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Apenas podía respirar al sentirlo con cada fibra de mí ser. Su delicado y hermoso cuerpo debajo del mío. Pero el calor de sus labios y el valor de su intrépida voluntad eran los que me calentaban.

El fuego de su pasión ardía a través de mí, haciéndome sentir vulnerable y al mismo tiempo fuerte y decidido. Soltó levemente mis labios, entonces lo miré a los ojos y luego bajé sobre él, para poder apoyar mi cabeza sobre su pecho.

—¿Escuchas la lluvia? —le pregunté.

—Si —me contestó sin dejar de acariciar mis cabellos.

—¿Sabes que escucho yo? —le dije.

—¿Qué? —preguntó.

—Escucho tu corazón...

—¿Y qué te dice mi corazón?

—Me dice: Más te vale Choi que te quedes, porque o si no te juro que te vas a arrepentir de haberme hecho latir como loco —le dije.

Él rió divertido, haciéndome levantar la cabeza para mirarlo.

—¿Y qué dice el tuyo? —me preguntó.

—¿Por qué no lo escuchas tú mismo? —dije y giré en el colchón para que él quedara sobre mi pecho. Se apoyó suavemente, colocando una su mano izquierda en el lado derecho de mi pecho. Con mi mano acaricie su espalda —¿Y qué te dice?

—Me dice: Cariño, ¿Por qué no lo repetimos? Fue muuuy interesante participar esta vez... aunque debo confesarte que la primera vez también participé —me dijo y levantó su cabeza para mirarme —¿Eso es lo que está diciendo?

—Exactamente eso es lo que está diciendo —le contesté.

Sonrió y se acercó a mí besando suavemente mis labios. Respiré profundamente y su perfume invadió mi cuerpo. Que agradable era oler a él.

Mordió mis labios traviesamente. Arqueé una de mis cejas y me alejé con cuidado.

—¿Estás juguetón? —le pregunté.

—Solo cuando me provocan estarlo —me dijo y capturó mi boca de nuevo.



Comencé a despertar por un extraño ruido que llegó a mis oídos. Somnoliento abrí un ojo y miré el techo. Esta no es mi casa... Entonces recordé todo y giré la cabeza para poder comprobarlo.

Sentí que mi corazón latía rápido al verlo allí. Él dormía profundamente boca abajo. Su rubio cabello caía sobre su cara Me apoyé sobre mi codo y lo miré fijo. Su rostro estaba relajado y sus labios parecían curvar una leve sonrisa.

Bajé mi mirada por su cuerpo, que estaba debajo de las sabanas. Levanté mi mano y acaricie su mejilla. No puedo creer que de verdad me haya quedado, aunque después de hacer el amor casi toda la noche no podía irme.

Bajé mi mano de su mejilla a su mentón, seguí bajando hasta encontrarme con las sabanas. Con cuidado comencé a bajarlas, para poder apreciar la pálida y suave piel de su espalda. Cuando la sabana quedó justo sobre el final de su espalda, subí mi mano y lo acaricie con cuidado. Su piel se erizó y él se movió levemente.

Pero yo quería ver más de él. Volví a tomar las sabanas y seguí bajándolas, hasta retirarlas completamente de su cuerpo. Su pequeño y redondo trasero se veía suave. Sonriendo bajé mi mano por su espalda, hasta llegar a él y acariciarlo despacio...

PELIGROSA OBSESIÓN ✤ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿWhere stories live. Discover now