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| café, memes, alivios inesperados

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| café, memes, alivios inesperados

Ser parte del equipo de comunicación significa muchas cosas, una de ellas es estar todo el tiempo corriendo al cliente, estando presente.

Otra de ellas, es que no sos esencial. Importante quizás, pero nunca esencial.

Y cuando suceden este tipo de cosas, este tipo de accidentes, a nadie le importa que pensará el equipo de comunicación, qué necesitan saber, qué tendrían que hacer.

Isabella había pasado las últimas cuatro horas en la cafetería del hospital, todavía con el uniforme de Ferrari, a dónde de inmediato habían derivado a la Charles.

Lo único que sabía era que mientras lo trasladaban en camilla del auto a la ambulancia, el piloto se había despertado para entrar en estado de shock.

Estaba sola, tomando un café. Con el cuerpo aún temblando y las emociones a flor de piel. Se sentía inestable y demasiado golpeada, angustiada, como para detenerse a pensar por qué. En ese momento, lo único que viajaba por su mente era el reiterado flash del choque y la imagen inconsciente del piloto mientras lo sacaban del auto.

Los celulares, el que tenía abiertas las redes sociales de Charles y el de ella propio, no paraba de sonar.

Había insistido en borrar las notificaciones una y otra vez, mandando las llamadas directamente al buzón de voz y silenciando el sonido de los dispositivos.

Solo una notificación le había robado la atención de pensar en lo que le podía estar pasando a Charles. Un mail automático que avisaba la búsqueda activa para sector de comunicación en un equipo que desde la pestaña de la pantalla no llegaba a distinguir. Si tan solo abriese la notificación...

-Isa- la voz de Paulina la hizo levantar la cara.

La portuguesa se había trasladado junto con Carlos a las instalaciones apenas había terminado la carrera (la cual, a pesar de la bandera roja, se había reanudado).

Paulina se sentó frente a ella y la miró con unos ojos que no podían ser más que de preocupación.

-Está despierto. Está bien- la calmó. Isabella, por alguna razón, no había querido acercarse a la habitación -Tiene un corte en la frente y una contusión, pero no le tuvieron que hacer más de un punto y las tomografías parecen haber salido bien. Lo van a dejar hasta mañana para monitorearlo.

Isabella soltó el palito de plástico con el que de manera inconsciente revolvía el café.

-Gracias Pau- se limitó a responder.

Vieron entrar a Carlos por la puerta de la cafetería. Todavía llevaba la remera de Ferrari aunque contraria a ellas, tenía la comodidad de vestir un jean. La portuguesa se puso de pie.

-¿Querés volver con nosotros al hotel?- Isabella negó con la cabeza.

-No, está bien, me quedo un rato más, a ver si me piden que publique algo o no sé- dijo, con una voz que parecía estar más concentrada en ocultar.

red || charles leclercWhere stories live. Discover now