27. LA BODA

311 22 4
                                    

Ana Paula

Aquí estoy, después de todo lo que ha pasado finalmente siendo testigo, junto con los demás invitados, de la entrada de la novia y allí viene él, Rogelio Montero, dispuesto a entregar a su hermana en el altar, está muy elegante con traje y sumamen...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Aquí estoy, después de todo lo que ha pasado finalmente siendo testigo, junto con los demás invitados, de la entrada de la novia y allí viene él, Rogelio Montero, dispuesto a entregar a su hermana en el altar, está muy elegante con traje y sumamente atractivo, tuve que respirar profundamente para controlar mis nervios.

Cuando los novios se encuentran vuelve a mi esa sensación de déjà vu, pero esta vez lo recuerdo, esto lo vi en un sueño, todo encaja: la boda, el jardín, la piscina.  En este momento ruego a Dios que no se cumpla el final de mi sueño donde Rogelio explota para separarlos.   Aunque estamos sentados muy cerca, sólo lo repaso con la mirada un momento durante la ceremonia mientras cumplimos nuestro papel como padrinos de los novios.

Yo soy la primera en felicitar y abrazar a los nuevos esposos.

*****************************

- Siento mucho no haberle recibido ayer, estuve muy ocupado, pero en la noche fui a su habitación para darle la bienvenida y agradecerle por venir y no la encontré - Me dice el señor Montero cuando ha pasado la ceremonia y estamos en la mesa de la recepción.

- Don Rogelio no se preocupe, sé de sus ocupaciones, además no era necesario pues soy yo la que le agradece por recibirme en su casa.

Seguimos conversando con otros invitados que estaban también en nuestra mesa, hasta que me habla nuevamente cuando casi todos se han levantado a bailar:

- Lamento no poder invitarla a bailar.

- No hay problema porque de todas formas no bailo -y me causa gracia su expresión de asombro, así que le explico - Nunca me interesé en aprender porque no me gusta que me toquen y por lo general en el baile la otra persona tiene la excusa perfecta para ... ¿Cómo decirlo? ... 

- ¿sobarse, manosearte? - Me dice 

- Yo estaba buscando otra palabra menos brusca, pero si.

- Bueno, entiendo su punto, pero cuando su pareja es alguien querido e incluso amado es una bonita forma de expresar esos sentimientos-  Me dice mirando hacia las parejas en la pista y noto en sus ojos una tristeza que no sé definir.

-¿Es usted un buen bailarín?- le digo 

- Lo era - Dice con tristeza 

- Ahora puede ser bueno en otras cosas - Me arriesgo a decirle - por ejemplo, un buen nadador - y miro hacia la piscina bellamente decorada para la ocasión - No me imaginaba una piscina de estas dimensiones cuando empezaron el proyecto, claro que no imaginaba si quiera algún día ver el resultado, pero le confieso que me ha maravillado.

- Rogelio ya  era un gran nadador y últimamente lo está retomando - Interrumpe con entusiasmo de pronto María, quien está en la misma mesa que nosotros.

Yo lo miro con sorpresa y él sólo dice:

- Quizá me quiera convertir en un competidor olímpico, pero la nana ya me ha delatado - y me mira con esa sonrisa tan suya y que  pocas veces he visto- Ana, puede ensayar esa piscina cuando quiera y me da su visto bueno.

- Me temo que no empaqué un vestido de baño y no creo que uno de Daniela me quede - No puedo evitar soltar una sonora carcajada - Lo siento, es que me da mucha risa imaginarme ese espectáculo.

- Yo tampoco me lo puedo imaginar, además la flacucha de mi hermana no debe tener un modelo que usted quiera usar.

Vuelvo a reír sin parar y así nos encuentra Margarito.  

Le estoy organizando el cuello de la camisa al niño cuando de pronto el fotógrafo dice - ¡sonrían! - y Margarito nos abraza a mi y a don Rogelio y no me queda otro remedio que sonreír y mirar a la cámara.

El resto de la velada transcurre entre el baile, la exquisita comida, las fotos por aquí y por allá; recibo varias ofertas para  bailar y precisamente estoy con don Gustavo, quien insiste, pero cuando veo que Margarito ya no puede más del cansancio encuentro la excusa perfecta para rechazarle.   Ya iba de salida con él cuando María me alcanza para decirme que ella lo llevará a su cuarto pues también piensa retirarse y en el momento que me dispongo a decirle que yo también lo quiero hacer, algo llama mi atención en la fiesta.

Él se ríe y ella le toma la mano, le habla al oído y vuelve a reír.

- Llegó hace un rato- Me dice María, dándose cuenta del foco de mi atención y no puedo evitar hacerle la pregunta más tonta.

-¿Y qué hace aquí?

- Pues es una invitada, la verdad lleva varios días viniendo aquí, al parecer ha retomado la amistad y los negocios con los Montero, incluso ella ayudó a Daniela con varias cosas en medio de los preparativos para la boda.

No puedo creer lo que estoy escuchando y mucho menos lo que estoy viendo ¡Vanesa!

La última vez que los vi juntos él le estaba gritando y ¡ahora se sonríen! pero cuando reacciono mi pregunta es: ¿Qué me está pasando? ¿Por qué no me causa por lo menos algo de alegría el hecho de que don Rogelio haya abandonado ese sentimiento de rencor hacia esa mujer? ese es el punto en este momento, así que estoy haciéndome un auto escaneo emocional y detecto celos y quizá ¿desilusión? 

****************************

Cuando por fin me acuesto no puedo dormir.  Pienso en los buenos momentos que pasé en este lugar:  Mi primer encuentro con Hugo y luego con esa muchacha alegre, quienes me recibieron con amor, me encanta que ahora sean tan felices juntos; también viene a mi memoria Margarito y su potro; mi cielo, ese lugar especial para orar, y no puedo evitar que pasen por mi mente imágenes de  las charlas hasta tarde en su habitación, mis flores favoritas en mi cumpleaños, los desayunos divertidos, los últimos detalles que nos dimos con tanto significado.

¿Vine aquí con alguna esperanza? pues creo que he encontrado más de lo que podría esperar, lo que todos tanto habían deseado:  Un cambio radical en el patrón, y todo lo que está pasando demuestra que ha ocurrido, Dios continuó trabajando aquí y sólo puedo agradecerle, sin embargo no puedo evitar desear estar en sus vidas de alguna manera, pero asimismo creo que si Dios quiso que para los buenos tiempos yo fuera una testigo lejana y eso está bien.

*******************************


Al día siguiente todo sigue siendo una locura, hemos despedido a los novios que ya se han ido para su luna de miel y ahora soy yo la que se despide de nuevo de todas estas personas maravillosas.   Ya me imaginaba que no lo iba a ver a él  y tampoco fui a buscarlo a su despacho pues no creí que para él fuera importante mi despedida, pero no me esperaba este sentimiento de desilusión. 

María ha dispuesto todo para que uno de los vaqueros me lleve al pueblo.



"ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,  ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor"  Romanos 8:38-39

El que sí podía amarWhere stories live. Discover now