Ordenes de Susana- respondió sincera, porque si fuese por ella, lo ultimo que haría esa jornada era poner a los pilotos frente a otra cámara más. ¿Qué iban a decir? ¿Qué habían sido unos muertos, que habían corrido extremadamente mal, que no sabían como se recuperarían de la peor carrera de la temporada?

-Escribime qué decir, por favor, te juro que lo repito al pie de la letra- exclamó pasándose una mano por el pelo y tirando de él. 

-Charles, no creo que la jefa lo pase por alto, la idea de esos videos es que sean honestos...

Leclerc soltó una risa irónica.
-Uh, sí, como si lo que quiere la gente es que seamos honestos. El año pasado fuimos honestos y así y todo nos odiaron toda la temporada- Isabella iba a responder pero el monegasco le ganó de mano- No creo poder hacer este video, Isabella, no...no tengo ganas... 

-Charles...

-No quiero seguir dando excusas, corremos...corro mal, el auto no rinde, no me se adaptar. Pensé que este años iba a ser distinto y es otra vez lo mismo. La temporada pasada fue muy dura, no puedo volverlo a soportar- se sinceró. 

El tono era de queja, pero sorpresivamente no hacia ella. Leclerc sonaba agotado y derrotado. Isabella lo observó frotarse una y otra vez la cara con las manos, como si quisiera despertarse de un mal sueño.

-Sí, estuve ahí...-comenzó ella queriendo sonar empática.

-¡No!- Charles giró con un grito ahogado, causando que Isabella saltase en su lugar- No, no estuviste. Estabas con Vettel. No estuviste cuando no daban los resultados, cuando el periodismo me mataba, cuando me destrozaban en las redes. Siempre estuviste del lado de Vettel y con él todo era diferente. Los tratos, las carreras ¡hasta la gente! Dios... la gente, Isabella, que me odia porque al parecer fui yo quien echó a Sebastian. Y encima ahora ni siquiera puedo sumar puntos. Por favor, soy un chiste. Quedé atrás de Williams, tres vueltas más y quedaba atrás de Haas... soy un fracaso. 

Charles terminó con la voz quebrada. Su cara denotaba una mezcla de bronca y decepción que dejaban ver lo vulnerable de su estado.  

-Vos no sos eso...- susurró Isabella con una expresión preocupada. 

Isabella dió un paso adelante decidida a tomarle la mano, a darle una palmada, demostrarle mediante un gesto que ella creía totalmente lo contrario: que era súper talentoso, que era la mejor chance que tenía Ferrari, que tenía todo el futuro por delante.

Deseó que sus ojos hablaran, que en su mirada se reflejasen todas estas virtudes que -aunque lo odiase-no podía  evitar pensar de él.

Charles se había escondido nuevamente detrás de sus manos, que no dejaban verle el rostro. 

La muchacha lo tomó suavemente de las muñecas y le quitó las manos de la cara. El monegasco cedió a su tacto, aunque mantuvo el ceño fruncido con los ojos perdidos.

-¿Quién te hizo cree eso, Charles?- le preguntó sin dudar.

La mirada se Charles se posó directamente en Isabella. 

Una mirada de sorpresa, podía leerse. Una mirada que mostraba el deseo de querer responder, de querer deshacerse de un peso que le estaba hundiendo los hombros. 

Sin embargo, justo cuando soltaba una respiración ahogada y la boca se abría para emitir palabra, se escucharon los tacos fuera de la sala. 

Hola Francesca.

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bueno perdón que actualice tan rápido pero estoy de vacaciones y voy a usar todo mi tiempo para escribir antes de que me lo quiten jajaj 

como siempre espero que les guste y que nada, estén disfrutando la fic (?) ahre

no se olviden de votar y comentar

un beso♥

pd: la pregunta es... que foto habrá enviado max por whatsapp nocierto

red || charles leclercWhere stories live. Discover now