Capitulo I: Antes de que todo empezara.

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Camila ha sido mi amiga desde el instituto. Era un instituto pequeño, semiprivado, de esos en los que todos se conocen desde los tres años y los profesores dicen palabrotas en clase. Yo era la única nueva, en los dos cursos, y no pasé desapercibida. Por ese entonces yo ya era una bisexual declarada y eso llamaba la atención, en todos los sentidos. Ya llevaba tatuajes y fumaba como un carretero, era irrespetuosa y audaz y Camila, cómo no, era la niña buena de la clase, la que se sentaba en primera fila y siempre hacía los deberes. ¡Cómo me repateaba la gente así! Cuando molestaba en clase ella siempre se giraba y me miraba con su rostro de hielo recriminándome mi comportamiento y yo sentía ganas de gritarle: ¡¿Y A MÍ QUE MI.ERDA ME IMPORTA QUE ME MIRES ASÍ, NIÑA RELAMIDA Y ÑOÑA?! ¡Agh! En clase había al menos cinco alumnos que eran peores que yo pero ella tenía que mirarme a mí, ¡siempre a mí! Odiaba su perfección. ¿Y cómo pasamos de eso a ser amigas?

-Eh, amargada. –Le sonreí mientras esperaba el autobús en mi misma parada. Ella solo se giró apenas, me miró con desprecio y volvió la vista hacia adelante. –Qué rancia.

-Qué idiota.

-¿Qué haces hoy esperando al bus? ¿No ibas a tu casa caminando?

-No voy a darte conversación, si te aburres, pues canta, igual que en clase mientras el profesor explica.

-Qué resentida eres. –Volví a sonreír. -¿Por qué te caigo tan mal?

-¿Tú que crees?

-De verdad, no lo sé. Sé que somos un poco distintas, pero yo no te odio por ser una niña buena que siempre hace los deberes y nunca me deja copiárselos. De hecho no me caías mal hasta que empezaste a mirarme por encima del hombro con esa cara de rancia que pones para despreciar.

-Es que no te callas, no paras. Estás buscando ser siempre el centro de atención cuando otros intentamos aprender, ¡no te soporto! Cuando te sientas detrás de mí me tiras bolas de papel al pelo y te ríes porque se me quedan enredadas en él. Eres idiota, infantil e insoportable. Y encima vienes con tu cara dura y me pides los deberes.

-Oye, soy atractiva, inteligente –ella me lanzó una mirada de reproche. -, sí, inteligente, y simpática. Algún defecto tenía que tener.

-Encima eres una creída. –Negó con la cabeza y cara de asco. –Y ese es mi bus, ya nos vemos mañana.

-También es el mío. –Ella frunció el ceño, algo incrédula.

-¿De verdad?

-Sí. –No lo era. Pero tuve un divertido viaje de media hora con Camz, que aunque tardó, consiguió dejar su molestia hacia mí atrás y se dejó conocer un poco.

Ella se graduó con la mejor nota, y le dieron el primer año de universidad gratis así como los libros y el material. Yo tuve que ir a agradecer que me dejaran promocionar con una asignatura sin aprobar. Me obligaron mis padres a agradecer, a mí sinceramente, me daba lo mismo.

Y así había sido desde los dieciséis. Ella estaba a un par de meses de graduarse y sus padres la mantenían para que no tuviera que trabajar y desenfocarse de la universidad –lo que es llevarse bien con los padres-, y le pagaban el tercio de alquiler que le tocaba por compartir piso con otras dos chicas. Yo compartía piso con un imbécil y un estudiante de Física Teórica, ¿alguien adivina cuál de los dos se convirtió en mi mejor amigo? Vivíamos en un piso bastante barato, pero era solo porque estaba a las afueras, cerca de la universidad. Camz me ayudó a encontrarlo, un idiota y un estudiante de física buscaban un compañero o compañera de piso que pagara entre el primer y el tercer día de cada mes y no fumara. Acabaron conformándose conmigo porque yo acepté quedarme en esa m.ierda de habitación en la que la única ventana daba al patio donde las viejas se reunían a hablar. Tampoco podía elegir, hacía dos semanas que me había largado de casa de mis padres y dormía en el sofá-cama del salón de Camz, y ya no aguantaba más. Llevaba un mes sin sexo y sin un colchón cómodo, sin poder fumar dentro y comiendo yogures con fibra. Así que tomé lo primero que encontré y que no parecía hecho para heroinómanos.

La Sexta Fase. [Camren]Där berättelser lever. Upptäck nu