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Fueron al hospital, principalmente para realizarle un chequeo al muchacho -Christopher- debido a las marcas amoratadas de su cuello, y, obviamente, por órdenes de Morgan, para que algún enfermero revisara la nariz de Valerie.

Luego de eso, ya con una bandita de dinosaurios sobre su tabique, regresaron a la estación de policía, donde Spencer y Morgan interrogarían a Christopher, mientras que la alguacil Samuels iba por la computadora de Chris.

—¿Qué te pasó?—, cuestionó JJ, viendo a la castaña pasar tres aspirinas con un gran sorbo de café.

—Ese chico de ahí, pasó. Y un casillero. Ah, cómo odio la escuela—, suspiró, arrastrando una silla para sentarse junto a García—. ¿Hay algo?—, preguntó en referencia al sitio web. Todavía no era viernes, aún faltaban unas pocas horas -lo que implicaba que pronto habría movimiento en el sitio. JJ y Penélope negaron.

Hotch y Prentiss se hallaban en otra oficina, observando la entrevista por medio de las cámaras, y si no se equivocaba, Rossi también estaba con ellos. 

—¿Qué es esto?—, tomó la carpeta que reposaba junto a la computadora de García, leyéndola.

—Son los expedientes de Christopher, Hotch me pidió que se los llevara...- ¿Podrías...?—, miró a la rubia, viendo que le daba una pequeña sonrisa inocente. Asintió regresándole la sonrisa, sabiendo que con García no tenía más opciones.

Christopher Summers. Su madre había muerto hacía unos años y desde entonces se ha mudado de ciudad más veces de las recomendables para un adolescente. Tres cambios de escuela en tan solo dos años. Por eso es un solitario, razonó leyendo rápidamente a medida que caminaba.

Abrió la puerta y murmurando un "los expedientes que pidió", se los entregó a Hotch y salió. De regreso con los demás.

El tiempo pasó y para cuando se dio cuenta, finalmente, había regresado la alguacil junto con el padre de Christopher -Wilson Summers- y, por supuesto, la computadora del primero. García se puso manos a la obra al instante, pero por mucho que tecleaba parecía no hallar manera alguna de acceder a los archivos del aparato.

—Es asombroso, tiene un disco duro segmentado, firewalls potentes, encriptación profesional...

—No hay razón para eso, a no ser de que oculte algo realmente importante—, murmuró Rossi.

—Es por eso que está tan calmado—, recordó Prentiss, viendo a García fallar nuevamente al ingresar otro código.

Una alarma sonó y todos miraron hacia la pantalla que la emitía. JJ cuestionó por esta, a lo que García, sin detener su tecleo, explicó que era porque alguien había subido un nuevo video a la página.

Eran, exactamente, las doce con un minuto. Estaban jugando. Se preguntó mentalmente por qué demonios los adolescentes tenían que ser tan tercos y estúpidos; ella nunca fue así, también se tuvo que recordar que pasó toda su adolescencia en la biblioteca, en casa o con sus abuelos, y que su coeficiente intelectual era mucho más alto que el promedio -por obvias razones nunca fue así de necia o torpe.

Morgan y Reid salieron de la sala donde interrogaban a Chris, con una cara de cansancio olímpica -no habían logrado nada.

—García, creo que se relacionará mejor contigo. Quiero que hables con él, intenta conseguir que se abra—, habló Hotch mirando a la nombrada, quien había tomado un semblante casi de terror.

—Es que...- Yo nunca he hecho algo como esto antes... ¿Y si no lo hago bien?

—Lo harás bien—, la tranquilizó su superior. Segundos después Penélope ya estaba hablando con Christopher.

Hide & Seek || Spencer Reid [Criminal Minds] (1)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora