Mia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan.
Logan Morgan es el hijo de los mej...
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Íbamos en el carro de camino a casa, había tensión y no precisamente sexual, antes de que cerrara la puerta del carro y se abalanzó sobre mí le dejé claro que debíamos hablar de lo de Dylan, si yo no lo recordaba ella tampoco tal parece que ese enojo se esfumó y ahora solo pensaba por qué en fin los dos debíamos hablar respecto a eso; Noah tenía razón al decir que era algo del pasado y también no hay una relación así que no puedo hacer reclamos de ningún tipo; pero el siempre estará ahí para recordarme como se la chupaba y lo bien que lo hacía.
— Maldito hijo de puta— susurré para solo yo escuchar; pero Mia también lo escuchó, no hizo ninguna pregunta, también estaba pensativa.
El punto al que voy es que me hierve la sangre cada vez que habla de ella y cuenta las cosas con detalles solo para joderme. Autocontrol vuelve a mí.
— ¿Podemos ir por un té helado antes de pasar por casa?
— Podemos ir al super y comprar las cosas para las hamburguesas, también se deben comprar cosas que hacen falta.
» Sería después de ir a casa, no traigo dinero aquí y es más importante hablar de... Ya sabes.
— Eres algo inmaduro, por decir su nombre no se va a aparecer mágicamente o algo así, no estamos en una película de ficción.
— ¿Qué sabes tú?, El simple hecho de pensarlo hace que se me aparezca hasta en la sopa.
— ¿En sí qué es lo que quieres saber?
— Todo, tal parece que no te conozco mucho.
— Probablemente yo tampoco te conozca mucho, con tus amigos eres alguien totalmente diferente, con el único que no cambias es con Noah y eso que hasta con el aparentas a veces o ¿será que con quien aparentas es conmigo?
— O ¿será que estás buscando problemas donde no los hay?
— Debemos hablar con nuestros padres en la noche, mamá escribió que estaban algo desocupados.
— ¿Hora?
— No dijo, confórmate con que llamarán.
— Se supone que aquí es donde te digo que me disculpes por no sé qué mierda.
— Y aquí es donde yo lo cambió todo y te digo que no.
— Y si ¿hacemos pasta de cena?
— Modo la dama y el vagabundo — comentó entre risas — Está bien, pero si hay vino, te iba a decir que dejáramos la charla para la cena; pero de pronto se daña con lo que hablemos.
— Tu misma te das la razón y lo del vino, no lo creo conveniente.
— Necesito alcohol en mi organismo.
— Yo sexo, los dos no podemos tener lo que queremos.
— No sé cómo haces para que la conversación siempre llegue a ese punto.
— Tengo sueño.
— ¿Qué hay con eso?
— No puedo dormir porque hasta en mis sueños me atormentas.
— Te dicen el bromas — supongo que rodó lo ojos, algo típico en ella.
— Hablo en serio, de uno u otro modo apareces en ellos, con ropa o sin ella.
— Interesante... Cuéntame más.
— No se puede.
— Tú eres mayor de edad, ¿Verdad?
— Ajá.
— Y si vamos de compras podemos llevar algo de alcohol — sonrió inocente.
— Estás loca, mañana hay clases, apenas si empezamos la semana... ¿Por qué quieres beber?
— Porque me gusta — quedé con esta cara ._.
— Estoy flipando por esa respuesta.
— Estar mucho tiempo con Noah te hace daño.
— Si creo, maldito pajero.
— Creo que es al revés, él debería decir eso.
— Llegamos — hablé cuando estacione el auto en la entrada.
— El último que entre se come un huevo crudo — gritó ella cuando bajamos del auto y salió casi corriendo.
— Que infantil eres Adams —; pero aún así salí corriendo a la puerta de entrada para no quedar último, no era mucha distancia, pero la pasé, estaba abriendo la puerta cuando ella llegó a mi lado.
— Oye, Logan.
— No te haré caso, intentas hacer trampa — estaba terminando de abrir la puerta pero Mia se metió en la mitad quedando su espalda contra la puerta y me dio un besito, que duró lo suficiente como para que ella terminara de abrir la puerta no sé cómo y entrara primero.
» Eso es trampa, no se vale; le voy a decir a mi mamá— hable al terminar de entrar y dejar mi bolso en el suelo.
— Vas a ir de pone quejas con tu mami, que tierno — pellizcó mi mejilla.
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