Don't Leave Me Now (DLMG #3) [Remastered]

75. Let's go to SU (Part 3).

~Brandon~

Suspiro hondo, dejando escapar todo el aire que estado reteniendo estos últimos segundos, vaciando por completo mis pulmones, hasta el punto de necesitar tomar aire de nuevo. Me paso la camiseta por la frente, usada como si fuera una toalla, para secarme el poco sudor que cae precipitadamente a todo mi cuerpo. Finalmente puedo afirmar que he acabado todo el trabajo que he hecho este verano.

Miro a mi alrededor, dejando que una gran sonrisa de orgullo y satisfacción llene mi cara de felicidad. El apartamento en el que me encuentro —antes destrozado, sucio y por pintar— tiene ahora un aspecto tan distinto, que parece completamente nuevo. Todavía recuerdo el día en que Harper decidió comprar este apartamento.

Para mí, era el más feo de toda Siracusa. Pero Harper vio mucho más de lo que aquel lugar aparentaba. Lo vio como nuestro nido de amor, nuestro refugio. Un lugar confortable, íntimo y con un precio tan accesible que remodelarlo a nuestro gusto sería un paseo. Y así ha sido, a pesar del tiempo que llevo haciéndolo. Ya que me he pasado todo el verano en la ciudad, adecentando el piso para dejarlo perfecto para cuando comenzáramos las clases.

El resultado, pero, es más que exitoso. De hecho, ha valido la pena estar separado de Harper durante estos tres últimos meses porque, en comparación a cómo estaba antes, ahora parece todo un palacete. Mi padre, como es de esperar, se ha encargado de darme dinero para los muebles, las rentas, etc., aunque yo me puse a trabajar nada más llegar a Siracusa en un Karaoke de la zona, para conseguir dinero para pagar el alquiler y cualquier gasto que podamos tener durante nuestra vida aquí.

– ¡Por fin terminamos! —Exclama Michael, dejándose caer sobre el sofá, sacándome de mis pensamientos— No puedo creer que me engatusaras para ayudarte a reformar tu casa... —Se queja, mientras da un largo sorbo a la cerveza que tiene en la mano.

– Eh, no te quejes tanto, que hasta donde sé, has estado disfrutando de la ciudad y de sus habitantes femeninas todo el verano. —Ante mi comentario, el muchacho se echa a reír. Aunque es una risa más bien automática.

– Por una nueva etapa.

– Por una nueva etapa. —Repito, brindando con mi mejor amigo, quien ha alzado la botella para brindar conmigo.

– Kyle está con Rachel y conmigo en Pittsburgh... Jayden, Harper y tú en Siracusa... Mary y Jules han decidido quedarse en casa... Leire está en Chicago... ¿Qué más podemos pedir?

– Michael, ¿puedo hacerte otra pregunta además de esta? —Le pregunto, sabiendo que me contestaría si le dijera si puedo hacerle una pregunta— ¿Por qué lo dejasteis Leire y tú? Es decir... Se os veía tan enamorados. Tan felices juntos... Y te has pasado todo el verano sin sacarlo, así que creo que es hora de que hables de ello. Y como somos amigos desde mucho tiempo, pues... No sé, si quieres...

– Teníamos demasiadas cosas en común. —Dice, de golpe, haciéndome callar— Supongo que nos aburrimos de hacer siempre lo mismo. De compartirlo todo el uno con el otro. Y, la distancia, tampoco ayudaba.

– Pero, ¿eso no es exactamente de lo que trata una relación? Compartirlo todo con el otro, digo...

– Sí, pero... Cuando tienes tantas cosas en común... ¿No crees que compartir todo acaba siendo aburrido? Pero bueno, ya no quiero hablar más del tema. Ahora tenemos que preocuparnos de lo que nos espera... La Universidad, colega. ¿No estás nervioso?

– Para nada, la verdad. Me he casado con el amor de mi vida, estudiaré Ciencias Forenses, mi esposa estudiará lo que ella adora, nos mudamos juntos por primera vez para vivir en convivencia y nuestras vidas son relativamente normales por fin... ¿Por qué debería estar nervioso en un momento como este?