𝐒𝐄𝐗𝐘 𝐃𝐑𝐔𝐆 | ❝ La pregunta no es quién me lo va a permitir, sino quién va a detenerme ❞
𝐌𝐀𝐃𝐄𝐋𝐄𝐈𝐍𝐄 no es como los demás vampiros, ella posee un gran poder. Una mujer con un carácter difícil, sarcástica y ruda, conseguir caerle bien e...
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Bella estaba inquieta en su lugar, mirando a cada lado buscando a cierta familia, pero nadie aparecía.
Madeleine bajó de su auto, estaba sola, sus hermanos y esposos iban a llegar un poco más tarde. así que ella fue a la escuela completamente sola.
Bella al ver como ella llegaba comenzó a caminar en su dirección. Madeleine, soltó una maldición y un suspiro de frustración al notar que no pudo escapar de la humana.
—Necesito hablar contigo—fue lo primero que dijo
—Buenos días para ti también, Sherlock—fingió alegría—. Pero, ¿qué crees? No quiero hablar contigo. Tengo cosas que hacer—hizo un amago de dar la vuelta, pero la mano de Bella sobre su brazo hizo que se quedara quieta.
La castaña de inmediato soltó su agarre al ver la mirada seria que le dirigiría la mayor.
—Se su secreto—mierda.
«¿La matamos?»
—¿Si? Y se puede saber, ¿cual es?—levantó ambas cejas
—So-son vampiros—mierda x2
«Hay que matarla, vamos a matarla»
—Si, claro. Así que, ¿como los de the vampire diaries o los que se convierten en murciélagos?—ironizó—. Buena deducción.
Bella la miró sin comprender, acaba de decirle que sabía su secreto, ¡pero Madeleine ni le tomó importancia!
—Es cierto. Son increíblemente rápidos y fuertes. Su piel es pálida y fría—comenzó a decir—. Aveces hablan como si vinieran de otra época. Nunca comen ni toman nada y no salen en días soleados.
«Sip, ahora es donde todo se va al carajo»
—¿Terminaste?—la miró con cansancio—. Primero; lo de ser rápidos y fuertes se le llama hacer ejercicio, Segundo; ¿conoces las mascarillas y tratamientos faciales? Y lo del frío es porque tenemos una temperatura diferente a los demás—se acomodó el bolso—. Hablar distinto no nos hace de otra época, gracias. Tenemos una dieta estricta, niña. Somos sensibles al sol. Deja de leer información falsa de Facebook.
—No mientas, no dire nada, lo prometo—habló al borde de un colapso, mordiéndose el labio con timidez al ver la mala cara que tenía la pelirroja.
«Soy yo o su voz es demasiado insoportable? ¿Solo yo? Ok»
una sonrisa parecida al del gato de Alicia en el país de las maravillas creció en su rostro—. ¿Sabes que? Me encanta charlar contigo, Isabella, es tan genial que de seguro podría quedarme dormida aquí mismo. Pero, lo siento, no estoy de humor para aguantar tus teorías conspirativas acerca de nosotros. Hasta nunca—y tras esas palabras envenenadas de sarcasmo, dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el interior de la escuela.
