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«No debería haberla dejado ir de esa manera» «No, no debió hacer eso» «No podía saber con seguridad si se encontraba bien o si habia tenido algun efecto secundario»

Aquel pensamiento lo atacó una y otra vez en el trascurso de las horas ese dia. Ni siquiera se dió cuenta de lo amargo del café cuando olvidó ponerle azucar.

Alli estaba él tomando un café instantaneo a las once de la noche... No podía dormir y ni una sola línea se le quedaba marcada en la cabeza, no importaba cuantas veces la leyera, simplemente no quedaba nada en su mente.
Lo mismo pasaba con sus intentos de ver alguna serie o película, la inquietud en su pecho latía al ritmo de su corazón sin poder despejarse en otra cosa.

Esa misma noche rechazó tres invitaciones para salir fuera, no tenía las fuerzas suficientes para explicar el motivo y no quería estar con una cara larga frente a sus amigos. Un mensaje alegando que necesitaba dormir y descansar lo arreglaba todo.
Pero a pesar de sus intentos no logro tocar la almohada.

Ya harto decidió atacar el asunto de frente: Bien, le preocupaba aquella chica, la imagen de su rostro quieta frente a él seguía marcada en su memoria sin permitir que otros pensamientos pudieran opacarla. No entendía la razón exacta pero decidió tomarlo como solo preocupación excesiva. Ahora lo que debia hacer era arreglar todo el dia siguiente: asegurarse de que se encontrase bien y no tuviera algun otro malestar secundario y todo volveria a su curso.

Logró dormir a altas horas de la madrugada, cuando su cuerpo no soportó el cansancio.
Al dia siguiente se desperto extrañamente nervioso e inquieto. Por todos los cielos! ¿Que estaba pasando? Sus ganas de consultar con un terapeuta crecían más ese dia.
Lavo su rostro con agua fria para luego darse cuenta que su celular habia estado apagado. Se durmió antes de conectarlo al cargador y ahora estaba en problemas. Bueno, más de los que ya rondaban su cabeza.

La semana seguía empeñada en impedir la luz del sol de nuevo. El dia estaba gris cuando salió del apartamento con el celular vibrando a causa de los mensajes y notificaciones que llegaban, aun sin ver de que se trataban continuó su camino hacia la cafetería, esperando hacer las cosas bien esta vez.

Pero sin poder lograr su cometido, cuando tomo cu celular aquel nombre brilló en la pantalla causando una pequeña mueca de molestia en su rostro por la insistencia de las llamadas.

—Discúlpame diez minutos Leanne —susurró colocamdo en modo silencio el celular. Empujó con cuidado esta vez la puerta, no quería lastimar a nadie mas y tener un remordimiento terrible otra vez.
Su mirada se dirigió automáticamente a las mesas después de cruzar las puertas. No fue difícil encontrarla, ella siempre estaba en aquella misma mesa, en silencio, en su propio mundo.

Sonrió con una expresión de alivio ya que se sentía reconfortado a ver que ella estaba bien, ademas se veía radiante.

Ignoró sus últimos pensamientos y camino rumbo a su mesa, debía hablar con ella.

Pero nunca nada es como te lo imaginas y esta vez no fue la excepción.

Tomándolo del brazo alguien impidió su caminó. Giró su vista y entonces la vió, ella le dió una sonrisa como si no lo culpara por no contestarle minutos atras.

—No te veo desde hace dias —murmuro quejumbrosa fingiendo tristeza— ignoraste mi llamada. Te estaba esperando.

Sus palabras lo sorprendieron. Vaya, pero si hace tan solo un par de días que no la veía.

—Podriamos... —pensó las palabras, sus planes se veían arruinados pero ella otra vez tomó la palabra.

—Tomar un té y hablar un rato. Tampoco quiziste salir anoche, te extrañé —continuó jalandolo del brazo— ¿tienes tiempo para mi?

𝑺𝑬𝑴𝑷𝑰𝑻𝑬𝑹𝑵𝑶 || 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛2 𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora