Capítulo V

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William.

-Espero que tu llamada no sea para interrogarme para saber en donde está Quebec, por que si es así te juro que voy a romperte el cu...

-Sé en dónde está.-lo interrumpo, en la línea solo logro escuchar su respiración.-Erick, ¿sabías en dónde estaba?

-¿Cómo la encontraste?-pregunta bruscamente.-Dime como mierda sabes en donde está y cómo te enteraste.

Antes de responder me estaciono frente al edificio donde está el antiguo departamento de Quebec, tomo las llaves y decido entrar, mientras a través del teléfono escucho maldecir a Erick, diciéndome como es que llegaría a mi y como me mataría si es que le llego a hacer algo a su mejor amiga, al abrirse la puerta del elevador salgo del mismo y me dirijo hasta su puerta, quedándome por un momento mirando la manija que ha sido forzada para poder abrir pero sin éxito alguno, recuerdo la manera en cómo habría la puerta, dándole unos ligeros golpes ya que su "sistema de seguridad" se encontraba fallando.

Hago lo mismo y la puerta se abre, al entrar lo primero que me encuentro es su ropa tirada, una cuanta adentro de una mochila, como si hubiera intentado escapar pero no le dieron el tiempo necesario de empacar, paso mi mirada a la sala y en sillón se encuentra aquella cobija con la que la encontré en nuestro primer encuentro, la manera en como se envolvía en ella, cuando traté de consolarla aquella noche después de haberle preguntado sobre su madre, mierda, los recuerdos me envuelven y olvido que tengo en espera a Erick.

-Lo lamento.-logro a decir.-Iré por ella.

-Estás muy idiota si es que vas por ella, no sé si lo sepas pero está comprometida.-menciona.

¿Cómo es que él lo sabe?, ¿Él sabía de ella?.

-¿Cómo sabes eso?-pregunto.

-Su... su padre me ha mantenido al corriente de ella.-confiesa.-Créeme que la idea de que esté comprometida con alguien mas me asquea.

Rubén le ha dicho todo, lo ha mantenido al tanto de su vida, desde el primer momento en que se fue y de su compromiso, ¿Cómo es posible que no pudo haberme dicho donde estaba?, él escuchó lo mucho que la amaba, escuchó cuando le dije que la buscaría aunque sea lo último que haga, ¿y no pudo haberme dicho al menos su ubicación?

Me siento enojado, frustrado, todos estos años y Erick lo sabía. Maldita sea, la desesperación y la ansiedad comienzan a inundar mi pecho, quiero reír por haber sido tan ingenuo, cada vez que le preguntaba a Erick si tenía noticias o si sabía en donde podría encontrarla y su única respuesta era "se esfumó de la faz de la tierra, Rubén hace lo correcto al mantenerla oculta" o simplemente "Rubén te llamará cuando todo se calme", cuando claramente él sabía de todo desde el inicio. Quiero llorar ya que la respuesta la tenía frente a mis ojos y no lo vi, en este momento la tendría en mis brazos, estuviéramos viendo sus películas favoritas o inclusive la llevaría a cenar a los mejores restaurantes... simplemente no está.

-William...-lo escucho decir.-Lo lamento... no quería que algo malo le pasara y... estaba aterrado, sabes que es mi mejor amiga, le ayudaba a encontrar información sobre Esther y...

-Detente.-digo.-Esther fue asesinada por su propio padre.

Silencio en la llamada.

-Lo siento, de verdad que lo hago, pero era por su propio bien.-su voz en tranquila y puedo sentir que cada palabra que ha dicho es verdadera, solo quería protegerla y cuidarla del señor Maxwell y... de cierto modo, de mi también.-Su prometido se llama Yakov, es profesor de historia en la universidad publica de Moscú.

-¿Porqué me dices esto?

-Su novio no me agrada, es muy... misterioso, no encuentro reportes o información de él.

-¿Lo has estado investigando?-pregunto, mientras me enfocaba en saber su ubicación, Erick buscaba respuestas sobre aquel hombre que tiene a mi mujer.-¿Qué más sabes de él?

-Cuando Rubén mencionó que estaba comprometida decidí hacerlo.-responde.-Su nombre es Yakov Ivanov, tiene treinta y seis años, profesor de historia de la arquitectura, habla español, inglés, ruso e italiano, vive en un departamento en el centro de Moscú y su familia vive en un pequeño pueblo llamado Vladímir, es todo lo que sé.

-No es demasiada información pero me puede servir, ¿algo más que tenga que saber?

-Un mínimo detalle.

-¿Cuál es?

-Si la lastimas te juro que te corto el...

-Tengo que irme.-lo interrumpo antes de que termine la oración, escuchándolo reírse al otro lado de la línea.

-Espera, sé que te irás a Moscú en las próximas horas, por favor, no hagas una estupidez y solo habla con ella, no la secuestres ni la amarres.

-¿Qué tanto te dijo Quebec de mi?-suelto una leve carcajada.

-Lo suficiente para haber dicho eso.

Sin mas, termino la llamada y comienzo a recoger su departamento, recogiendo cada prenda que se encuentra tirada por todo el espacio, desechando todo lo que ya no sirva y tratando de dejar todo en orden.

Después de unas horas decido mirar el reloj, son las ocho veintidós de la noche, es momento de irme, no me importa ir a mi departamento por mis maletas, simplemente quiero subirme a ese maldito avión e ir por ella.

Conduzco lo mas rápido posible hasta el aeropuerto internacional, hago unas cuantas llamadas a Katerina y espero hasta que sea llamado mi vuelo, no tardando mas de quince minutos y ya estoy en mi asiento asignado.

Quebec, iré por ti sin importar nada mas. 

Oh, por Dios! Llora por mi. (II)Where stories live. Discover now