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Subí al ascensor y marqué el piso 20. Como lo había previsto Yejin no se había olvidado de mí, y al parecer se había emocionado mucho cuando le dijeron que yo estaba aquí. El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron.

Salí y caminé por el pasillo, hasta llegar al lugar al que el otro día Yeonjun me había traído. Yejin estaba rodeaba de personas, a las cuales ella daba órdenes y pedía cosas. Se giró a verme.

—Soobin, querido —dijo y se acercó a mí.

—Hola Yejin —le dije y cuando estuvo cerca besé su mano — ¿Cómo estás?

—Atareada —me dijo y sonrió — ¿Qué te trae por aquí? Yeonjun llega dentro de media hora aproximadamente.

—No, no vine para ver a Yeonjun —mentí más que descaradamente — ¿Recuerdas que el otro día me dijiste algo de ser modelo y eso?

— ¿No me digas que lo has pensado y vas modelar para mí? —dijo entusiasmada.

—Mmm, no en realidad... yo venía a pedirte que me des así algo... un trabajito como ayudante o lo que sea. Pero creo que ser modelo —dije y fruncí el ceño —No es lo mío.

—Que lastima —dijo en un suspiro —Pero bueno, no importa. Voy a ayudarte. Tú me has caído bien, y eso que los amigos o novios de Yeonjun nunca fueron de mi agrado.

— ¿Wonwoo no lo es? —pregunté.

Ella arrugó la nariz mientras caminaba y me hacía una seña para que la siguiera.

—Para nada —aseguró —Ese niño es demasiado idiota para mi bebé. Yeonjun necesita a un hombre inteligente, que le dé seguridad. No a un imbécil posesivo y absorbente. Gracias a Dios él reaccionó y lo dejó.

—Ya lo creo —susurré por lo bajo.

Llegamos a una pequeña oficina, estaba llena de fotos por todos lados y no pude evitar acercarme a una de ellas. La tomé y la miré. Era la foto de un niño de aproximadamente 7 u 8 años, tenía los ojos grandes y pestañas largas. Una sonrisa blanca y perfecta. Entonces me di cuenta de que era él.

— ¿No es hermoso? —me habló Yejin mirando la foto que yo tenía en mis manos. Giré mi cabeza para mirarla —Siempre tuvo una particular forma de mirar, y de ser. Ahí tenía apenas 8 años y no sabes el carácter que tenía.

—Aun lo tiene —le aseguré. Yejin río por lo bajo.

—Sí, Yeonjun es un chico increíble —dijo orgullosa —Y no lo digo solo por ser su madre. Él es decidido y dulce. Es testarudo y sensible. Delante de mí, siempre pone una especie de escudo o barrera, pero siempre termina dándome lo que le pido. No puedo quejarme de él —suspiró y luego me miró —Pero ya, volvamos al tema importante. ¿Qué quieres hacer aquí?

—No sé, tú dime —le dije.

—Bueno, puedes ser mi ayudante. Los que tengo son un poco tontos...

—Perfecto —aseguré.

—Tendrás un sueldo y trabajaras solamente los sábados por la tarde. ¿Te parece bien de 2 a 5 de la tarde?

—Me parece estupendo —le dije.

—Entonces, bienvenido a las agencias de modelaje Choi —dijo y estiró su mano para que yo la tomara. Así lo hice y salimos de allí para acercarnos a donde estaba todo el mundo.

PELIGROSA OBSESIÓN ✤ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿWhere stories live. Discover now