Hide & Seek || Spencer Reid [Criminal Minds] (1)

9.5

—Morgan, ¿Y los genios?—, cuestionó Hotch bajando de un salto de la camioneta, siendo seguido de cerca por varios militares, entre ellos el general Whitworth.

—Hay polvo blanco adentro y el aire acondicionado está encendido—, informó el moreno.

—Preparen un equipo descontaminante, y acordonen el área afuera de esta puerta. Límpienlos y súbanlos a la ambulancia—, ordenó el general a uno de sus hombres.

Morgan suspiró: —Yo tenía que estar ahí con ellos.

—No hay tiempo para lamentarse—, saltó Hotch en un pobre intento para que Derek no sintiera culpa—. ¿Qué tenemos?

—Nichols está muerto, traumatismo en el cráneo. Valerie cree que murió hace dos o tres días—, recitó lo que sus amigos le habían informado minutos atrás al teléfono.

—Entonces él no pudo ser el responsable de los ataques—, concluyó el general.

—Se medicaron hoy, Thomas y Reid, tienen que estar bien ¿No?

—No lo sé, eso era solo una precaución.

—No le estaba sirviendo a los pacientes.

—Sí, pero ellos lo tomaron luego de estar expuestos, Reid y Valerie lo tomaron antes—, Morgan estaba con los nervios a flor de piel y la apatía del general solo lograba desesperarlo más.

—No hemos probado el medicamento en esta cepa antes, no podemos estar seguros—, reiteró Whitworth.

El teléfono de Hotch sonó en una llamada entrante: —Reid.

Los tres hombres dirigieron sus miradas a una de las ventanas de la casa, donde podían ver la figura de un Spencer algo alterado.

—Hotch, ahora sí me equivoqué...

—Reid, tienen que salir e ir al hospital—, ordenó su superior.

—No. Me quedaré aquí—, la voz del rizado por mucho que intentó sonar firme, tembló un poco.

—¡Yo también!—, se escuchó el grito de Valerie a la distancia.

—¡No, no lo harán!—, Morgan gritó algo molesto. Maldita sea, ¿Por qué todos los genios que tenía bajo su cuidado eran tan tercos?

—Sí. Ya estoy...- Estamos expuestos, dejar de trabajar en el caso no hará ningún bien—, repuso frunciendo el ceño y alejándose de la ventana.

—Ya está infectado. Si Nichols creó la cepa, tal vez también creó la cura.

—Es mejor que esté aquí para intentar buscar la cura y averiguar quién mató a Nichols—, siguió Spencer ahora más decidido.

—¿Dónde está el maldito botiquín?—, escucharon los murmullos frustrados de la castaña a lo lejos, y luego algo de movimiento.

—Hotch, haz algo. Oblígalos a salir—, casi rogó Morgan, como un niño pequeño dándole quejas a su madre.

Y tras pensarlo unos segundos, el mencionado respondió con un: —Tiene razón, es mejor que esté adentro. Les pasaremos un traje y una máscara a cada uno, en seguida.

—Olvídalo, eso ya no servirá si estamos infectados.

Y lo último que escucharon antes de que el rizado cortara la llamada fue un: —Spence, mira esto.

Spencer tomó los documentos que la pecosa le tendía, leyendo lo que ponían.

Mientras que afuera los militares, médicos y el equipo de Material Peligroso empezaban a organizar la zona de desinfección para los dos agentes atrapados ahí dentro. Hotch hizo una rápida llamada a García -porque se sentía en la obligación de informarle al resto del equipo sobre Reid y Thomas; y realizó una llamada al teléfono de Spencer, nuevamente.