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La semana se me pasó lenta. Yeonjun era todo lo que pasaba a mí alrededor y juro que en un momento maldecí haber ido a su casa y haberme acostado con él. Pero siempre que me ponía a pensar en aquello todo rastro de arrepentimiento desaparecía.

¿Por qué? Simplemente porque volvía a desear esa noche. Varias chicas intentaron seducirme en estos días, pero mi rechazo hacia ellas era mayor que antes.

De verdad no lo entiendo, de verdad no sé qué pasó conmigo.

¿Dónde quedó el Soobin pirata, el Soobin fiestero, al que le gustaba llegar tarde a clases y fumar sin desayunar? ¿Dónde? Me parece que ese Soobin está más perdido que nunca.

Al fin el viernes había llegado y al fin mi día de venganza también. Esta noche Johnny y Yeonjun iban a salir a cenar, nada más y nada menos que a mi restaurante favorito. Gracias a mi gran amigo HueningKai, logré averiguar aquello a través de su querido novio.

¿Qué casualidad que yo hice una reserva para mí allí esta noche, verdad?

Salí de la ducha y entré a mi habitación para cambiarme. Beomgyu no estaba, pues estaba en casa de Yeonjun ayudándolo a elegir el atuendo para la gran cita.

Vaya primo que me toco. Traidor y cínico.

Pero no, no. Esto no se va a quedar así. No se van a salir con la suya. Esa cenita quedara arruinada o dejo de llamarme Soobin el cazador Choi .

Miré la hora en mi celular. Ya eran casi las 10 de la noche. Tenía que apurarme porque o sino iba a llegar tarde. Salí y busque mi auto.

Hoy no usaría a Betty, hoy la dejaría dormir. Me subí en él y prendí marcha hacia el restaurante.

Llegué me bajé y le di dinero a un muchacho que se encontraba allí cuidando los autos del lugar, para que vigilara el mío. Me acomodé un poco el cuello de mi camisa y suspiré antes de entrar.

Detuve mis pasos al verlos allí sentados en una de las mesas hablando sin dejar de mirarse. Johnny apoyó una de sus manos sobre la de Yeonjun... maldito, ya no tendrá mi voto el año que viene.

Sin seguir dando vueltas me acerque a ellos.

—¡No puedo creerlo! ¿Qué hacen aquí? —les dije con mi mejor cara de sorpresa.

Ambos se giraron a verme. Los ojos de Yeonjun se abrieron como platos y creí que la mandíbula iba a caérsele.

—¿Qué haces aquí? —me preguntó él.

—Este es mi restaurante favorito, vengo todos los viernes. ¿Les molesta si me siento con ustedes? Vine solo —dije mientras tomaba la silla.

—Si nos moles...

Me senté antes de que él terminara la frase. Miré a Johnny y palmeé su hombro varias veces. Él me sonrió divertido. No parecía molesto. Yo en su lugar ya me hubiese golpeado.

—¿Cómo estás Johnny, amigo? —le pregunté.

—Muy bien, ¿Y tú Soobin? —me dijo.

—Yo en el mejor momento de mi vida...

—Disculpen, voy al baño —dijo Yeonjun poniéndose de pie.

Ambos vimos cómo se alejaba detrás de una puerta. Volví mi vista a Johnny.

—¿Y cómo van las cosas con Yeonjun? —le dije.

—Bien, recién nos estamos conociendo... pero es un chico increíble. Es dulce, es tierno, muy inteligente... y tiene un enorme sentido del humor —me dijo divertido.

PELIGROSA OBSESIÓN ✤ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿWhere stories live. Discover now