— Puras frases sacadas de Pinterest e Instagram.

— También te odio.

— Sabes que podemos festejar mi cumpleaños solos.

— ¿Qué propuesta es esa mi querido Morgan?

— Me he tomado muy en serio lo de ese jueguito de yo en dos y tú en cuatro — coqueteo.

— Ya veo — sentí un cosquilleo y un calor en mis pezones, no estábamos muy lejos el uno del otro y se nos hizo fácil tomar ventaja de ello para besarnos y restregar un poco el cuerpo del uno con el otro.

— Tienen el sueño pesado —aviso pasando un pedazo de mi cabello tras la oreja.

— Antes me avisaron de que me ofrecería drogas gratis cuando pequeña, ahora me ofrecen sexo... ¡La tecnología y evolución del hombre!.

— Pasaste de rango — sonrió malicioso, di un corto beso a sus labios mientras subía su camisa, me entretuve un poco en su cuello dejando unos cuantos mordiscos, me saco un gemido ahogado cuando apretó una de mis nalgas con mucha fuerza.

— Extraño el Logan pasivo algo activo, — susurré mientras acariciaba su espalda. Baje un poco la mano hasta llegar a su espalda baja; también brinde unas cuantas caricias. Adentre mi mano en su pantalón, apenas está creciendo, no se le sentía muy duro; lo envolví con mi mano para darle un suave apretón, hasta que Logan suspiró subiendo su mano por mi espalda ubicándola a un lado de mis senos, con su pulgar trazó algunos círculos en mi pezón.

— Vamos lento — trague grueso en el momento en que bajo su mano y la adentro en mi vestido de pijama haciendo a un lado el panti, a medida que deslizaba sus dedos, movía sus caderas contra mi mano, ya no se sentía como antes, estaba más duro.

Quite mi mano de ese lugar, acto seguido baje su pantalón. En pocos minutos estaba recostada en la cama con las nalgas en pompa y de cara contra el colchón, él tras de mí aún con su bóxer, la última prenda que le quedaba.

» Abre un poco más las piernas, sé que puedes — pidió, sentí cuando se acercó y soplo mi sexo, luego depósito algo de su saliva allí.

— Sé lo que acabas de hacer y no sé si me da asco o me excitó — se rio, ya tenía la voz afectada, ronca y grave.

— Qué vocabulario tiene usted señorita Adams.

— Pues que te digo mi querido Morgan, deberías dejarte de juegos.

— Tan paciente como siempre — escuché el sonido del envoltorio.

— ¡Ya hay condones! — Era una broma algo nuestra, después de haber tenido cierto tipo de roces, Logan y yo decidimos empezar a comprarlos para poder realizar cierto tipo de actividades sin tener que pausarlas o aplazarlas por no tener un condón con nosotros.

Todavía recuerdo la vez que intentamos tener relaciones, justo al momento de ponerse el condón se le bajó la erección; aún me río de eso, fue algo divertido para mí, un poco frustrante para ambos, lo habíamos planeado y creo que parte de eso puso de los nervios a Logan. Ese día nos quedamos en la cama hablando, lo menos que quería era que se sintiera mal en algún aspecto.

No pude evitar soltar un pequeño grito cuando entró la punta y sin más parte de su tronco, no me podía acomodar aun a su tamaño y la posición no era de mucha ayuda, exagerando, la sentía hasta el ombligo.

— Prieta y acogedora — entro los centímetros que faltaban, me sentí llena, muy llena.

Se deslizó despacio hacia atrás, casi sale completamente para volver a ingresar en la misma velocidad, comenzó generado ese vaivén lento en lo que me acoplaba.

— Es fácil entrar cuando estás tan mojada.

— Recuérdame no volver a dejar que leas libros eróticos, después empiezas a decir y hacer cosas similares a los personajes masculinos.

— No lo haré, sabes que te gusta que te diga cosas así... — entró bruscamente y salió despacio para repartir otra vez si entrada brusca.

Tomo mi cabello y enredo un poco del en su mano para jalar en dirección suya, aumento la velocidad de las embestidas generando dos sonidos, el del choque de nuestros cuerpos y el de mi humedad cada vez que venía e iba. Los cortos suspiros y algunos gemidos cortados se hicieron presentes, la respiración acelerada y la acumulación de placer queriendo ser soltado.

— ¿Dónde quieres que termine? — preguntó cómo pudo.

— Mi boca. — No lo tuve que pensar dos veces, tenía ya algo de baba saliendo de mi boca y mojando el colchón.

 — Maldito imbécil — solté cuando entro tan profundo rozando ese punto, no hizo falta, sino que repitiera el movimiento un par de veces más para que mi descarga llegara, apretándolo en mí.

Un jadeo salió de mi boca cuando saco su pene de mí, sentí el vacío. Logan se quitó el condón y le hizo un pequeño nudo dejándolo a su lado. Me acomode quedando frente a él, baje mi cabeza, con cuidado lo metí en mi boca; Logan subió sus caderas y bombeo para empezar a follar mi boca, lo entro casi hasta la garganta, mi baba caía por su tronco mientras subía y bajaba la cabeza, lo único que podía hacer era mover mi lengua y tocar ese punto entre sus testículos. Me entraron algunas arqueadas que fueron controladas a medida que entraba y salía hasta que llegó, sus piernas se tensaron y si respiración cambió «Joder» suspiro cuando lo saco dejándome la boca llena de sus hijitos, no sabía mal; pero no quería tragarlo así que en un movimiento rápido lo besé pasándole todo lo que tenía en la boca a la suya. Lo aceptó para luego escupirlo en su baño, llevó consigo el condón para arrojarlo allí.

— Límpiate, adicta — dijo haciendo referencia a una película, tome su camisa y la pasé por mi boca.

— Tú sigue modelando desnudo, no me molesta, se me apetece morderte una nalga, así te devuelvo el favor de ese día en la piscina.

— Ni te creas, trague mucha agua por estar avaricioso.

— Aún tengo la marca del mordisco que me diste — moleste haciendo la que buscaba una marca en mi nalga.

— Está si es una marca — sin darme tiempo a reaccionar golpeó mis nalgas dejándolas con su palma marcada de color rojo, sonó muy duro.

— Me entraste las nalgas — burle tratando de acariciar para que el dolor desapareciera.

— Ya tengo motivos para besarlas — se acercó y lo hizo.

— Lamiéndome el culo, de esta forma te quería agarrar — bromeé bajándome el vestido de pijama por el cuerpo — Feliz cumpleaños — estaba recostado en la cama mirándome.

— Gracias — estiró su mano para tomar la mía, me recosté en su pecho colocando mi cabeza entre su hombro y cuello.




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Mi mejor tormento ©Where stories live. Discover now