- ¡Nooo! ¡Déjelo! - Grité y salí corriendo a tomar al niño y apartarlo de aquel hombre, quien aunque estaba en silla de ruedas tenía un látigo en la mano con el que amenazaba a un niño indefenso y le gritaba, además había allí un caballo brioso que...
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La boda de Ana Paula y Rogelio fue un sueño hecho realidad, las dos familias y amigos fueron testigos de una unión que hizo muy felices a nuestros protagonistas y "Lo que Dios ha unido no lo separará el hombre" además, "Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!" (Ec 4:12).
Rogelio Montero ahora es un hombre transformado por el amor, primero el amor de Dios y luego por el de una mujer que ama a Dios, su vida ha pasado de un paisaje oscuro a uno lleno de luz, y como resultado todo a su alrededor ha sido reformado también.
Paula no trabaja en el hospital del pueblo, como le había propuesto su esposo con el fin de que no se sintiera encerrada en la hacienda. Ella ha creado, a través de una propuesta que presentó a todos los hacendados de la zona, una fundación para niños con discapacidad, allí atienden niños que llegan de varias zonas apartadas y cuyas familias tienen escasos recursos.
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A los dos años Rogelio está cargando a su segundo hijo y da gracias a Dios por tener la oportunidad de verle nacer y ahora podrá verle crecer junto a Margarito. Hablando de Margarito, está muy entusiasmado con su hermanito y con su potro Júpiter que ya casi es todo un caballo y está por empezar el proceso de adiestramiento.
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Una mañana Ana Paula despierta al escuchar la voz de su esposo y al abrir los ojos se encuentra una adorable escena, Rogelio está arrullando al bebé que seguramente despertó más temprano que de costumbre, mientras le dice:
- No estarías aquí si hace un poco más de dos años no le hubiera hecho una encerrona tal a tu madre que no le quedo más remedio que casarse conmigo.
-Así que me hiciste una encerrona, ¿esa es la historia que les contarás a nuestros hijos de aquí en adelante? creo que es mejor que se las cuente desde mi perspectiva, yo les diré que tienen como padre al hombre más romántico de todo el mundo.
Ella se acerca y besa al bebé
- ¿Y para mi no hay besito?
- Claro que si - y Ana Paula le besa hasta que el bebé llora
- Creo que es hora de su desayuno y ese sólo se lo puedo dar yo
Aunque la vida no es perfecta porque no existe nada ni nadie perfecto, de la mano de Dios, el señor y la señora Montero van construyendo una historia maravillosa.
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Si has llegado hasta aquí MIL GRACIAS por leer, Dios te bendiga y te deseo una vida llena de felicidad y amor, que la mano poderosa de Dios esté sobre ti y dirija tus pasos. 😉
