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Comencé a caminar para salir de aquella habitación y los pasos de Yeonjun fueron torpes detrás de mí, ya que yo tiraba de su mano para que lo hiciera. Giré mi cabeza para mirarlo.

—Pero, ¿Qué demonios haces? —me preguntó.

—Tú solo camina —le dije y tiré más de su mano, para acercarlo a mí.

Wonwoo salió de la habitación.

—Yeonjun, ¿A dónde vas? —le preguntó.

—Tenemos cosas que hacer Wonwoo —contesté por él.

—Yeonjun, te estoy hablando —dijo él. Detuve nuestros pasos y me giré a verlo.

—¿Acaso no te has dado cuenta de que estas enfermo? Así de pie y encima descalzo no vas a curarte más Wonwoo, será mejor que vuelvas a la cama.

Vi como su cara se tornaba rojo de la rabia.

—Yeonjun, vuelve aquí —le exigió de manera autoritaria, como si él fuera un perro o algo así.

Yeonjun lo miró fijo por unos cuantos segundos, y luego me miró a mí.

—No soy uno de tus criados, para hacer lo que quieras —le dijo él. Sonreí levemente y Yeonjun me volvió a mirar— Vamos.

—Vamos, cariño —dije y volvimos a caminar.

Tuve unas ganas tremendas de girar a ver cómo había quedado Wonwoo, pero no lo hice, para poder llegar más rápido a la salida. Además de que había dejado sin protección a Betty. Salimos y con cuidado él soltó mi mano.

—Ya no es necesario que me agarres de la mano —me dijo.

—Está bien, está bien —le dije y me subí a la moto —Sube, vamos.

—¿A dónde? —me preguntó frunciendo el entrecejo.

—Tú solo sube, yo luego te digo.

Se subió y prendí marcha hacia lo de Yeji. Sabía perfectamente que si le decía que lo llevaría a lo de Yeji se iba a negar rotundamente. Llegamos a una pequeña casa, que se encontraba cerca de la Universidad. Allí vivía la pelirroja insoportable de Yeji.

Yeonjun se bajó y luego me bajé yo.

—¿Podrías decirme en dónde estamos? —volvió a preguntar.

—Ya lo verás —dije y tomé de su mano, para caminar hasta la puerta de la casa.

Toqué el timbré y más rápido de lo que esperaba la puerta se abrió. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en el rostro de la pelirroja.

—Viniste —dijo con voz chillona.

Sentí como la mano de Yeonjun apretaba con fuerza la mía. Entonces, con un solo tirón lo presenté adelante, para que lo viera. La sonrisa de Yeji se esfumó más rápido que un 'hola que tal'. Sus ojos cafés se clavaron con asombro y enojo sobre la figura de Yeonjun. Arrastrando la vista me miró a mí. Yo solo sonreía como si nada pasara.

—¿No sabía que venías acompañado? —me dijo apretando los dientes.

—Y desde ahora en más, va a ser así casi siempre —le dije.

Volvió su vista a Yeonjun y vi como su rostro cambiada radicalmente.

—Entren —sentenció y entró a su casa.

PELIGROSA OBSESIÓN ✤ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿWhere stories live. Discover now