𝐒𝐄𝐗𝐘 𝐃𝐑𝐔𝐆 | ❝ La pregunta no es quién me lo va a permitir, sino quién va a detenerme ❞
𝐌𝐀𝐃𝐄𝐋𝐄𝐈𝐍𝐄 no es como los demás vampiros, ella posee un gran poder. Una mujer con un carácter difícil, sarcástica y ruda, conseguir caerle bien e...
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Los sujetos se le quedaron viendo a la pelirroja que se encontraba en frente de ellos. Madeleine, se relamió los labios y una sonrisa macabra comenzó a crecer en su labio.
—Así que... ¿queriendo tocar a una mujer si su consentimiento, ehh muchachos?—su mirada era totalmente diferente.
—¿También quieres que te toquemos a ti?—uno de ellos se acercó
—Nah, ya tengo quienes me toquen—de inmediato pensó en sus compañeros.
—Te puedo asegurar que nosotros lo haremos mejor—habló otro
—¿Si?—sonrió con coquetería
—Te lo puedo mostrar—la agarró de la cadera y cuando la iba a besar todos jadearon con sorpresa al ver como el cuerpo del tipo caía al suelo
—Que basura—se lamentó mirando el corazón del sujeto que ahora estaba en sus manos.
«¡Me toca!»
—Chicos, díganle hola a mi pequeña amiga—su voz era diferente, todo en ella era diferente.
Su anillo comenzó a arder, pero ahora ya no era doloroso, ahora era emocionante. Una serpiente de un tamaño sobrenatural salió de ese anillo negro que ella siempre llevaba a todas partes.
—Disfruta de tu cena, Denzel—dijo Madeleine—. Puedes elegir, tienes fusión traumado con el fútbol, soltero con adicción al porno y por supuesto el viejo y clásico sabor machito alfa.
La serpiente era de color tan negro que podías confundirla con la misma oscuridad, tenia los ojos verdes, eran del mismo color que los de Madeleine, la única deferencia era que ahora ambos estaba brillando.
Se acercó a un de los hombres y antes de que pudiera reaccionar, atracó uno de sus brazos.
—No, no, no, ¿a donde vas?—le preguntó Madeleine a uno de los sujetos—. Yo todavía no me divertí—su voz era rasposa.
Agarró a dos de ellos e hizo que la miraran directo a los ojos.
—Quédense quietos—ordenó
Ambos humanos apreciaron como tanto la mujer y la serpiente se unían en uno solo, los ojos de la joven eran ahora de color negro y ya no tenía iris.
—No pasa nada, Madeleine sólo me está alimentando, hace semanas que no lo hace—esa ya no era la voz de Madeleine, era la voz de la serpiente.
Sonrió y se acercó a los humanos, primero agarró a uno de la cabeza y lo separó del cuerpo, al último se le quedó mirando con diversión, al sonreír sus dientes estaban manchados de sangre. Con ambas manos agarró por los hombros al tipo y comenzó a beber su sangre hasta que ya no quedara nada.
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Todos los del clan Cullen dieron la vuelta al escuchar como alguien iba llegando a la casa, abrieron los ojos sorprendidos al ver a esa persona.
Madeleine, estaba empapada de sangre seca, sus manos estaba cubiertas de ese color carmesí que tanto los alteraba, pero Denzel se encargó de que no causara nada en ellos. Su remera que anteriormente era de un color crema ahora estaba de rojo, en su mano estaban sus botas y una pequeña sonrisa adornaba su rostro.
—¿Hola?—su voz sanaba cansada.
—Comienza por escupir lo básico ¿De dónde vienes? ¿Qué te ocurrió? ¿Por qué estás cubierta de sangre? Porque hasta hace poco pensé que estabas con Edward en una misión de espionaje—habló Alice, rápidamente.
—Solo voy a decirles una palabra; Denzel—todos comprendieron—, mierda, hace mucho ya no hacia esto—casi cae al suelo de no ser por unos brazos que rodearon su cintura.
Jasper y Alice la llevaron a su habitación y la metieron en la bañera. Madeleine no tenía energía ni para levantar un solo dedo.
«Maddy, no te sientas mal, se lo merecían»
—No me siento mal porque los matáramos, me siento mal porque me esta siendo difícil seguir el ritmo de tu hambre, no estoy acostumbrada a tanta sangre—murmuró
—¿Cuantos?—fue lo primero que le preguntó Jasper
—Cuatro.
—Al menos no fue como la última vez—trató de animarla.
La última vez que la serpiente estuvo sin alimentarse había acabado con más de 15 hombres, fue como haberse ganado la lotería cuando vieron como un autobús lleno de prisioneros iban pasando por una de las carreteras de Alaska, Maddie aprovecho eso para no sentirse culpable después.
Sintió cómo enjabonaban sus hombros, dejándose llevar por el tacto de su esposa y el agua caliente que cubría su cuerpo cerró los ojos.
Jasper y Alice sabían que cada vez que eso pasaba ella terminaba exhausta, todo el tiempo están al pendiente de que se alimente para que no ocurra esto tan seguido.
Madeleine no es como los demás vampiros, ella era un tanto peculiar y un extraño caso que no se repetía tan seguido, el último portador de la serpiente fue en el año 1016. Al convertirse en vampiro comenzó a escuchar una voz femenina en su mente, había veces que la controlaba, había veces que Madeleine la controlaba a ella, sin embargo, Carlisle buscó por cada rincón del mundo algo para que la serpiente solamente saliera por voluntad de la pelirroja. Al noroeste de escocía, encontraron a una bruja que había creado el anillo que ahora Madeleine portaba siempre, junto todo el poder que pudo canalizar para que la entidad pudiera quedar atrapada dentro del objeto.
Al pasar de las décadas ambas se hicieron una, aveces Denzel fastidiaba a Madeleine o viceversa. Cuando conoció a sus compañeros ambos la ayudaron a poder aguantar la voz de su cabeza y que no cayera en la locura.
Al final Jasper y Alice eran su soporte, eran el oxígeno que sus pulmones sin vida necesitaban.
