PELIGROSA OBSESIÓN ✤ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿ

EPILOGO

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Abrí un ojo al escuchar un ruido proveniente de afuera de la habitación. Frunciendo el ceño abrí el otro y me quedé quieto en medio de la gran cama. Giré mi cabeza para mirar al costado de mí y estaba vacía, él no estaba.

—Yeonsoo Choi, mi vida, ven aquí. Te dije que no corras más cerca de las escaleras... vas a caerte, corazón. Y no quiero que eso pase. —escuché su dulce voz, esa era su manera de regañarlo.

Ya le dije un millón de veces que así, él seguiría siendo un rebelde.

—No lo volveré a hacer, papi —dijo él. Sonreí levemente, era un pequeño demonio.

—Minki, mi amor, ¿puedes pasarme tu camiseta? —escuché unos pequeños pasos que pasaban por delante de la puerta.

—Aquí tienes papá —dijo él y volví a escuchar sus pasos.

—Hana, mi cielo, ¿ya estas lista? —preguntó Yeonjun .

—¿Dónde está mi muñeca, papi? —preguntó con voz preocupada.

—¿Te fijaste debajo de la cama? —dijo su padre.

—¡Aquí esta! —dijo contenta.

—Bueno, ¿ya están listos? —les preguntó.

—Casi —dijo Minki.

—¿Por qué se están poniendo tan lindos? —dijo Yeonjun.

—Lo que pasa es que queremos impresionar a la maestra de natación —contestó Yeonsoo.

Reí por lo bajo.

—Con que eso es —dijo él sin poder creerlo —Ustedes dos son terribles, no puedo creerlo.

—Ya papá, tranquilo —la calmó el pasivo y a la vez seductor Yeonsoo—Sabes perfectamente que tú eres nuestro favorito.

—Él tiene razón, pa —lo siguió mi otro pequeño galán —Tú eres el dueño de nuestros corazones. Las demás personas nada significan.

—Ay por dios —dijo él divertido— ¿De dónde habrán sacado ustedes dos esa manía de comprarme?

—Tenemos un buen maestro —aseguró Yeonsoo divertido.

—Ya lo creo —dijo él.

—¿Papá no irá a trabajar hoy, pa? —preguntó Minki.

—Papi está de vacaciones... hoy comienzan —contestó él —Vayan bajando que el desayuno está listo. Mientras yo termino de peinar a su hermana.

Ellos dos bajaron las escaleras.

—Hija, ven al baño.

—Voy.

—¿Estás contenta de empezar la escuela? —le preguntó.

—Sí, pero tengo miedo —dijo ella.

—¿Miedo, mi cielo? ¿De qué?

—¿Qué pasa si me pierdo? ¿Cómo voy a volver? —dijo preocupada.

—Tus hermanos van a cuidarte, no tienes que temer de nada princesa mía —la calmó Yeonjun.

—No lo creo, ellos se la pasan babeando por la maestra de natación. Son unos bobos.

—Te van a cuidar, yo lo sé —dijo divertido su padre.

Sonreí con ternura, mi pequeña es tan hermosa. Tan hermosa como su Yeonjun. Hana es una copia exacta de Yeonjun, y casualmente tiene unos ojos parecidos a los míos. Con cinco años de edad ya es toda una mujercita. Mientras que mis dos muchachitos son iguales a mí. Minki y Yeonsoo son gemelos y por ende, inseparables. Siete años de pura destrucción masiva... pero ¿Qué sería de mi vida sin ellos?