Capítulo LVIII ♡

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Kat

- Pásame un alfiler, por favor-. Le digo a Emeraude, ella hace caso-. Gracias.

- Debes insistirle, de nuevo-. Yo niego-. Kat deja de ser tan inmadura, por un carajo.

Me posiciono frente a ella-. ¿Inmadura? ¿Yo? ¿Y que dices de él? 

- Cariño, no es sano-. Me abraza y ahí iban de nuevo, mis amigas, las lágrimas-. Tienes que tomar una decisión ya, tienes el tiempo encima.

Me separo de ella, y como si nada hubiera ocurrido, me dedico a seguir con el vestido, era increíble lo que logré hacer con él, sabía que a Emma le encantaría, lo había hecho conforme a sus gustos y a su estilo. "Cásate conmigo, Kat", me quedo estática al recordar esas palabras, viendo lo que tengo en frente mío y es cuando caigo en la cuenta de que lo perdí de nuevo, ya no somos nada. Una punzada se centra en mi pecho, pero sube hasta mi cabeza, la tomo entre mis manos y mi vista se nubla, alcanzo a escuchar la voz de mi mejor amiga a los lejos, queriéndome ayudar, no puedo articular ninguna palabra y de repente, todo se vuelve negro.

[...]

Me remuevo en la cama, soltando un quejido, mi cabeza aún dolía. Abro los ojos y tengo varias miradas puestas sobre mí, Alberto me ayuda a recostarme sobre las almohadas, era la primera vez que me pasaba algo así, mi madre me entrega un té de hierbas relajantes, creen que es por el estrés, y no les niego nada, pues no quiero que se enteren de lo que ha pasado. Justo el día de mi llegada, Ben confirmó nuestra relación y hoy ya no éramos nada, esta vez el dolor era más fuerte; aunque no podía sacarlo del todo, no frente a ellos.

Temía el día de la boda, pero si esto no se arreglaba, lo mejor sería regresar a París, y del bebé... No quería ni pensar en eso, no ahora. No sabría como reaccionaría aquel día, donde ambos compartiríamos lugar tanto en la iglesia, como en la mesa, varias preguntas se centran en mi mente, pensando en como será y eso me produce una horrible ansiedad, había estado tratando este problema de no pensar de más las cosas, pero me era imposible. Así que varios escenarios se crean en mi cabeza, buenos y malos, otros horribles, algunos con finales felices, pero los finales felices solo los encontrábamos en los libros o en las películas románticas, no creo que en la historia de mi vida haya uno, ya bastante he sufrido, e incluso casi muero, así que no lo creía posible.

- Deberíamos llamar a un doctor-. Propone mi hermano-. Para quedar más tranquilos.

- ¡No!-. Todos saltan al escuchar mi respuesta-. Estoy bien, solo fue el estrés, he tenido mucho trabajo.

- Sabes que no puedes exponerte a tanto, Kat-. Emma acaricia mi mano-. Toma todo con calma, ¿Sí? Nos diste un tremendo susto.

- Lo siento-. Bajo la mirada.

- ¿Me podrían dejar un momento a solas con ella, por favor?-. Mi mamá pide a los chicos.

Estos salen de la habitación, no sin antes de que mis hermanos me regalen un beso en la sien, mi madre me conocía mejor que nadie, así que si quería mentir, no podría. Creo que había llegado el momento de la conversación que tanto temía, donde tendría que hablar de absolutamente todo, incluyendo el accidente, cosa que no era nada fácil, solo esperaba que me escuchara y que no me juzgara, aunque sabía que no lo haría, pero aún así me daba miedo lo que fuese a decir. Se acomoda en la cama, frente a mí y es cuando toma mi mano, su mirada preocupada, pero a la vez insistente, yo ni siquiera podía mantener mis ojos fijos en los de ella.

- Sabes que a mi no tienes que mentirme-. Asiento lentamente-. Mira, cariño... Sé que has pasado muchas cosas desde que te fuiste a París, tal vez dejamos de tener la misma comunicación que teníamos, pero era comprensible, tu trabajo demandaba toda tu atención y tu energía, y me siento tan orgullosa de todo lo que has logrado, pero quiero que te sinceres conmigo, soy tu madre, pero también soy una amiga para ti, que podrá darte algún consejo si lo necesitas.

"Nobody Like You" | BEN HARDY ❣ (TERMINADA)Where stories live. Discover now