18. ℌ𝔦𝔩𝔬𝔰 𝔶 𝔣𝔩𝔞𝔪𝔞𝔰.

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Mi cuello crujió ante la violencia con la que volví el rostro hacia él, absolutamente incrédula.

━Tú mismo acabas de decir que no existe.

━He dicho que el ave no existe ━corrigió, afirmando su atención en mí━, el amplificador sí.

━No entiendo nada.

━Ilya Morozova infundió ese poder en la grisha a la que revivió, la amiga de su hija ━relató Mal en tono condescendiente━, convirtiéndola en su tercera creación.

Se me secó la boca. Probablemente Mal desconocía que la grisha a la que se refería era nuestra madre. Si su razonamiento resultaba acertado, encontrar el tercer amplificador era una completa pérdida de tiempo; había dejado de existir más de una década atrás, por mi culpa...

━Era nuestra madre ━solté en medio de un jadeo━, la grisha de la que hablas, Mal. Enya Xia-Siu.

Su rostro se desfiguró en una expresión de dolor que no se relacionaba con lo físico, sino con algo puramente sentimental. El corazón me dio un vuelco.

Me froté la cara con las manos. ━Se perdió. No existe más.

Tras un breve silencio, me reacomodé en la silla. Descubrí a Mal mirándome con una mescolanza indescifrable de emociones. Mis instintos comenzaron a encender las alarmas, entretanto él se mojaba los labios y aspiraba para continuar.

━Ese amplificador no se perdió, Iryna. Solo se transfirió.

Mi cabeza trabajaba a toda velocidad, intentando seguir el hilo. Los detalles eran borrosos, las declaraciones de mi hermano ambiguas, mis recuerdos prácticamente inexistentes.

Entonces mi corazón se detuvo abruptamente por un momento. Mal no podía haber sobrevivido si... Como si leyese mi mente, él sonrió con tristeza al tiempo que negaba rotundamente.

━No lo entiendes todavía, ¿Verdad? ━mi expresión delató mi contrariedad, él suspiró sonoramente━. Ese amplificador... Eres tú, Iryna.

Se me olvidó cómo respirar. La marea de pensamientos que rompía constantemente contra las paredes de mi mente quedó en absoluta calma. Una neblina de estupor se alzó dentro de mi cabeza, dejándome anonadada. El golpeteo rítmico de mi corazón contra mi pecho era nítido, lo percibía con claridad en mis oídos.

El magnetismo residente en mi ser se desperezó, como si estuviera burlándose de mi ingenuidad.

Había malinterpretado las palabras de Baghra. El tipo de amplificador inducido en mi madre al ser traída de vuelta a la vida no era ni cercanamente el mismo que el de Baghra o Aleksander. Idiota, me reprendí.

━Estás mintiéndome ━acusé, apenas controlando la ira hirviente en mis entrañas━. ¿Por qué yo? ¿Cómo sé que no eres tú?

Levantó los hombros apenas. ━Si yo hubiera contenido ese poder, el Oscuro lo habría sentido en cuanto me atravesó con la espada. ¿No crees que habría impedido se llevasen mi cuerpo? A estas alturas sería un bonito collar en su cuello o quizá un anillo.

━Eso no me deja a mí como...

Un recuerdo me obligó a callar.

Cuando Alina y yo nos batimos en duelo sobre la cubierta del barco de Sturmhond, intenté provocar el poder del ciervo y funcionó. Yo creí que como amplificador humano tenía esa capacidad, pero no ocurrió lo mismo cuando lo intenté con Ivan. Ahora tenía sentido. El ciervo me había respondido porque ese mismo poder circulaba por mis venas.

Formamos parte de lo mismo.

El paraje de mis sueños. No era un mapa, ni una señal de que podía encontrar los amplificadores como Mal. Era un llamado. El poder de las creaciones de Morozova. Las tres piezas reunidas en un solo lugar. El ciervo, la serpiente y la cascada de fuego, esa misma maravilla flameante que no pude atravesar hasta que el ciervo desapareció. Hasta que tuve que empezar a prepararme.

𝔖𝔬𝔪𝔟𝔯𝔞 𝔶 𝔣𝔲𝔢𝔤𝔬 | 𝔗𝔥𝔢 𝔇𝔞𝔯𝔨𝔩𝔦𝔫𝔤Where stories live. Discover now