Capítulo 17.

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Louis se asegura de no dejar ningún mechón de cabello húmedo, con sus dedos acaricia el cuero cabelludo de Harry y finalmente se aleja, apaga su secador y lo desenchufa.

Mira la taza que había quedado en su mesita de noche, sabía que probablemente el agua ya estaba fría, pero necesitaba beber algo así que de todas maneras la toma.

Finalmente se sienta al lado de Harry y este toma el último trago que le quedaba a su té, no quería hablar y Louis no quería presionarlo.

—Y-yo...— comienza en voz baja el ojiverde y luego se calla, el ojiazul vió eso como un incentivo para preguntarle.

—¿Qué te sucedió?— Harry tensa sus labios en una línea.

—Me asaltaron— Louis arquea ambas cejas y aparta la mirada.

—Sabes que no puedes mentirme, no a mi— finalmente Harry deja la taza vacía en el suelo y Louis bebe de la suya, el ojiverde se voltea a verlo y fué cómo una si una mascara se hubiera caído de sus facciones.

Se veía totalmente vulnerable.

—Es que es tan difícil y patético que yo... No sé por dónde comenzar.

Louis se estremece ante el sonido de un trueno, traga en seco y vuelve a poner su mirada sobre Harry.

—Desde el comienzo— Harry asiente un par de veces, todo esto de hablar era nuevo para él, quería hacerlo o por lo menos intentarlo, pero las palabras parecían no querer abandonar su boca.

Una de las manos de Louis toma la suya y el temblor de sus manos se detiene, de todas formas ¿cuándo habían comenzado a temblar?

—Todo comenzó desde que mi madre nos abandonó, mi padre se alejó de mí, pero aun así cuidaba de mi, pagaba mi colegiatura y mis materiales para la escuela pero jamás estuvo realmente presente—hablaba mientras mantenía la mirada fija en el suelo— luego con los años comenzó a beber en casa y mi hogar se volvió un infierno.

Louis estuvo a punto de preguntar, pero las respuestas a sus dudas llegaron antes.

—Decía que me parecía tanto a ella y los malos tratos se volvieron costumbre, insultos, pequeños empujones y humillaciones—Louis acariciaba con suavidad el dorso de su mano y eso lo reconfortaba un poco— finalmente cuando intenté parar todo eso fué muy tarde, un día le quité la botella y no lo reconocí, la estrelló contra mi pecho y un pedazo de vidrio quedó incrustado ahí.

Louis rápidamente llega a la conclusión de que a eso se debía la cicatriz que tenía cerca de sus clavículas.

—Me llevó al hospital y dijo que me habían golpeado en un callejón, perdí muchísima sangre y estuve internado durante mucho tiempo, no era capaz de formular ninguna palabra debido al traumatismo que tuve, estaba aterrado— confiesa con su voz temblorosa y Louis muerde con fuerza su labio inferior.

Esto era mil veces peor de todo lo que alguna vez se le había pasado por la mente.

—Perdí el año escolar debido a eso, a penas pude comencé a trabajar porque estaba consciente que si yo no hacía algo por mi mismo nadie lo haría, quiero escapar, quiero irme, quiero tenerlo lejos.

—¿Eso fué lo único que te hizo?— el ojiazul se asusta ante el silencio y niega con su cabeza, finalmente ocurre algo que jamás pensó que vería.

Harry se levanta y quita la camiseta de su pijama, Louis pierde el aliento, varias zonas de su abdomen tenían distintos cortes y cuando el ojiverde se da la vuelta es cuando se quiebra.

Su espalda estaba llena de quemaduras de cigarrillos.

Louis alza su mano y la pone sobre la espalda de Harry, este se estremece ante el roce y mierda, ninguno de los dos sabía exáctamente el momento en el cual habían comenzado a llorar.

—Estoy roto Louis, siempre me faltarán piezas, siempre tendré pesadillas, estas marcas estarán conmigo para siempre ¿y sabes? Joel tenía razón, soy un huérfano, mi madre me abandonó y mi padre está muerto para mí.

Louis comienza a negar con su cabeza y deja su taza en el suelo, se levanta y camina para quedar frente a Harry, toma su rostro entre sus manos e intenta limpiar las lágrimas de este.

—Tenemos que denunciarlo.

—¿Y qué va a pasar? Me mandarán a una especie de internado o algo así, perdería mi dinero, no podría trabajar y no quiero que intenten comunicarse con la mujer que se hace llamar a sí misma mi madre.

—No puedes seguir ahí.

—No me queda de otra Louis, digo, no es lo mejor del mundo y sé que mi vida está en juego, pero denunciar o irme de ese lugar no es tan fácil como suena— Louis suelta un suspiro y apoya su cabeza en el hombro del ojiverde— soy un cobarde.

Ante la sola mención de esa palabra el ojiazul se separa del cuerpo de Harry,

—¿Bromeas? Eres la persona más valiente que he conocido en mi vida— murmura con suavidad y apoya su mano sobre la cicatriz en el pecho del rizado— tengo crema cicatrizante, podemos disminuir un poco las cicatrices si quieres.

Harry ni siquiera lo duda y acepta, lo que más quería era poder mirarse al espejo sin aborrecerse, odiaba esas cicatrices con su vida y lo peor es que aunque supiera que estas podrían casi borrarse... Siempre quedarían tatuadas en su alma.

—Bien, vuelve a sentarte— Harry hace lo indicado y de pronto un recuerdo llega a su mente, debía aclararlo.

—A pesar de todo esto, George jamás entra a mi habitación, sólo sale los fines de semana así que corrobora que esté durmiendo desde fuera de mi habitación y se va, jamás te habría puesto en peligro.

—Maldita sea Harry, me da lo mismo si estuve en peligro o no, me siento más lastimado al saber que tú vives con ese monstruo— murmura y destapa la crema, pone un poco de esta en la punta de sus dedos y la esparce sobre la gran cicatriz de Harry.

—Siempre tan dulce— susurra de forma baja el ojiverde— preocupándote por mi, cuidándome, curando mis heridas y yo soy de lo peor contigo.

Louis niega con su cabeza, no quería oírlo hablar.

—Lamento no ser lo que te mereces— Louis suelta un sonoro suspiro.

—Tú no decides por mi, no sabes lo que merezco o dejo de merecer.

—Mírame Louis, sólo traigo problemas— Louis alza su mirada y deja esta sobre los ojos de Harry.

—Lo único que veo es al chico más bueno del mundo, al que está dispuesto a ayudar aunque tenga miles de problemas, sólo veo a un humano lastimado y créeme Harry, jamás podrás hacerme cambiar de opinión.

—Soy un co- —Louis lo detiene antes de que pudiera terminar.

—No eres un cobarde.

—Soy un cobarde porque debido a todo esta mierda que traigo me niego a ponerte en peligro, aunque eso signifique que tenga que ahogar mis sentimientos por ti o deba matarlos de una vez por todas.

¿Qué?

Dandelions |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora