Capítulo 32

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Logan

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Logan

Ya había amanecido, Mia tenía la sábana por los muslos y podía ver muy bien su culo en esa tanga blanca, la blusa que tenía se le transparentaba un poco en los pechos y se me hacía fácil ver sus pezones. Mi pene reaccionaba a la imagen de su cuerpo; volví a cerrar los ojos, aún era temprano como para ir a clases.

Me voltee de manera que mi pene apunta a ella, no lo hice con ninguna mala intención, lo juro. Pronto empecé a dormir otra vez, pero su culo se pegó a mi polla y eso no hizo más que estimularme. Se movió como si pudiera pegarse a un más, suspiré y mi respiración se entrecortó, ella estaba durmiendo, a saber tú que soñaba.

Me separé con cuidado y me voltee para la dirección contraria, eso no está bien. Ella dejó de moverse; pero antes de su boca salió un pequeño jadeo de frustración. Cerré los ojos nuevamente y me dormí. Ni en mis sueños me dejaba en paz su cuerpo y sus movimientos de cadera. Luego no hubo nada más, mi mente se puso en blanco o no recuerdo qué más soñé.

Mia

Desperté veinte minutos antes de que sonara la alarma, me acomode en la cama; de manera que quede viendo el techo, estaba haciendo mucho frío y con mayor razón lo sentía, tenía la sábana por las rodillas; la tomé y me tape con ella casi hasta el cuello.

Logan estaba de espalda a mí, admire su figura (solo lo que tenía descubierto), tenía la espalda marcada y no muchos lunares, también alguna que otra peca.

Repentinamente me entraron ganas de abrazarlo por la espalda, y lo hice, su cuerpo estaba calentito. Pase mis manos por debajo de sus brazos, una de ellas la puse en su abdomen, la otra en su pecho; lo acaricie despacio, estaba algo tenso. Pronto descubrí por qué... Tenía un mañanero, sé que lo que hice estuvo mal porque él dormía; pero aún así lo hice.

La mano que tenía en su abdomen la adentre en su bóxer, roce con mis dedos su pene, era un contacto de piel con piel. Lo tomé en mi mano y comencé a bombear, de arriba abajo; poco a poco aumente el ritmo, pero algo me hizo parar... Logan despertó.

— ¿Qué haces? — Seguía en la misma posición, mi mano nunca salió de su pantalón y él no se movió, su voz estaba ronca.

— Buenos días — qué más podía decir.

— ¿Qué hacías?

— Tenía frío y tú estabas caliente, en algunos sentidos de la palabra — hice una pausa para pensar — Me vas a decir que no estás así por mí — lo tomé en mi mano otra vez y bombee un poco — ayudaba a rebajarlo.

Sé que eso no sonó muy bien, sonó como una chica arrogante y yo no suelo ser así; pero no sabía qué más podía decirle.

— Está bien, pero no lo hagas así — saco un poco de crema de manos de mi cajón y se la puso en la base del pene — Duele cuando se hace en seco.

— Yo... Se me olvidó.

— No te preocupes, si quieres ¿te marco un ritmo?, tú lo sigues.

— No es mala idea — tomó mi mano en la suya y empezó a bombear de nuevo, mi mano se deslizaba mejor por su pene y era más fácil aumentar la velocidad; Logan suspiró varias veces antes de llegar, trate de buscar algo de alivio en mi entrepierna, pero no lo logré y pocos segundos después Logan se corrió llenando parte de mi mano con su caliente semen. Saqué la mano de su bóxer y la lleve a mi boca, quería probarlo y se lo hice saber.

— Sabes tan bien, quiero más — no tardó mucho en voltearse para quedarse viéndome y besarme probándose él también.

— Creo que puedes conseguir más — Esas palabras se sintieron como melodía para mis oídos, le estaba echando mas leña al fuego que no quería apagar , me fijé en su entrepierna y su pene aún seguía erecto, esperamos unos minutos y volví a masturbarlo hasta acabar en mi mano nuevamente; segundos después sonó la alarma.

— Voy a ducharme.

— Vamos, — corrigió él.

— Quizás mañana.

— Bien, me voy.

— No te enfades.

— Bueno.

— No tardes mucho en la ducha, iremos a alguna parte a desayunar — no dijo nada, solo salió de la habitación. Cagar las cosas es lo mío.

Mi mejor tormento ©Where stories live. Discover now