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Ella es hermosa.

Existe cierta comodidad que lo une a su lado a pesar de solo conocerla hace siete meses. Le gusta escucharla aunque a veces es asfixiante. No puede evitarlo y sonríe inconsciente al mirarla mover sus labios al hablar.
En ese momento ella hablaba sobre ir a la playa para escapar del estres de la ciudad el fin de semana, aunque esa idea sonaba relajante el trabajo de Sebastian no lo dejaría, era un "no" pero esas palabras salieron de una manera tan suave de su boca que ella jamás podria molestarse al respecto.

La vio suspirar frente a él aunque sabía que ella entendía a la perfección.
Hacia él llegó el aroma del pelo rubio de la chica que se encontraba con él, le gustaba su aroma cuando ella se acercaba tanto de esa manera. Lograba seducirlo más con cada sonrisa coqueta y con el movimientos de sus labios.
No estaban saliendo formalmente, todavía, en algunas ocasiones Sebastian habia pensando al respecto pero en todas las ocaciones en las que quería decir algo, eran arruinadas ¿deberia tomarlo como una señal de que aún no era el momento?

— ¿Estas bien? —preguntó ella, de nuevo esa pregunta. Él frunció el entrecejo.

—¿Me veo tan mal hoy? —contraatacó con otra pregunta. Ella volvió a sonreir negando con lentitud, suspiró y tomó su mano acariciandola sobre la mesa.

—Estas conmigo aqui, pero parece que tu mente está en otro mundo.

Sebastian respiro profundo enfocándose en el toque de sus manos antes de contestar.

—En serio quisiera poder llevarte alli —devolviendo las pequeñas caricias en sus manos— me molesta no poder hacerlo.

Su tono de voz delicado al dirigirse hacia ella le causaron una sonrisa enternecida ¿como no hacerlo frente a la cálida y única sonrisa que él le brindaba?

—Ya veremos luego. Me conformaré con un par de noches esta semana —guiñó un ojo hacia él de manera discreta pero provocando que ambos rieran. Llamando asi la atención de unas cuantas personas alrededor.

Ella bajo la vista a su bebida y Sebastian se apoyo en el respaldo de la silla, descansando unos segundos, dió una mirada alrededor, no había nadie en su mesa izquierda. Solo la misma persona que ocupaba ese mismo lugar, siempre. Como era ya característico con los audífonos puestos, pero una mirada distante hacia el papel sobre la mesa. Días atras una fuerte parte de él lo llamaba a mirarla, pero aquel sentimiento que le gritaba que estaba haciendo las cosas mal al verla se encontraba más presente.
Definitivamente no podía andar por allí mirando a todas las personas desconocidas, metiéndose en su vida privada y pensando cosas sobre ellas. No, él no era el centro del universo de todas las personas y tenía que admitirlo. Él tenía su vida formándose y debía aferrarse a eso: Mirar al frente y seguir.

Volvió su atención hacia su cita, quien ahora escribía algo con interés en su movil. Sebastian volvió a tomar su mano causando un pequeño sobresalto en la chica.

«¿Por qué habia estado dudando sobre ella estos pasados dias?» se sintió mal al haber estado pendiente de otra mirada en aquel lugar. No era propio de él actuar de esa manera, no, de ninguna forma. En esos minutos tomo una decisión; aunque el viento hizo mover sus pensamientos como si de un ciclon se tratara decidió dejarlos pasar, tenía una muy buena fuerza de voluntad y podía hacerlo sin duda y creyó que todo volvería a restablecerse los siguientes dias.

—Estas hermosa hoy. —murmuró hacia ella, quien no pudo ocultar su felicidad ante sus palabras. Podría besarlo alli mismo de no ser por el ambiente ambiguo y reservado del lugar en el que se encontraban. Lugar que a ella no le terminaba de gustar por completo.

(***)

Dejar de pensar en algo en particular es difícil. Mientras mas te dispones alejarlo, ese pensamiento tiende a volver a ti con mas fuerza.

𝑺𝑬𝑴𝑷𝑰𝑻𝑬𝑹𝑵𝑶 || 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛2 𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora