La linde.

Un espacio en dónde los árboles disminuían en cantidad y tamaño y los arbustos se dispersaban hasta casi desaparecer. Seguido de un prado que parecería interminable, de no ser por el pequeño pueblo que se notaba en el horizonte.

Se acercó con lentitud, usando la poca vegetación que encontraba para esconderse, por si acaso.
Buscó con la mirada al chico de tez rojiblanca, más no lograba localizarlo. Una leve sensación de decepción se formó en su pecho, no lo iba a negar.

Sin embargo, se quedó en la frontera, paseando un poco por entre la flora... Hasta que lo vio

Tez roja y blanca, con una gran hoja roja pintada a mitad de la cara, ojos azules como el cielo. Estaba sentado tranquilo, apoyando su espalda en una gran piedra y concentrado en sus papeles. Esta vez estaba solo.

Argentina sonrió emocionado, ver cosas nuevas siempre lo ponía así, la curiosidad del gato, quizá.
Se quedó simplemente observándolo como si fuera lo más interesante del mundo, a pesar de que el rojiblanco se mantenía la mayor parte del tiempo en la misma posición.

Decidió asomarse un poco, y un poco más... Y un poco más... Un poquito más
Hasta tener casi la mitad de su cuerpo asomado.

El contrario levantó la cabeza y miró al bosque.
El ninfo se ocultó lo más rápido que pudo tras un árbol, juraría que había tenido un mini-infarto en ese momento.

Miró a la planta con la que se estaba escondiendo, ahora que lo pensaba... Chile podía hablar con las plantas... Así que el chileno podría enterarse de que había estado paseando por la frontera... Y si el chileno se enteraba...

- Esto queda entre nosotros - Susurró amenazante, señalando al árbol.

Realmente no sabía si podía entenderlo... Pero valía la pena intentar.

- Is there someone out there? - Preguntó el país de idioma raro

~ ¿Hay alguien ahí fuera? ~

El albiceleste aguantó su respiración.
Estuvo a punto de ahogarse, hasta que el contrario volvió a su posición anterior.

Canadá, mientras tanto, creía haber visto algo, pero supuso que tan solo había sido su imaginación o quizá algún animal perdido por ahí.

El argentino se obligó a retener un suspiro aliviado para no ser escuchado por el otro chico.

Después de eso siguió mirándolo por un buen rato.
En un momento decidió volver su mirada al sol, este ya estaba bastante más algo que antes, sus amigos despertarían en cualquier momento, si es que no lo habían hecho ya.

Se dió media vuelta para volver, más no sin antes dar una última mirada al chico de la hoja, prometiendose volver.

Se dió media vuelta para volver, más no sin antes dar una última mirada al chico de la hoja, prometiendose volver

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Los ninfos (CanArg)Where stories live. Discover now