«Eres mi alegría, mi locura, mi felicidad absoluta.»
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La puerta de abrió con lentitud cuando el reloj marcaba un poco más de las once de la noche. A pesar de la penumbra en la habitación, la silueta de la chica recostada sobre el sofá no podía pasar desapercibida, mucho menos para él. Intentó que sus pasos no resonaran con el eco que todo el silencio causaba en la habitación. Y aunque fué un éxito llegar cerca de ella, en ese instante su cuerpo se removió sobre el sofá provocando que pequeñas hojas arrugadas cayeran al suelo junto con un par de bolígrafos, de esa manera ella abrió los ojos despacio y soñolenta dándose cuenta entonces de su presencia.
Sebastian sonrió en la oscuridad y se acercó mucho más hacia ella, observándo como se levantaba hasta quedar sentada sobre el borde del sofá, invitándolo asi a sentarse en el espacio vacío a su lado.
—Deberías haberte ido a la cama —regaño con cariño, pasando su brazo alrededor del cuerpo de su chica, dando un pequeño beso en su pelo.
—Quería esperarte... —comentó deteniéndose un segundo por un bostezo— mientras hacia algo.
Sebastian encendió la lámpara que estaba a su izquierda cuya luz alumbró la mesita del centro que estaba cubierta por fotos sueltas y esparcidas; en ellas estaban ambos en diferentes recuerdos que conservaban.
—He estado pensando mucho en nosotros —dijo Alisson— llegué a una conclusión... Que podría sonar algo cursi.
Él sonrió por esa ternura que ella le provocaba.
—Me gusta lo cursi, si viene de ti.
Sus palabras provocaron esa sensación tan conocida en ella: era comoda como una fogata en pleno invierno dándole calidez con cada toque que él ejercía sobre ella, haciendo que cada célula de su cuerpo saltara de emoción con el simple hecho de escuchar su voz a su lado, a centimetros de su rostro.
Algunas veces no estaba segura de nada en su vida, ni de que desayunaria al dia siguiente y quizas aun pensándolo mucho lo cambiaria al último momento; pero de lo que sí estaba segura con totalidad en su vida era que cada vez que escuchaba y veía a Sebastian quería abrazarlo y besarlo a cada instante, grabando cada momento, mueca o sensación para nunca dejarlo ir de su memoria.
Alisson ahora ya más despierta, tomó las fotos de la mesa y después de acurrucarse en el pecho de su novio, comenzó a pasar las fotos una tras otras en sus manos. Cuando finalizó dió la vuelta a cada una de ellas mirandolas y de igual forma comenzó a pasar las fotos una tras otra. Algo llamó la atención de Sebastian en ese momento, en el reverso de las fotos lo que ella miraba eran palabras escritas a mano.
Tomo las manos de quien él llamaba «su chica» y con suavidad comenzó a seguir mas despacio el movimiento. Reconoció la letra, era la de ella.
—¿Que significan?
Alisson sonrió, aún con una pizca de timidez.
—Recuerdas... Que una vez hace tiempo dije que no importaba si esto era un sueño. Igual sería feliz si despertara, pues... Aún lo mantengo y-
—Estoy en contra de algo, cariño —la interrumpió— aún si despertarás, continuarás feliz sin mi. Pero mi vida sin ti, despues de conocerte, sería una pesadilla vacia, monótona y repetitiva. Si esto es un sueño, no sueltes mi mano. Aunque despierte, asegúrate de estar siempre a mi lado.
Abrazándola con más fuerza, inhaló el aroma de la mujer que amaba y tenía en sus brazos en ese instante.
—No diré hasta el final —habló ella— sabes... Que no me gusta esa palabra cuando se trata de ti.
Su sonrisa se amplió preguntándose: ¿Que había hecho de bueno para merecerla?
—Podemos no tener un final —susurró en su oido— No existirá un final, aunque estemos separados.
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Esto fue como un regalo, después del final y antes del comienzo para todas las que leyeron Sempiterno, gracias. espero disfruten la lectura y cada momento en este nuevo mundo.
