Final

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Sung Hoon estaba a mi lado, sentados en las sillas de la sala de espera. Solar se paseaba de un lado a otro, muy nerviosa, mucho más que JungKook, su padre, quien estaba al borde del colapso en ese preciso momento mientras Jisoo estaba en trabajo de parto de su segundo hijo.

— ¿Y si tiene problemas? ¿Y si el bebé no puede salir? —reprimí mi risa para no ponerlo más nervioso, pero le dije con tono tranquilizador.

— JungKook, estuviste tal cual cuando nació Solar, si Sun lo pudo hacer una vez, lo hará dos veces —revolvió su cabello, con la incertidumbre en el rostro. A veces me preguntaba de que forma hubiese reaccionado Sung Hoon de yo poder tener hijos. Me imaginaba que estaría peor que JungKook, respirando junto conmigo y gritando de las contracciones, cuando el del dolor sería yo.

Solar finalmente se sentó en la silla frente a mí, se veía ansiosa y emocionada, pero había algo más, una cosa que la molestaba y que no pasaba desapercibida antes mis ojos.

De pronto, irrumpió en la habitación Ni-Ki, venía solo, sin su familia.

— ¿Ya ha nacido? —preguntó.

Todos negamos con la cabeza y él suspiro aliviado. Al parecer, había hecho una carrera desde el estacionamiento al hospital. O tal vez desde la casa, lucía demasiado agotado.

— ¿Hace cuanto que entro? —preguntó otra vez.

— Cuatro horas —contestó Sung Hoon. Lo que no había cambiando eran sus ojos y ese brillo que tenía en su mirada cuando estaba muy feliz, como ahora.

Ni-Ki se sentó a mi otro lado y apoyó su cabeza en mi hombro, para ser un adulto, seguía creyéndose un niño pequeño, y eso en parte era mi culpa, lo había consentido demasiado cuando se unió a la familia que algunas costumbres nunca se iban.

Y me alegraba que no lo hiciera, porque mi favorita era la que Sung Hoon estaba haciendo en esos momentos, acariciaba mi mano y mis dedos con la suya. Ya no lo hacía para disculparse, con el tiempo el significado de ese gesto había cambiado, ahora lo hacia cuando estaba a gusto con la situación.

— Familia de Jeon Jisoo —llamó de repente una enfermera. Sung Hoon hizo una mueca que pasó desapercibida para los demás, menos para mí, conocía muy bien ese gesto. Aún le molestaba el hecho de que Jisoo no llevara su apellido, no soportaba la idea de que ahora compartiera su amor con otro hombre. Seguía siendo un celoso sin remedio.

Todos nos pusimos de pie y Jin empalideció de inmediato, esperando malas noticias. Nos acercamos a la enfermera y ella nos sonrió a todos, nos calmamos y sonreímos también, menos JungKook, que seguía encerrado en el mundo de las tragedias.

Jisoo era una chica muy optimista, divertida y hacia locuras cada cinco minutos sin medir riesgos. Jungkook era todo lo contrario, y a veces Sung Hoon se preguntaba que como es que su pequeña se casó con alguien como él. Le hacia callar enseguida, porque nosotros éramos prácticamente iguales, con otras características, pero tan opuesto como Jisoo y Jungkook.

Suponía que por eso también se ponía celoso Sung Hoon.

— Es una niña saludable, pueden pasar a verla en diez minutos, pero entren a pocos —nos informó la enfermera. Entró otra vez a la sala de parto y todos nos quedamos más aliviados.

Los primeros en pasar a ver a Jisoo y a mi nueva nieta, serían Sung Hoon y Jungkook. Yo me quedaría con Solar y Ni-Ki esperando nuestro turno.

Sung Joon entró feliz a la sala para al fin poder ver a la "razón de su existir", mientras que Jungkook lo hizo temeroso, pero decidido.

— Iré a la cafetería por unos caramelos, ¿quieren algo? —inquirió Ni-Ki. Solar y yo negamos con la cabeza y él se encogió de hombros—. Bueno, regreso en unos minutos, cualquier cosa, me llamas al celular, papá.

Bajó por el ascensor y nos dejó a solas.

Solar ya estaba mucho más relajada, pero seguía habiendo algo que la incomodaba.

— SunSun, ¿Qué sucede? —con sólo una mirada bastó para saber lo que le sucedía—. ¿A qué le tienes miedo?

— A que mis padres se olviden de mí —sí, tenía razón.

Sonreí como nunca, porque conocía demasiado bien ese sentimiento de sentirse invadido por alguien nuevo y que venía a cambiar todo tu mundo. También esa inferioridad, ese pensamiento de no ser querido por los demás. Todo eso me recordaba a algo.

— SunSun, cuando adoptamos a tu tío Nimmie, hubieron ciertas diferencias, pero...

— Abuelo Sun, no es lo mismo, porque mamá tenía casi dos años y no recuerda nada. Yo tengo doce, y esa... niña... se robará todo el cariño de mis padres.

Sé que debía decirle que no pensara eso de su hermanita, que la terminaría adorando, pero me límite a sonreír como antes.

— Solar, cariño, te contaré una historia. Tal vez, las circunstancias no son las mismas, pero si los problemas. Había un chico mucho mejor que un chico pelinegro, y él estaba inseguro porque creía que todos lo querían más al chico mejor que a él .

Solar me miró y luego a mi cabello, después dirigió su habitación donde descansaba su madre y supe que había adivinado de quién se trataba esta historia.

Me lo preguntó con la mirada y yo asentí, así que ella no dijo nada más y se echó para atrás acomodándose en la silla con las piernas cruzadas como un indio sobre la silla.

— Todo empezó cuando yo tenía diez años, mamá se arreglaba para ir al teatro con mi padre, llevaba un vestido liso de seda rosa y un sombrero con plumas que yo utilizaba para disfrazarme de indio nativo cuando Jung Won, Taehyun y Kai venían a jugar a casa...

Marry me (Sungsun) - AdaptaciónWhere stories live. Discover now