iv. the eyes

9K 952 80
                                    

chapter number four
[ LOS OJOS ]

Владивосток/VladivostokRusia-1945

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Владивосток/Vladivostok
Rusia-1945

Los chismes volaron rápido en la ciudad de Vladivostok y la llegada de cierta pelirroja no pasó por alto.

Con altanería y arrogancia su caminar hipnotizaba a cualquiera, su cabellera brillante cayendo por sus hombros y su vestimenta totalmente nuevo para los ciudadanos. Lucía un traje de color negro, ceñido a su cuerpo, sus ojos verdes esmeralda escaneando cada esquina del lugar.

La diosa roja era muy consciente del terror que causaba en el mundo sobrenatural. No sabía bien si era por su voz suave a la hora de manipular y asesinar o la ferocidad en sus ojos cuando alguien no hacía lo que ella quería, pero cada que entraba a un lugar, todos aguardaban silencio y se apresuraban a ni siquiera mirarla a los ojos o incluso evitaban respirar cerca de ella, temiendo que ella los manipulara.

Podían hacer de todo, pero al final del día la diosa roja siempre los manipulaba. Siempre.

La diosa roja era la guionista de una obra de teatro que ella manipulaba a su antojo, teniendo bajo su control a quien ella quisiera con tan solo susurrarle algo. Un pequeño desliz de ponzoña en su lengua y la inmortal podría tener a quien quisiera comiendo de la palma de su mano y le encantaba ese sentimiento.

Amaba el poder, el terror, el respeto que ella imponía. Ella era la jodida diosa roja y nadie podía ni siquiera imaginarse en desafiarla por miedo a acabar sin ojos o cabeza.

Madeleine dejó de caminar cuando enfrente de sus ojos captaron un pequeño letrero que indicaba que estaba en el lugar correcto.

Rusia no era un país que ella visitaba tan seguidamente. De hecho, le aburría, no había absolutamente nada interesante ahí. Pero, cuando unos de sus tantos guardianes le había informado, temblando y susurrándole que había encontrado a una nueva inmortal con gran poder, Madeleine salió de Volterra para hacer una pequeña visita donde tenían a la supuesta vampira.

No había ningún portero, excepto uno que otro hombre tirado en el suelo a causa del alcohol que llevaba a en su sistema, ni siquiera había gente en esa calle.

La noche había llegado y con ella el incontrolable frío.

En cuanto la mujer dió un paso dentro del bar, el lugar quedó en silencio, las personas se apresuraron en taparse los oídos y apartar la mirada. La mayoría del lugar eran vampiros y uno que otro mortal insignificante.

Ella sonrió, sus labios pintados de rojo se curvaron como si toda la escena le causara gracia, y si, lo hacia.

Los ciudadanos y bebedores ocultaron su rostro a la chica, que ingresó como si fuera la dueña del lugar y si quisiera podría serlo.

𝐒𝐄𝐗𝐘 𝐃𝐑𝐔𝐆 | 𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧, 𝐉𝐚𝐬𝐩𝐞𝐫 𝐇𝐚𝐥𝐞Where stories live. Discover now