Capítulo 39.

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Harry había estado con mala cara durante toda la evaluación, se había levantado temprano ese día, le había dejado una nota al ojiazul en modo de disculpa por dejarlo durmiendo solo, pero no quería despertarlo, se veía tan cómodo y prefería dejarlo así.

Había salido esa madrugada con el cabello húmedo, y en la escuela se había unido a Liam y Zayn, el ojimiel los había puesto al día con todo lo que había sucedido durante esa semana de expulsión y Harry había contado sin muchos detalles sus días junto a Louis.

La evaluación era bastante larga y aburrida, ¿lo peor? eran de distintas materias, lo bueno es que no era con nota, o eso les habían dicho.

Cuando termina la primera prueba, decide ir a comprar algo para comer, no había tomado desayuno y su estómago se sentía vacío.

Se compra dos barras de cereal junto a un jugo en caja, Liam se apoya a su lado y suelta un pequeño bostezo.

—No hagas eso que me da sueño— comenta el ojiverde antes de meter un pequeño trozo de la barra de chocolate a su boca, mastica con lentitud y ve a Liam rodar los ojos.

—¿Has visto a Zayn?— el rizado niega con la cabeza y ve la mueca en los labios de su amigo.

—Debe estar por ahí— abre su jugo en caja y toma un poco de este, le gustaba un montón el jugo de piña, era su favorito.

—Iré a buscarlo— el ojiverde asiente sin tomarle mucha importancia, saca su celular y lo enciende para ver si tenía algún mensaje de Louis, con la mirada puesta en el aparato camina a través de los pasillos.

Su teléfono cae de sus manos cuando choca contra alguien y la pantalla se triza, Harry abre sus labios sorprendido y se agacha para recogerlo.

—Mierda, mierda, mierda— habla rápido y la barra de cereal se cae de sus manos, toma el aparato e intenta desbloquearlo.

La pantalla estaba inservible.

—Pero- — no podía estar pasándole eso a el justo ese día.

El ojiverde alza la mirada para ver a la persona con la cual había chocado, el chico lo miraba sorprendido y el color había abandonado su rostro.

—¡Lo siento! No fué mi intención, no te vi— murmura y mira la pantalla de Harry, traga en seco y limpia las palmas de sus manos contra el chaleco de su uniforme, al parecer estas habían comenzado a sudarles de puro nerviosismo— t-te lo pagaré, lo prometo.

Harry alza una de sus cejas y ladea un poco su cabeza hacia un lado.

El rostro se le hacia familiar, de pronto recuerda esos ojos verdes.

—Te he visto— murmura y luego su mente se ilumina— te vi en el cine hace unos días.

El pelinegro parpadea un par de veces, al principio se veía confundido, pero luego parece entenderlo y sus facciones se relajan notablemente.

—Oh, es verdad— susurra y lleva una de sus manos a su nuca, rasca la zona en un claro gesto de incomodidad y luego deja caer su mano— lo siento de verdad, prometo pagártelo, espérame...

Saca su celular y lo desbloquea, Harry recoge su barra de cereal para poder botarla en el tacho de basura del pasillo.

—Dame algún número para contactarte, no compartimos muchas clases así que será difícil volver a toparnos— el ojiverde rueda sus ojos y luego ríe.

—No tengo un número extra para darte.

—El chip aún puede servir, sólo debes sacarlo— Harry se confunde cuando su celular es arrancado de sus manos, de pronto la pequeña tarjeta es puesta sobre una de sus manos.

—Uhm... ¿bien?

—Mi nombres es Lucas.

—Esto se me hace super extraño, pero el mío es Harry— Lucas ríe y luego suelta un suspiro.

Extraño en el sentido que hace un par de días se habían peleado y ahora estaban ahí presentándose como si nada hubiera pasado.

—¿Puedo hacer algo más por ti?— el ojiverde lo piensa durante unos breves segundos y luego termina por asentir.

—Sí, ¿puedes prestarme tu celular? Necesito hacer una llamada— el pelinegro asiente y le entrega su celular desbloqueado.

El ojiverde marca el número que se había aparendido de memoria y se lleva el aparato a uno de sus oídos, espera pacientemente a que la llamada fuera contestada.

—¿Hola?

—¡Louis!— una sonrisa se forma en los labios del ojiverde— quería avisarte que mi celular acaba de morir, así que no te preocupes si no contesto mensajes o llamadas.

—Oh... — se puede escuchar un carraspeo al otro lado de la línea Harry reconoce la voz adormilada del castaño, en ese momento se siente un poco culpable por despertarlo— espera, me está costando un poco despertar.

Bingo.

Harry muerde su labio inferior y espera a que el ojiazul reaccionara un poco.

—¿Murió tu celular?

—Sí.

—Pero Harry... — la risa del ojiazul casi le hace suspirar— está bien no pasa nada, han pasado muchas cosas negativas últimamente.

—Eso es verdad.

—Bien, ¿a qué número puedo llamarte?

—A ninguno por el momento, pero estaré allá.

Louis ahoga un bostezo y vuelve a estirarse en la cama, sus ojos estaban cerrados aún.

Tenía mucho sueño.

—Está bien— vuelve a murmurar y aleja el celular de su oído para ver la hora.

—Te dejo Lou, este celular no es mío, nos vemos, no olvides que te amo— el ojiazul asiente, y luego evita golpearse a sí mismo ante eso, era obvio que Harry no podría verlo.

—Yo también te amo, suerte, te veré pronto.

Después de eso se corta la llamada y el castaño deja su celular de lado para poner la mirada sobre el blanco techo.

Tenía que despertar, ese era su último día ahí.

Le hubiera gustado despertar junto a Harry, pero bueno, ese día no se había podido.

Refriega su rostro con ambas manos y finalmente se levanta de la cama, abre la ventana de la habitación de Harry y respira profundamente.

Lo que más le gustaba era la calidez de los días y el cielo libre de nubes grises.

Extrañaría ese lugar.

Pero lo más importante, es que extrañaría aún más a Harry.

Dandelions |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora